“Cuando los comerciantes madianitas pasaron por ahí, ellos sacaron a José del pozo y lo vendieron como esclavo a los ismaelitas, quienes luego llevaron a José a Egipto” Gen.37:28
Cuando alguien comienza a presentar ansiedad y se presume tenga un cuadro depresivo, lo normal es, que si es profesional con título universitario y tiene algunos recursos, decida, con la anuencia de sus seres queridos incluso con la recomendación de su guía espiritual, visitar un Psiquiatra. Algunos de ellos, no sé si todos, inmediatamente le hacen una o dos preguntas. ¿Qué le pasa? ¿Qué siente? Y de seguidas le entregan un cuestionario para responder una serie de preguntas. Luego revisan y por sus respuestas determinan que Ud presenta un cuadro depresivo. Luego medican antidepresivos fuertes y costosos y “…venga en tres meses”. No negamos que ayudan algo.
Determinan si tiene un estado de depresión leve, severa o depresión mayor. Que definen como estado mental patológico, persistente e invalidante, que requiere un tratamiento fuerte. Explican que la depresión mayor se caracteriza por un estado de ánimo triste durante la mayor parte del día, pérdida en el interés y en el placer por las tareas cotidianas. ¡ESO es cierto o peor!. Consideran imperioso entonces sepamos que hay “Más de 300 millones de personas en el mundo podrían tener diagnóstico depresivo y agregan que dicha enfermedad está infradiagnosticada, por cuanto la mitad de esos enfermos no saben que tienen síntomas con depresión mayor. Y que esto genera resulta muy grave que alrededor de 3.000 personas se suicidan diariamente en el mundo, como consecuencia de la depresión que sufren. Verdaderamente no lo dudamos.
Me pregunto, saben ellos ciertamente lo que es vivir o morir lentamente las 24 horas del día, con un cuadro de depresión experimentado en carne propia. ¡Creo que no!. Sin demeritar la ciencia, sabemos que sus estudios ayudan. Pero no saben lo que realmente se siente, no saben lo que está pasando por la mente del enfermo. De allí la alta tasa de suicidios que ellos mismos reportan de pacientes que han tenido y se han suicidado. ¿Cómo les parece?
No somos fanáticos, no invalidamos los aportes de la ciencia. Pero podemos afirmar con propiedad y certeza. Con absoluta convicción, que solamente Dios puede ayudarnos a SALIR DEL POZO hondo, oscuro, triste y silencioso en donde el enemigo nos ha lanzado. ¿Por qué? Por cuanto Él sufrió en carne propia lo que es deprimirse hasta suplicar a DIOS Padre que lo librara de la copa del sufrimiento que sabía le venía a causa de los pecados del mundo. ¿Recuerdan cuando sudó gotas de sangre en el GETSEMANÍ? Eso puede probarse científicamente. Él lo sufrió por ti y por mí. He hIzo maravillas que hoy está especificado en LAS SAGRADAS ESCRITURAS. “Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían” Juan 21; 25. ¡Hay más! “Y dijo: Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el Señor, soy tu sanador” Ex 15:26,
Apreciado lector, en medio de tu tristeza, poca fe, ansiedad y desilusión por tu vida. No te canses. Arrodíllate todos los días y clama a Dios, pide perdón con el corazón, pídele ayuda, no te canses… no te canse… mientras más lejos te sientas de él SUPLICA MAS Y MAS… Y espera… Llegará el momento que te responderá, te dará una salida que tal vez ni lo entiendas. Él te hará SALIR DEL POZO. Hasta el próximo artículo DIOS MEDIANTE!
William Amaro Gutiérrez