En 1765, cuando Don Juan Vicente Bolívar y Ponte fungía como administrador de la Real Hacienda se vio envuelto en un escandaloso episodio por su “mala amistad con varias mujeres”, lo cual determinó la intervención inmediata del Obispo Diego Antonio Díez Madroñero, la más alta autoridad eclesiástica de la Provincia de Venezuela, quien asentó en sus apuntes: “que de público y notorio ha oído decir que vive desarregladamente con mujeres…”, refiriéndose a este blanco criollo.
La instrucción del expediente terminó aproximadamente siete meses después, en octubre de aquel año; al final, el obispo al no disponer de poder para imponer un castigo penal al referido mantuano se vio obligado a archivar el expediente “Autos y Sumarias contra don Juan Vicente Volibar (sic) sobre su mala amistad con varias mugeres (sic)”, fechado en San Mateo, el cual poseía 72 folios y 143 páginas.
Según refiere Salvador de Madariaga: “aprovechándose don Juan Vicente de su poder social había sometido por la violencia al servicio de sus placeres a tantas mujeres que de él dependían para su subsistencia, a tal punto de escándalo que el santo Obispo de Caracas se había visto obligado por las quejas de sus víctimas a amonestarle severamente”.
Desde allí, fueron ampliamente conocidas las correrías y aventuras de Don Juan Vicente, quien será el padre del Libertador Simón Bolívar, en matrimonio con María de la Concepción Palacios y Blanco, el 1 de diciembre de 1773 a los 15 años de edad y, él recién cumplidos 47 años. De esta unión matrimonial nacieron: María Antonia, Juana Nepomucena, Juan Vicente, Simón y María del Carmen (hija póstuma que murió a las pocas horas de nacer).
Cuando Juan Vicente de Bolívar y Ponte falleció, evento ocurrido el 19 de enero de 1786, en su declaración testamentaria Hace especial mención a su fe y distribuye sus bienes entre sus cuatro hijos y su esposa.
En el testamento hay una cláusula que señala: “Mando que Doña María Concepción Palacios y Blanco, mi mujer, tome de mis bienes cuatrocientos pesos, para que con ellos cumpla lo que le tengo comunicado, en descargo de mi conciencia”. Juan Vicente hace alusión a Agustín Bolívar “que vive en la ciudad de Maracaibo”, a quien dispone el coronel Juan Vicente “se le den doscientos pesos por una vez, de que le hago donación”.
El hijo “bastardo”
De Juan Agustín, no se ha determinado la identidad de la madre, ni la fecha de nacimiento del que luego identificarán como el “hijo bastardo”. Posiblemente vino al mundo en las posesiones de don Juan Vicente en los Valles de Aragua y llevado con los años a Maracaibo, pues en 1968, se localizó en los archivos parroquiales de la Catedral marabina la partida de matrimonio de Juan Agustín, “nacido en la provincia de Caracas y residenciado en Maracaibo, casado con doña Ana María Chacín, enlace realizado el 22 de noviembre de 1772 en esa santa iglesia”. De esta unión nacerán cuatro hijos: Liberata, Carlina, Josefa y Ramona Bolívar Chacín.
Agustín de Bolívar al conocer del deceso de don Juan Vicente, hace un viaje a Caracas con la resolución de entablar un juicio para probar su filiación, y escribe una carta al Gobernador y Capitán General de Venezuela, en la cual entre otras cosas plantea: “Don Agustín Bolívar… digo: que para efectos que me convengan, necesito hacer cierta información sobre mi filiación y demás que conduzca a hacer constar ser hijo natural del Señor Coronel Don Juan Vicente Bolívar, ya difunto, a cuyo efecto vengo en suplicar a la justificación de Vuestra Señoría se sirva admitirme los testigos que presentaré, los que bajo de juramento declaren… si me conocen de vista, trato y comunicación y si les consta que el dicho Señor me trataba como si fuese su hijo, con aquel cariño que es propio de un padre… si en varias ocasiones manifestó esto mismo, así de palabras como de hecho, teniéndome en la casa de doña Luisa Bolívar, su hermana, alimentándome y contribuyéndome todo lo necesario… diga separadamente Don Juan José Barandica si es cierto que el Dr. Dn. Juan Félix Aristiguieta le comunicó que el dicho Sr. Dn. Juan Vicente era mi padre, y (de)una señora de las principales de esta ciudad, mi madre, con quien no había contraído matrimonio, sin embargo de ser soltera y no tener impedimento alguno, por ciertos motivos que ocurrieron en aquel entonces”.
En tal sentido, los testigos entrevistados declararon la veracidad de los hechos, afirmando que don Juan Vicente de Bolívar y Ponte, trataba como hijo a Agustín “sentándolo a la mesa (cuando era niño) y distinguiéndolo”.
Igualmente, afirman que “Josefa de Bolívar, hermana del coronel… lo cuidó y alimentó… lo tenía siempre decentemente vestido con casaca y peinado profesándole (doña Josefa) cariño”.
Juan José de Barandica, comandante propietario del resguardo de la provincia de Maracaibo y residente en la ciudad testificó que: “muchas veces oyó decir al difunto doctor don Juan Félix de Aristiguieta, sobrino del señor don Juan Vicente de Bolívar, que don Agustín era hijo bastardo de este último tenido en una señora principal, de alcurnia mejor que la de su padre”.
Los alegatos de Agustín de Bolívar fueron extensos, y al final, sin dejar de reconocer sus derechos sobre la inmensa fortuna de su padre, solicitó la asignación de 1.000 pesos “para satisfacer algunos créditos contraídos en esta ciudad… y por el retorno a aquella ciudad de Maracaibo, donde tengo mi familia”., adujo.
Prima de su padre
Del expediente de filiación de don José Agustín de Bolívar, vecino de Maracaibo, se desprende que, ciertamente era hijo natural del coronel don Juan Vicente de Bolívar y Ponte. Cuando nació, ambos padres eran solteros.
Pero un dato curioso también se puede observar el documento que reposa en el Archivo General de la Nación, donde destaca que su madre era prima de don Juan Vicente de Bolívar, y dice también que era incluso más noble y de mejor condición que su mismo padre. El misterioso nombre de la madre no se refleja en el documento en cuestión.
Don José Agustín de Bolívar declara en el juicio que al momento de salir en estado su madre, don Juan Vicente de Bolívar emprende viaje a España por un tiempo y al retornar se desposa “con doña Concepción Sojo (Concepción Palacios y Sojo).
De niño vive a expensas de su padre, como se cita anteriormente; y viaja a España con su madre. Finalmente, cuando regresa, se establece en Maracaibo.
Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
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