Piedad para el culpable es traición al inocente.
Ayn Rand
«Yo los conozco como los Orozco» .- Es una frase de la canción «Ojo con los Orozco» de León Gieco. La frase completa es «Yo pongo los votos solo por Rodolfo, los otros son locos, yo los conozco» La canción describe a una familia ficticia, los Orozco, en la que todos son corruptos, excepto Rodolfo, que es músico. Cada miembro de la familia tiene perversiones y vicios particulares que reflejan los defectos y excesos de la sociedad. En el caso de la institución el símil les viene como anillo al dedo a los funcionarios corruptos que en sus cargos le sacan provecho inmoral, ilícito y punible a sus desempeños; empañando y transformando en indecentes las tareas que les han encomendado. De modo que: Yo los conozco, son ocho los monos: Pocho, Toto, Cholo, Tom, Moncho, Rodolfo, Otto, Pololo. Yo pongo los votos solo por Rodolfo. Así que concedo al lector hacer las respectivas sustituciones en estos nombres, que son más de ocho y podríamos mencionarlos v.g., Bizzy, Carly, Henryna, And la Reina, Jeanette, y no pare usted de contar porque es una red, por lo que no soslayen a la Oficina de Control de Extorsiones…
La absolución del culpable es la condena del juez. (Publio Siro).- El funcionario dice: Recibí la llamada de “Chico”, un personaje a quien tenía en otro concepto e incluso le había concedido mi amistad y por el cual apostaba en él otra personalidad distinta a la que estaba poniendo al descubierto en ese momento, y que había ocultado no solo por la confianza que espontánea la había obsequiado, sino por mí despiste al no haberlo detectado como un troyano, hasta el punto de coadyuvar de manera privada a su crecimiento profesional y en sus estudios más que por el simbolismo de su pago que al decir no era poco sino insignificante; lo hacía por mi consideración al creerlo una persona merecedora de encomio. Pues sí, “Chico”, intervino eufórico, más bien “volcánico” en defensa a ultranza de Carly. Recordemos que Carly es subordinada de Bizzy, por lo que en el organigrama corrupto de la oficina endémica, And la Reina, Henryna Martinelli y Carly son Jefas, de modo que entre la droga cola/nicotina y la pastusa Carly, mantienen el negocio de la corrupción de la institución en “la cresta de la ola”, que podría traducirse en que “el guiso está montado y la olla hirviendo”.
Digo que cualquiera que tiemble en este momento es culpable; pues la inocencia nunca teme la vigilancia pública. (Fred Vargas).- Al comienzo del monólogo de “Chico”, dice el funcionario; «no se advertía que él estaba haciendo lo que en derecho se llama “el descargo” de la imputada que es su defendida Carly». Pero, ¡cómo cipote!, excluyéndose se atrevía “Chico” a meter las manos al fuego por Carly si las pruebas en su contra son abrumadoras, desconcertantes y putrefactas, al punto de que toda la urbe o toda la ciudad está escandalizada, y ahora en sus andanzas en corruptelas la otra ciudad está a merced de la pudrición en pasta que es la babieca Carly y además de que a diario se reciben quejas de otros funcionarios que la están marcando como tal cual es marcado un jugador en el futbol. Carly me exigió ¡tantos miles de dólares!, es la tertulia cotidiana entre los usuarios, que pagan, pero no así el silencio de las víctimas al sentirse saqueadas por estos jefes circunstanciales. Los usuarios están entrampados en el círculo invirtuoso e ímprobo de los funcionarios que en altas coimas, están tarifados y que integran la oficina endémica. Una desprevenida búsqueda, nos arrojó como resultado que Chico, fue contratado por Carly para trabajar en su equipo. “Eureka”. Chico, no solo trabaja para el equipo de corrupción de la oficina endémica, sino que son “amiguetes” de atrás. Luego resulta, que Chico es subordinado de Carly. He allí el detalle. Al haber entrado absolviendo como juez venal el juicio sobre las inmoralidades e ilicitudes de Carly, entonces Chico se auto condenó. Se le ven los dólares sucios a las costuras. ¿Qué tan desleales intereses pudieron anteponerse al respeto y al agradecimiento que Chico le debe a su mentor? Siempre recuerdo la enseñanza del profesor de Derecho Procesal Civil, el insigne José Manuel Delgado Ocando, quien decía: “cuando en algo no encuentres una explicación lógica, ética o moral; la respuesta es: el dinero, el sexo o las drogas.
