El Día del Padre es una celebración especial dedicada a honrar y mostrar amor a los hombres que son padres. Es el día en que se les agradece y se les ama, pero también se piensa profundamente en la importancia de la posición de los padres y cómo su amor y dedicación son reflejados a través de la paz de las familias y, por extensión, a través de la sociedad.
El origen del Día del Padre se remonta al siglo XX. Aunque hay muchas versiones, la más extendida es aquella que lo sitúa en los Estados Unidos. Allí, en 1909, Sonora Smart Dodd, después de crear el Día de la Madre, propuso la creación de un día para los padres. Dodd quería celebrar a su propio padre, William Jackson Smart, un veterano de la Guerra Civil que crio solo a sus seis hijos después de enviudar. Gracias a sus esfuerzos, el primer Día del Padre se celebró en Spokane, Washington, el 19 de junio de 1910.
Se ha popularizado y difundido a nivel mundial desde entonces, tomando varias formas y puliéndose de acuerdo a los gustos y preferencias de las diversas partes del mundo. Se proclamó como fiesta nacional en los Estados Unidos en 1972 durante el mandato de Richard Nixon. La forma de celebrarlo y la fecha varían de un país a otro. Por ejemplo, en España, es el 19 de marzo, el día de San José, el padre de Jesucristo. El Día del Padre en México es el tercer domingo de junio. En Argentina, es el tercer domingo de junio, y en Venezuela también, pero con ciertas diferencias.
Internacionalmente, hay fechas y celebraciones específicas. En Tailandia, se celebra el 5 de diciembre, el cumpleaños del fallecido rey Bhumibol Adulyadej, el llamado «Padre de la Nación». En Rusia, se celebra el 23 de febrero, un día festivo oficial llamado Día del Defensor de la Patria, y no es un día de agradecimiento solo a los padres, sino a todos los hombres como defensores.
El Día del Padre es, de hecho, más que solo un día; es una prueba de cuán importante es la figura de un padre en nuestra existencia. Son nuestros padres quienes nos cuidan, nos protegen y sus enseñanzas las llevamos hasta la tumba. La mayoría de las veces, los padres son la columna vertebral de la familia no solo en términos de recursos y medios, sino también en términos de apoyo emocional.
A través de pequeñas acciones diarias, se aprende a valorar el amor incondicional y los sacrificios de los padres. Desde madrugar por la mañana para preparar el desayuno, hasta trasnochar con ellos para ayudarlos a terminar sus tareas, cada acción es una manifestación del amor y la dedicación que los padres ponen en sus hijos. En ocasiones, estas acciones pasan desapercibidas, pero el Día del Padre es una de las pocas ocasiones a lo largo del año en las que nos detenemos y apreciamos los pequeños gestos de gratitud de los padres hacia sus hijos.
En el Día del Padre, la mayoría de las personas tienden a visualizar familias reuniéndose para compartir comidas especiales, regalos y actividades que aumentan el amor familiar. Es el día en que se recuerdan hechos felices y se fortalece el vínculo entre los padres y los hijos. Pero sobre todas las cosas, lo que los padres valoran más, mucho más que los regalos materiales, es el reconocimiento y el amor de sus seres queridos. Además de los momentos que compartes, el amor agradecido es la verdadera joya para los padres en esta ocasión especial.
La tecnología moderna también ha actualizado cómo celebramos el Día del Padre. Las videollamadas han acercado a las familias que viven a miles de kilómetros de distancia, mientras que las redes sociales se están llenando de homenajes y dulces posts dedicados a los padres. Es ese tipo de tecnología moderna la que nos permite estar en contacto y celebrar juntos, no importa qué tan lejos estemos el uno del otro.
En resumen, el Día del Padre es un momento en el que podemos agradecer por la existencia de la figura paterna en nuestra vida. Es un día en el que, con un gran sentido de respeto y admiración, celebramos y elogiamos a los hombres que renuncian a su amor y dedicación para encender nuestras vidas y guiarnos con su ejemplo.
Aprovechemos esta oportunidad para mostrar nuestro amor y respeto a nuestros padres y hacer el mejor uso de cada momento que pasamos con ellos. Así que, en este Día del Padre, recordemos que lo único que importa es una pequeña, dulce palabra de «gracias» con un abrazo apretado para que sepa que su amor y sus sacrificios no son en vano. También nos recordamos lo que podemos hacer para tratar de construir mejores relaciones en la familia y estar a la altura del legado de amor y cuidado que nuestros padres nos han dejado.
Noel Álvarez
Coordinador Nacional del Movimiento Político GENTE