El exgobernador de Táchira, César Pérez Vivas, ha expresado su preocupación por lo que él considera una serie de irregularidades en el proceso electoral venezolano, calificándolo de «caimanera electoral».
En una reciente entrevista, Pérez Vivas argumentó que el proceso no es competitivo ni se ajusta a la Constitución y las leyes del país. Ha señalado repetidamente las violaciones al orden constitucional y legal que, según él, están siendo perpetradas por la cúpula en el poder.
«Lo he dicho varias veces que estamos asistiendo a una caimanera electoral, no a un proceso competitivo, no a un proceso enmarcado en la Constitución y en la ley», aseguró el candidato a las primarias de la oposición.
Pérez Vivas basa sus acusaciones en las declaraciones de Juan Carlos del Pino, rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), quien ha revelado que el órgano electoral no se ha reunido desde marzo y que las decisiones están siendo tomadas de manera unilateral por el presidente del CNE, Elvis Amoroso, sin el debido consenso.
«Y uno de los integrantes del poder electoral está diciendo en el país que no funciona el poder como tal, sino que todas las decisiones las toma de manera unilateral quien ejerce la presidencia de ese cuerpo», achacó el dirigente, quien también valoró las declaraciones del rector, que según él, fue «formado en una casa de larga tradición democrática» y «no podía permanecer callado».
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El funcionamiento del CNE, según Pérez Vivas
El exgobernador ha valorado estas declaraciones como una contribución significativa a la comprensión pública de las operaciones internas del CNE. Según Pérez Vivas, esto añade evidencia al «conjunto de ilegalidades» que, a su juicio, caracterizan el actual proceso electoral.
«En consecuencia es un elemento más que abona a el conjunto de ilegalidades, de inconstitucionalidades en las que está inmerso el actual proceso electoral», expresó en su declaración.
Declaración del rector del CNE
Esta semana, Juan Carlos Delpino, uno de los cinco rectores del CNE, ha interrumpido un largo silencio para denunciar públicamente la falta de reuniones del CNE desde marzo y criticar la gestión autónoma de Elvis Amoroso, así como la presencia de «censores internos» dentro de la institución.