La hipocresía y la culpa son hermanas gemelas. (Manuel Tamayo y Baus).- ¡Yo no fui!, dice Carly. Me refieren la magnitud de la culpa y la hipocresía con que Carly conversa cuando se mezcla entre funcionarios incautos y usuarios cómplices; en lo que quiere hacer creer que se trata de una incidencia casual; pero la realidad es que sabiéndose culpable Carly siente el escozor de las miradas sancionatorias y la censura moral de la gente que sí tiene valía; por lo que se revuelca en ataques de pánico, lo que algunos podrían pensar que es en algo parecido a la culpa, para engañar, manipular y sugestionar a los incautos escuchas, al purgarse de la necesidad de ser oída y mientras vocifera que no es cierto que sea una corrupta, que nunca la han expulsado a patadas de una institución por forjar y vender documentos de la misma naturaleza de los que ahora gestiona en la institución, ni de tener un mercado negro para vender ilícitamente lo que no debe, y que jamás ha aprobado procesos a personas inaptas que realmente no los han superado, ni que es déspota y mucho menos babieca y que es falso que le guste asaltar las cunas de los jóvenes e imberbes usuarios por lo que el estupro no es su característica.
Carly está en modo pánico.- Y responde al aforismo latino: Excusatio Non Petita Accusatio Manifesta (quien se excusa sin habérselo pedido, declara que es culpable) ¿Por cuales razones alguien que se sepa inocente, va a tomarse para sí lo que bajo un seudónimo se dice de un personaje? En vez de dejar pasar y dejar correr las aguas, tal cual dice el refrán «agua que no has de beber, déjala correr» lo que significa que cuando algo no es de nuestra incumbencia, lo mejor es no inmiscuirse y dejar que las cosas sigan su curso natural. Pero no, Carly sabiéndose culpable está asustada, se siente descubierta, se sabe expuesta y jura que tiene en grandes letras dibujadas en su enorme y monstruosa frente, un letrero que dice “soy una corrupta y eso que se rumorea de mí es cierto, me han descubierto”. Tal cual le ocurre a alguien que luego de caer en un pozo séptico, siempre huele a mierda así gaste en bañarse una tonelada de detergente. Carly y su naturaleza hipócrita, no está en armonía con otros ni consigo misma, cuando al saberse descubierta, la matriz de opinión le juega en contra, pero se mantiene allí dentro en la oficina endémica hecha la huevona porque no quiere soltar “el quesito americano”.
Es fácil culpar a otros por tu situación. Es mucho más productivo buscar tu propio pasado y encontrar la causa de tus fallas.- Como una alarma encendida, la presencia de Carly en la oficina endémica desconcierta a la gente decente, pues Carly es como la meretriz del barrio que el cura mete en su iglesia, se la tira en la sacristía y todos los feligreses lo saben. De modo que es vox populi la identidad de la puta y del putañero. No ha hecho Carly un flashback para entender las razones por las cuales su desempeño anterior en otros cargos y su comportamiento maligno, malandro y perverso en contra de compañeros de trabajo y de usuarios, ahora le están apareciendo en el presente porque subestimó a la gente y subestimó a los hechos. Siempre Carly ha jugado a la impunidad, apostó que su maldad y su conducta oprobiosa en contra de compañeros de trabajo y de usuarios iban a quedar ocultos y la vida no se los cobraría. Con su hablarcito “aguevoniao” que se le sale la baba, siempre ensució la reputación y la dignidad de otros, destilando veneno por su jeta. Al encontrarla se le dice: Saludos Carly, ¿cómo está? y entonces responde fañosa por el agolpamiento de la carga de toxinas que no la dejan modular y por tratarse de una serpiente escupidora hay que estar a la defensa. Cualquiera pensaría que habla así a consecuencia de una disartria, o que es disfémica; pero es la ponzoña venenosa con la que carga la lengua y no es cualquier serpiente huevona. De tal manera Carly que aquí cobra plena vigencia el pensamiento de Neal A. Maxwell “No dejes que el futuro sea un rehén de tu pasado”.
