Se ha ido un pilar de la corresponsalía de El Impulso en Caracas, un grande que dio vida y pulso a nuestro periódico por muchos años.
Sentados en sendos pupitres de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, tuvimos el primer contacto para colaborar juntos el profesor Gerardo Oviedo y yo. Estaba interesado en una fotografía especial para su encarte mensual “El Impulso Socio-económico”, publicado en este diario entre las décadas de los ochenta y los noventa.
Aprovechando este primer encuentro, me explicó el oficio que con tanta pasión llevaba y aprovechó para darme una lección de periodismo: “una noticia es como una vaca, -me dijo-, de una vaca puedes sacar costillas, panza, lagarto, lomito ¿No? Pues los hechos noticiosos son igual: de uno puedes sacar muchas piezas de comunicación para distintas secciones del periódico”.
Cuando Gerardo Oviedo hablaba de Lara, de Barquisimeto, de Carora o de El Impulso, sus ojos amarillos, sembrados en una característica cara avellanada, se ponían enormes. Tal era la energía que le producía cada tema. Lo investigaba, lo analizaba, lo discutía con quien estuviese dispuesto a hablarlo y también reía con aquella voz atronadora que se sentía desde que llegaba con sus materiales a la redacción, siempre con el maletín al hombro.
Estudio y trabajo
Ingresó en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, en 1968. Egresó en 1974. Ese mismo año empezó como profesor en el mismo centro porque, ya para entonces, Oviedo tenía muchas tablas: había sido corresponsal desde Acarigua, había sido Jefe de Relaciones Públicas de la Gobernación de Portuguesa y también había dado forma a su primer proyecto editorial, el semanario El Pueblo.
Como hombre ligado a la tierra y bien enraizado en su realidad, una de sus más importantes aportaciones fue la Pagina Agrícola, creada y producida por él durante 8 años en El Impulso.
En 1968, cuando creó la corresponsalía de El Impulso en Caracas, comenzó una aventura que evolucionó con el tiempo. En el camino y mientras continuaba con sus proyectos, Juan Bautista Salas heredó su jefatura mientras él se dedicaba a la pasión investigadora.
Gerardo lideró proyectos especiales en colaboración con, la también periodista e inseparable, María Ramírez Chacín. El director del periódico entonces, Don Gustavo Carmona, le encargó la creación y dirección de los especiales aniversario de los 75, 80 y 85 años de El Impulso. El Dr. Juan Manuel Carmona era feliz conversando con él de los temas nacionales, como siempre le gustaba al presidente del periódico con todos los miembros de su plantilla. Ambos estaban orgullosos de tener el equipo de El Impulso Socio-Económico, una unidad de investigación destinada a tratar los temas económicos y sociales en profundidad, muchos de ellos enfocados en el acontecer larense.
Las más acuciosas herramientas le llegaron a Oviedo de su experiencia de postgrado en la Universidad de Paris XIII, de donde regreso con un DEA, Diplôme d´Etudes Aproffondies, junto con María Ramírez Chacín. Así como un Doctorado en Comunicación y Educación, de la Universidad de Paris.
Demás está decir los exquisitas gustos, costumbres y dejes que le quedaron de aquella experiencia que adoptó con un enorme espíritu de superación. Inolvidables las tablas de queso que aportaban María y Gerardo a las reuniones festivas de la corresponsalía.
Gerardo, el profesor
La vocación docente fue una constante de Oviedo, dentro y fuera del aula. No perdía la menor oportunidad para compartir un oficio que aprendió, primero en la calle, y al que dio forma con sus estudios. Insuflaba vibración noticiosa a los nóveles periodistas de la redacción: “imagina que tienes en las manos una papa caliente, ¡suéltala, suéltala, tiene que rodar!”.
Era creativo y exigente y solo aceptaba que los trabajos se hicieran bien. De modo que es difícil que no se le recuerde en la redacción como “el profesor”.
Desde la escuela de comunicación hasta la redacción, fue trayendo uno a uno a María Ramírez Chacín, a Elsa Ramírez Depablos, a un novel Juan Bautista Salas. Tuvo buen ojo para escoger a Domingo Álvarez, Oswaldo Azuaje, a Juan de Dios a Noguera, Fernando Sánchez, a Juanita Hernández. O para establecer una relación de altura con la meticulosa Mariusa Reyes y de intensa calidez y protección con Emma Sánchez. Moldeó en cada uno el concepto de noticia, jerarquización, buena redacción y responsabilidad ante los lectores, sus queridos lectores larenses.
La ética no fue su materia en la universidad, pero sí fue una guía permanente en su línea de trabajo periodístico y en su manera de estar en el mundo.
Su presencia en la redacción
Llegar Gerardo Oviedo a la redacción era un acontecimiento, una oportunidad para alternar con un veterano del periódico. Además, era una oportunidad para reír, analizar y ver como zanjaba las discusiones con sus fuertes convicciones.
No tenía el menor reparo en trasladarse a donde hiciera falta con tal de conseguir el dato preciso, siempre acompañado de María con quien formó un tándem personal, estudiantil y profesional que ha quedado para la historia del diario.
Gerardo Oviedo fue un agente libre que corría tras las noticias salidas del análisis, la indagación, la entrevista y la observación. Él forma parte importante de la historia bonita de El Impulso. En su tiempo vio desarrollarse la redacción, la línea editorial, su corresponsalía en Caracas, la nueva sede en Barquisimeto, los aniversarios del periódico, el especial por los 25 años de la caída de Pérez Jiménez, el Bicentenario de Bolívar, los 40 años de la culminación de la Segunda Guerra Mundial. También vio llegar la mastodóntica presencia de la nueva imprenta.
En la hemeroteca está su legado, en mi corazón el agradecimiento por haberme abierto las puertas de esta gran casa. Y seguro, seguro que Barquisimeto también lo llevará en quienes leyeron las letras salidas de su ingenio y de su oficio, de tiempos en que nuestro periódico olía todos los días a tinta fresca.
Despedida
La gran familia de El Impulso de siempre, sus compañeros, sus pupilos, sus alumnos y la familia Carmona, despedimos a este gran periodista y amigo que nos dejó un legado profesional y afectivo, que llevaremos siempre en nuestra memoria.
Gracias Gerardo…
Gerardo Oviedo, Barquisimeto
Abril 1937 – Abril 2024
Texto: Eurídice Castillo Martínez