Hasta ahora, después de más de un año de recibir el premio de literatura Cervantes y encontrarse en plena facultades mentales a sus 94 años de existencia, el poeta barquisimetano Rafael Cadenas no ha tenido reconocimiento oficial alguno de su prestigio internacional en su propia tierra al punto que la casa donde vivió su niñez y parte de su juventud, ubicada precisamente en la zona histórica de Barquisimeto, sigue, lastimosamente deteriorándose en forma progresiva a los ojos de los transeúntes de la plaza Lara.
Es lamentable que esto suceda, dice muy preocupado el ingeniero y escritor Pedro J. Lozada Sira, expresidente de la Asociación de Escritores Larenses y asesor de esta institución, quien ha venido insistiendo públicamente en denunciar el estado deplorable en que se encuentra el inmueble, el cual se halla a poca distancia de la sede del Centro de Historia Larense y, prácticamente, diagonal al viejo templo de San Francisco, otrora catedral de Barquisimeto y, desde luego, cercano a la estatua del héroe independentista que le dio nombre a nuestra entidad federal.
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Esta es una situación bochornosa para la capital del estado porque ante el resto del país está quedando como indolente, insensible y falta de sentimiento del gentilicio, ya que quienes tienen el deber moral de conservar con orgullo el casco histórico de la ciudad, indudablemente, demuestran ignorancia o, en todo caso, desidia.
Lozada Sira en sus declaraciones a El Impulso dijo que su preocupación es la misma del sector cultural barquisimetano porque están pasando los días y las autoridades que debieran ocuparse de exaltar el orgullo histórico de la ciudad, nada hacen en ese sentido.
Aún más, se tiene conocimiento que la casa donde se formó intelectualmente el poeta y ensayista Rafael Cadenas ha sido ocupada ilegalmente por un funcionario, al parecer policial, quien decidió hacerla suya violentando la propia ley que él está obligado a respetar estrictamente y hacerla respetar del mismo modo.
Mientras exteriorizamos el malestar por lo que denunciamos, nos complace gratamente que recientemente el alcalde de Baruta, Darwin González, haya develado una estatua de Rafael Cadenas hecha por el artista Carlos Larraín, en la plaza de los escritores, en Santa Paula, donde se encuentran también figuras como la del insigne novelista Rómulo Gallegos, del poeta y dramaturgo español Federico García Lorca y de la poetisa María Wislava Szymboreska.
Que Rafael Cadenas haya sido merecedor de importantes premios por su contribución a la literatura castellana, incluyendo el premio nacional de Venezuela hace muchísimos años, indica evidentemente que se trata de una personalidad muy significativa para la lengua que hablamos más de 600 millones de personas en el mundo y, naturalmente, nos debe llenar de orgullo y complacencia a los larenses en particular y a los venezolanos en general.
No se puede dejar que la casa donde nuestro célebre conciudadano vivió en Barquisimeto termine cayéndose, sino por el contrario hay que hacer un gran esfuerzo por restaurar ese inmueble, darle la utilidad necesaria como hacerla un centro de atracción para propios y visitantes, así como epicentro de actividades culturales que enaltezcan el nombre del más grande intelectual de Barquisimeto de todos los tiempos.
Y es de tener presente que el solo hecho de ser premio Cervantes convierte a Rafael Cadenas es candidato natural al premio Nobel de literatura, lo cual debe llenarnos de satisfacción, orgullo y profundo sentimiento del gentilicio venezolano, enfatizó Lozada Sira. No hay que dejar que se caiga esa casa que es la más significativa de Barquisimeto.
