“Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos”
Rom.8:29.
El rey Saúl rápidamente olvidó que quien realmente conoce el futuro era y es Dios. Y que eso estaba muy claro en las Sagradas Escrituras, por donde DIOS les orientaba, que consultar a los muertos era y es abominación a sus ojos. Es decir, era y es pecado, por ello lo aborrece. La Palabra de Dios advierte que orar, rezar o hablarle a los muertos está estrictamente prohibido en la Biblia. Deuteronomio 18:11 nos dice que quien «consulte a los muertos» es «abominación para con Jehová». La historia de Saúl, consultando un médium para traer el espíritu del muerto Samuel, reflejó su desesperación y su profunda depresión. Pero esto en vez de ayudar resultó en su muerte, porque «prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina» (1 Samuel 28: 1-25; 1 Crónicas 10:13-14). De manera precisa, Dios ha declarado que estas cosas no deben realizarse.
Entonces, está evidentemente claro que solo Dios tiene la facultad de conocer con certeza el futuro del ser humano. Por ello, es el único que puede hablar de predestinación. “…y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó” Rom.8:30. Y aquí lo pone más claro aún…”.»Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad…”Efe.1:5.
Los enemigos de Dios y de su santa voluntad tergiversan la escritura e intentan mostrar un Dios injusto. Presentan como una evidencia que algunos son elegidos para salvación y otros para perdición y que nada pueda hacer la persona involucrada para alterar el resultado final. Y eso no es así. Ciertamente hay versículos que refieren a la predestinación o designación de elegidos desde antes de la fundación del mundo para ser adoptados como Hijos de Dios; pero ojo, en ninguna parte dice respecto a elegidos para perdición. Estamos predestinados para la salvación por cuanto ese es el plan de Dios para sus criaturas que por la fe han aceptado al Señor Jesucristo. Cuando se trazó el plan de salvación antes de la fundación del mundo, se decidió que quienes se ajustaran a las condiciones de dicho plan serían considerados nuevamente como Hijos. El deseo de Dios era que todos aceptaran el plan y fuéramos salvos (1 Tim. 2: 4; 2 Ped. 3: 9).
Dios ha predestinado a cada uno a ser conforme «a la imagen de su Hijo» (Rom. 8: 29). Es decir, que cada persona creada debe mostrar en sí misma el longánime amor de Cristo, su santidad, mansedumbre, misericordia y verdad, para que el mundo pueda conocer y aceptar la persona de nuestro Salvador y sea salva. La humanidad está predestinada a ser salva y vivir eternamente en la PATRIA CELESTIAL. Solamente tiene que creer, querer y practicarlo. Es lo que realmente quiere Dios para nosotros y lo deja muy claro en este texto. “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 1Tim.2:3,4. Ese es nuestro destino que se selló cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario.
¡Hasta el próximo artículo Dios mediante!
William Amaro Gutiérrez
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