«Las mejores imágenes son aquellas que retienen su fuerza e impacto a través de los años, a pesar del número de veces que son vistas».
Anne Geddes
La infancia es una etapa llena de magia y descubrimientos, donde los recuerdos se graban en la mente de forma única y especial.
Entre esos recuerdos, las imágenes y los cuadros ocupan un lugar destacado, ya que capturan momentos y emociones que perduran en la memoria a lo largo de los años.
Hace poco tiempo mi hermano Nelson, me envió vía WhatsApp, una imagen de una niña sacándose una espina del pie.
Al mirar aquella imagen…me envolvió la nostalgia… y me transportó de inmediato a
aquellos días llenos de inocencia y alegría, en dónde colgaba de una pared ese mismo retrato.
Recuerdo con claridad por allá por los años 60, que este cuadro adornaba la pared de mi casa natal… pero también decoraba la pared de la bodega de mis recuerdos. ¡La de mi papá! Rafael Castillo C.
Bodega que estaba pintada de verde y olía a caramelos.
Entonces se me ocurrió la idea de subir la imagen a mi estado de WhatsApp, para saber si algunos adultos, que también un día fueron niños, recordaban todavía el famoso cuadro.
Y en efecto, recibí una avalancha de mensajes de personas, emocionadas que revivían sus recuerdos de infancia con este retrato.
Yelitza, una asidua lectora de: El Impulso, me envió una foto de una niña amiga de su familia, imitando a «La niña y la espina», cuadro, muy popular en los hogares en la década de los 60 70 80 y 90.
Y hoy precisamente se convierte en tendencia debido a que apareció la protagonista del retrato, se trata de Carmen Zaleta de Ricard, natural de República Dominicana, quién a sus 98 años de vida, comparte foto original del cuadro, gozando de buena salud y con residencia en Miami.
La foto según cuentan fue tomada por su padre cuando en aquel entonces la niña se sacaba una espina de su pie izquierdo; sin pensar jamás que esa imagen haría parte de muchos hogares.
Doña Carmen, se hizo viral cuando aún no existían las redes sociales, la longeva mujer hace parte de muchas fotografías familiares, donde su imagen adornaba la pared de la sala comedor de muchas viviendas en Latinoamérica incluida la mía.
A día de hoy la recordamos con nostalgia… muchos con gran claridad meridiana, y otros, quizás la recordaran colgando en medio de la neblina de su mente anciana.
Porque las fotos y los cuadros son más que simples imágenes colgadas en las paredes, son fragmentos de nuestra historia personal que nos conectan con nuestro yo infantil y nos ayudan a recordar quiénes éramos y de dónde venimos.
A través de ellos, podemos viajar en el tiempo y revivir momentos mágicos y emotivos que jamás olvidaremos.
¡Gracias señora Carmen, a usted y también a la espina (ja, ja, ja) por tan bonitos recuerdos!
Natividad Castillo P. (Natty)
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