Este sábado 1 de junio la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Barquisimeto realizó una Eucaristía llamada “Fiesta a la Santidad” por motivo a la gran noticia que dio el Papa Francisco el pasado 23 de mayo, sobre un milagro atribuido a la intercesión del Beato Carlo Acutis, el adolescente que falleció a los 15 años y fue beatificado en 2020 en Asís. Con este nuevo decreto, el joven que amó profundamente la Eucaristía será proclamado santo.
El padre Freddy Rodríguez, Sacerdote de la Arquidiócesis de Barquisimeto informó que toda la iglesia comparte la alegría que en este tiempo un joven sea canonizado, ya que representa un grito de esperanza y de renovación para la iglesia católica.
“Los jóvenes tienen que ser lo que la iglesia necesita, y la iglesia necesita nuevos horizontes, esperanza, alegría y eso es lo que todos estamos llamados a transmitir” expresó Rodríguez.
Por su parte Gabriel Morocoima, miembro de la parroquia Purísima Concepción se refirió a Carlo Acutis como un ejemplo para los jóvenes de la iglesia “como joven quiero seguir ese ejemplo de seguir por amor a Dios, de seguir la eucaristía, de poder seguir sirviendo con fervor, con amor y así todos poder llegar a estar juntos con Dios”.
Durante la eucaristía se contó con la reliquia de primer grado del Beato Carlo Acutis y se dieron a conocer los nombres de los tres jóvenes que ahora forman parte del secretariado de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana de Barquisimeto, Derek Frías y Noreliz Baldayo responsables del programa Jóvenes Discípulos y Manuel Dam, delegado del programa Jóvenes y las Jornadas.
El «Ciberapóstol de la Eucaristía»:
Carlo, desde muy joven, demostró un gran interés por la Eucaristía, a la que llamaba «la autopista hacia el cielo«. A los 14 años, creó una página web para difundir los milagros eucarísticos, por lo que se le conoce como el «Ciberapóstol de la Eucaristía».
Un joven de fe profunda y vida ordinaria:
A pesar de ser un adolescente como muchos otros, que disfrutaba de los videojuegos y la informática, Carlo se destacaba por su profunda fe y devoción. Era común verlo rezando el Rosario, asistiendo a Misa con frecuencia y participando en obras de caridad.