Un show con glamour, pompa, comida y música latina sumado a la adrenalina de los automóviles más veloces del mundo es lo que ofrecerá este fin de semana el Gran Premio de la Fórmula Uno en un intento por atraer a decenas de miles de espectadores hispanos de Estados Unidos y Latinoamérica.
La F1 vuelve por tercer año consecutivo a Miami, una de las ciudades más latinas de Estados Unidos, y se ofrece como un espectáculo a la altura de las competencias que se corren en México y Brasil, los dos países de Latinoamérica que también reciben al campeonato.
Con una población de más de 2,8 millones de hispanos que incluye desde cubanos y mexicanos, hasta venezolanos, brasileños, colombianos y argentinos, el sur de la Florida es un escenario con un potencial de decenas de miles de fanáticos dispuestos a pagar al menos 150 dólares diarios para acceder al Autódromo Internacional de Miami en el Hard Rock Stadium de Miami Gardens, entre el 3 y el 5 de mayo.
Miami cuenta además con uno de los aeropuertos internacionales más activos de Estados Unidos, que incluye más de 130 vuelos diarios desde Latinoamérica con casi 20.000 pasajeros. Esto es también un atractivo para fanáticos de la región que buscan pasar un fin de semana de F1 y disfrutar las playas.
Para los organizadores la competencia es una especie de show para que el público no sólo acuda a las carreras sino que también viva la experiencia de Miami como un crisol de razas y una ciudad vibrante que se distingue por su variada cultura latina.
“Traer la Fórmula Uno aquí fue una adición a esa experiencia cultural”, dijo Tom Garfinkel, socio director de la F1 en Miami. «Intentamos llevar a Miami nuevamente a las pistas de carreras, ya sea la música, el arte, la moda, las cosas que hacemos aquí, nuestro auténtico Miami”, expresó en una reciente entrevista con The Associated Press.
La experiencia sobrepasa la carrera en sí misma e incluye numerosos eventos, tanto oficiales como extraoficiales, entre ellos subastas de automóviles, sitios con simuladores de F1, fiestas nocturnas en hoteles y discotecas.
Pero incluso dentro del mismo predio de la F1, hay mucho más que autos de carrera, con puestos de restaurantes de conocidos chefs locales y quioscos de bebidas para degustar mientras Max Verstappen, Lewis Hamilton y Charles Leclerc compiten junto al mexicano Sergio Pérez y los españoles Carlos Sainz Jr. y Fernando Alonso.
La fiesta se extenderá desde el viernes al domingo e incluirá música electrónica con DJs, actuaciones de estrellas como Ed Sheeran, Don Omar y John Summit, entre otros. Marc Anthony será el encargado de cantar el himno.
Por una alfombra de color turquesa desfilarán celebridades.
Las Vegas, en Nevada, y Austin, en Texas, también albergan a la F1 en Estados Unidos.
En Miami, los organizadores ofrecen más de 30 opciones para sentarse, acompañadas de experiencias diferentes. Los precios de los boletos van desde 450 hasta 15.000 dólares por un pase de tres días para aquellos que buscan lujo y más exclusividad.
En 2023, cerca de 90.000 fanáticos acudieron cada día, casi la mitad de ellos (unos 43.000) provenientes de países como México, Canadá, el Reino Unido, Colombia, Argentina y Brasil, de acuerdo con información de los organizadores.