La comunidad del caserío Tuna de Vaca, en la parroquia Aguedo Felipe Alvarado del municipio Iribarren, se enfrenta a una grave crisis hídrica que se agudiza con la sequía de la laguna pública que les sirve como única fuente de agua.
La señora Meira Adjunta, residente del sector, denuncia la precaria situación que afecta a 144 familias: «Tenemos la problemática del agua. Acá hay 144 familias y nos beneficiamos de esta laguna, pero el agua está en mal estado. Los niños, adultos mayores y toda la población somos los más perjudicados».
Los habitantes aseguran que el problema se intensifica en la época de sequía, cuando la laguna se seca considerablemente. «Esperamos que llueva para tener más agua», comentan resignados. Sin embargo, la laguna no solo presenta escasez, sino también contaminación: «Eso negro que se ve a la orilla es excremento de vaca», señalan los vecinos, quienes afirman que tanto el ganado como las cabras de la zona también beben de la laguna, defecando en ella.
A pesar de las condiciones insalubres, los residentes se ven obligados a utilizar esta agua para sus necesidades básicas, incluso para consumo humano. «La mayoría la aclara o ‘filtra’ utilizando el cactus que llaman cardón», explica Adjunta.
La comunidad recuerda que durante la gestión del exgobernador Henri Falcón recibían agua por pipa, pero desde el cambio de gobierno, «Hidrolara no nos ayuda», lamentan.
Exasperados por la falta de soluciones, los vecinos exigen a las autoridades atención inmediata a la crisis hídrica. «Esperamos que nos ayuden con el mantenimiento de la laguna para poder surtirnos del agua», solicitan.