Trabajo de www.radiofeyalegrianoticias.com
Jesús Urbina, profesor universitario y coordinador de Transparencia Venezuela en el Zulia, aseguró que los ciudadanos no solo tienen derechos, sino también obligaciones cívicas, entre las que resaltan el cuidado de la democracia, cuyo paso fundamental para cumplir con esta responsabilidad, según él, es denunciando la corrupción.
“La corrupción es la causa fundamental de las violaciones sistemáticas de derechos humanos, así que como ciudadanos no nos podemos quedar inerte frente a eso”, expresó Urbina durante una entrevista en el programa De Primera Mano de Radio Fe y Alegría Noticias.
El coordinador de Transparencia Venezuela señaló que hay que romper con la apatía y el miedo que a menudo paralizan a la sociedad ante la corrupción. “Es necesario romper con ese vicio de que yo no me meto porque tengo miedo, y porque no me conviene, o porque yo no sé de eso, allá ellos”.
Si bien reconoció la falta de garantías para la denuncia en Venezuela y que acabar con la corrupción no es una tarea fácil ni para quien gobierne ni para quienes están del lado de la sociedad civil organizada, Urbina insistió en la necesidad de alzar la voz contra la corrupción para evitar una especie de implosión.
Para el profesor universitario, hacen falta leyes que respalden a los ciudadanos y funcionarios que decidan denunciar, así como garantías para proteger su integridad y evitar represalias.
Corrupción vs. gran corrupción
Urbina explicó que la corrupción va más allá de la apropiación de recursos públicos, abarcando también el abuso de poder y la impunidad que lo rodea.
“El abuso de poder es el inicio de la cadena de la corrupción, porque crea las condiciones para que haya opacidad e impunidad y quienes estén asociados con ellos pueden entonces cometer fechorías todavía más corrosivas”, puntualizó.
Asimismo, afirmó que la rendición de cuentas es una herramienta clave en la lucha contra la corrupción, ya que esta práctica garantiza la transparencia y limita el impacto de este flagelo.
Al abordar la categoría de “gran corrupción”, Urbina explicó que esta se manifiesta en países donde las altas esferas del poder público están implicadas en las fechorías, lo que conduce a la creación de un sistema de impunidad.
Esta impunidad, según Urbina, se traduce en la autoprotección de los corruptos, quienes manipulan leyes e instituciones para eludir la justicia.
La corrupción no solo genera impunidad, sino que también alimenta redes criminales y socava estructuralmente los derechos fundamentales de las personas.
Llamó a preservar la integridad de los conceptos de mandato, mandatario y mandante en el contexto político, enfatizando que el pueblo es quien delega el poder en un mandatario, y este último no debe considerarse como el dueño absoluto del mandato.
“Gobierno abierto”
El coordinador de Transparencia Venezuela en el Zulia instó a la consolidación de un gobierno abierto, describiéndolo como una forma avanzada de democracia que implica una total transparencia en la gestión pública.
Hizo hincapié en que esta transparencia no debe ser solo pasiva, donde el Estado espera ser interpelado por los ciudadanos, sino también activa, donde el gobierno toma la iniciativa de exponer toda la información relevante sobre la gestión pública, a excepción de aquella que por mandato constitucional o legal deba mantenerse confidencial.
La ONG Transparencia Venezuela lidera desde hace 20 años la promoción y exigibilidad de la transparencia, el acceso a la información y la lucha contra la corrupción desde la sociedad civil.
Trabajan en todas las áreas asociadas a estos temas, con el objetivo de persuadir, con lógica y mirando hacia las consecuencias, a todos aquellos que ocupan cargos públicos en cualquier nivel de la estructura estatal y de los poderes públicos, sobre lo vital que es gestionar con responsabilidad.
“No nos quedamos solos visibilizando los casos de corrupción, documentándolos y luego procurando las denuncias a escala nacional y a veces internacional, también nos acercamos para medir qué pasa adentro en los gobiernos”, acotó Urbina.
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