En un día de profunda fe y júbilo, Venezuela celebra 125 años de Consagración al Santísimo Sacramento. Un acontecimiento histórico que marcó un hito en la relación del pueblo venezolano con Dios y que hoy cobra especial relevancia en un contexto de desafíos y esperanzas.
La iniciativa de esta Consagración surgió en 1899, por parte del Padre Juan Bautista Castro, fundador de las Siervas del Santísimo Sacramento y quien también fuera Arzobispo de Caracas.
Consagración de Venezuela
Movido por el contexto de sufrimiento que vivía la población en aquel entonces, el Padre Castro propuso al Episcopado consagrar el país a Jesús Eucaristía como un acto de súplica y búsqueda de alivio divino.
El 2 de julio de ese mismo año, en una solemne ceremonia presidida por Monseñor Críspulo Uzcátegui, Arzobispo de Caracas, se oficializó la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento. Un acto que no solo representó un compromiso religioso, sino también un llamado a fortalecer la unidad nacional y construir una sociedad más justa y fraterna.
Desde entonces, cada año se celebra con fervor esta fecha especial, recordando la profunda devoción del pueblo venezolano hacia la Eucaristía y reafirmando su compromiso de vivir en concordancia con los valores cristianos.
Santísimo Sacramento del Altar
A lo largo de estos 125 años, la Consagración al Santísimo Sacramento ha sido un faro de esperanza e inspiración para el pueblo venezolano. En momentos de dificultad, ha servido como un recordatorio de la presencia amorosa de Dios y de la fuerza que se encuentra en la fe.
Asimismo, ha impulsado diversas iniciativas sociales y pastorales, promoviendo la solidaridad, la caridad y el servicio al prójimo. Obras que han dejado una huella imborrable en el tejido social del país y que continúan siendo un reflejo del compromiso cristiano del pueblo venezolano.
En este 125 aniversario, la Iglesia venezolana invita a todo el pueblo a renovar su compromiso con la Consagración al Santísimo Sacramento. Es un llamado a fortalecer la fe, a vivir en coherencia con los valores del Evangelio y a trabajar por una Venezuela más justa, próspera y solidaria.