Cuando me enteré que un diputado copeyano había acudido al Tribunal Supremo de Justicia para solicitar la suspensión de las elecciones presidenciales de este año, no me sorprendió, porque la adulación no tiene límites y mucho menos en política, declaró el ingeniero Daniel Orellana, máximo dirigente de Voluntad Popular en el estado Lara.
Individuos como el aludido son los que se hacen llamar representantes del pueblo; pero, en vez de estar ocupándose y preocupándose por los delitos de corrupción, que se han venido sucediendo desde que se instaló este gobierno, o de estar al lado de la gente que sufre por los malos servicios públicos, lo que hacen es buscar la forma de congraciarse con quienes han destruido este país y pretenden seguir aferrados al poder.
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Son los que el propio pueblo identifica como «jalamecates«, desvergonzados y sin ningún principio moral, que en este caso están agradecidos de que el gobierno les dio una curul en la Asamblea Nacional y que ahora, a sabiendas que quienes detentan el poder tienen el mayor rechazo histórico y pretenden mantenerse mandando, lo que les importa es congraciarse con un sistema fracasado.
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Es lamentable que a estas alturas, cuando todas las encuestas sería reflejan que el pueblo mayoritariamente se inclina por votar y hacerlo por un cambio político, económico y social, salga alguien a tratar de que el TSJ, que ha judicializado a por lo menos quince organizaciones políticas, ahora suspenda unas elecciones que están en su etapa de concretarse porque se han venido cumpliendo todas las fases destinadas a llegar al 28 de julio.
Es lamentable que intentos desesperados, inaceptables y antidemocráticos como el reseñado, ocurran en un país que ya está cansado de tanto sufrimiento y ahora espera que se produzca un cambio para comenzar un proceso de recuperación democrática, que permita ir mejorando progresivamente la situación, terminó sus declaraciones el ingeniero Daniel Orellana.