A finales del siglo XIX llegaron a Barquisimeto las hermanas tarbesianas, gracias a las gestiones del comerciante francés Eduardo Leindheimer, quien instó al gobernador Aquilino Juárez a recibir a las religiosas en aquel momento y fue así como el 3 de diciembre de 1897 arribaron tres monjas francesas a la capital larense como antesala a muchas otras que vinieron posteriormente. Las religiosas primero desembarcaron en Tucacas y luego llegaron por la vía del Ferrocarril
Además de enfermeras, las religiosas eran educadoras de gran preparación y su primera responsabilidad fue la de atender enfermos en el hospital la Caridad, mismo lugar donde hoy se asienta el Museo de Barquisimeto.
Pero su más grande logro fue la apertura del Colegio Inmaculada Concepción en 1904. Leindheimer, quien también fue el fundador de la Cámara de Comercio de Barquisimeto, planteó la creación de un instituto educativo para señoritas y la idea se consolida con la creación del plantel que comienza a operar el 4 de abril de aquel mismo año.
Al principio funcionaba el colegio en una casa frente a la Iglesia San Francisco en la antigua Plaza Bolívar, hoy Plaza Lara. Posteriormente se mudan al espacio que han ocupado por 120 años.
En su edición del 10 de abril de 1929, El Impulso hacía alusión a las bodas de plata del colegio al arribar éste a los 25 años de su fundación. Durante un siglo y dos décadas generaciones enteras se han formado en las aulas de la noble institución que ha aportado grandes valores a la sociedad larense y en la cual se venera a la Virgen bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. El Colegio Inmaculada Concepción es hoy uno de los pilares de la educación larense.