Jugar limpio significa, ante todo, no culpar a los demás de nuestros errores. (Eric Hoffer).- Carly está convencida de que incurriendo en bajezas haciendo narrativas inmerecidas de otros e inventar incorrecciones a otros; con eso entonces se borrarán de la memoria colectiva de la urbe y de toda la ciudad sus hechos de corrupción en los que incurrió y en los que ahora mismo está incurriendo en esta institución. Carly cree alegremente que al igual que en la informática, en la vida real basta con teclear Ctrl + Supr y así se borrará del universo la lacerante experiencia que todos los que han tenido la desgracia de relacionarse con ella y su real personalidad, han sentido por la inmundicia de gente que es, y apostó que desaparecerán del recuerdo de sus víctimas sus actos y hechos de corrupción y de encuentros furtivos sexuales obligados con los jóvenes usuarios, que llenos de asco se vieron conminados para poder obtener una aprobación. Por el contrario Carly, tu estadía en esta institución está en Ctrl + P, y se te está monitoreando y te está viendo todo aquel que le concierne saber que la institución es una mampara para gente indecente como tú, y que como en The Truman Show, ser libres es dejar de ser visto. Carly está condenada a su pasado que la sigue como a su sombra. Y todas las miradas y todos los escrutinios de la gente decente están sobre la inmoralidad de Carly. Te están viendo Carly, incluso aquel personaje de quien recibiste recientemente esa cantidad de dólares que te sacó una sonrisita diabólica, ese también te expone porque está pagando.
Tenemos que permitir que la culpa nos recuerde hacerlo mejor la próxima vez. (Verónica Roth).- Todas las personas no experimentan culpa. Así no experimentan culpa, ni los narcisistas, ni los psicópatas, ni los sociópatas; ellos no tienen escrúpulos ni remordimientos, de modo que están muy lejos de tener cargos de conciencia. Es más, en el caso de los personajes que aquí se describen, ellos se sienten justificados y están convencidos de que es un derecho que les asiste, de sacarle provecho ilícito a las tareas decentes que les confiaron pero que metamorfosearon en indecentes. Dijo Víctor Hugo el escritor de Los Miserables, que “la conciencia es la presencia de Dios en el hombre”. De modo pues, que lo repito en mis epístolas, que quien no tiene a Dios consigo entonces tiene al Diablo. Es un asunto ambicioso pedir que estos personajes “los Orozco” de la institución, como Carly, Bizzy, And la Reina, Henryna, Jeanette (que es la Jefa de Carly desde USA), que se sienten en su salsa por apropiarse en abundancia de dólares mal habidos que no declaran ni al fisco ni a las contralorías y no figuran en sus declaraciones juradas de patrimonio; reflexionen sobre el daño que hacen a la sociedad y a la institución con echar al mercado productos alterados y sin calidad, por estar recibiendo coimas y extorsionando para adulterar documentos, procesos y vender honores. Pero aun así, podemos encontrar isla fértil en alguno distinto a ellos, como el caso de Lalo, lo que es cuesta arriba para los otros, pero hacemos el deber de motivarlos a capitular de seguir dañando a la sociedad, a la institución y el prestigio que tuvo. Con esto demostrarán que son de verdad hijos de Dios y delante de Él tranquilizarán sus conciencias (si es que las tienen) de cualquier cosa que ella les reprochare, porque Dios es más grande que vuestras conciencias y todo lo conoce. Si vuestras conciencias no les remuerden no porque sean narcisistas o psicópatas, sino porque no van a cometer nuevas ilicitudes, entonces la confianza en Dios es total y podrán enfrentar los vicios que los asaltan. Tal como está poseída la envilecida Carly, la envidiosa Carly, quien no experimenta lo que habitualmente conocemos como culpa de forma auténtica; sino que anda en una campaña de despistar, para que la crean decente; publicitando una honradez y una ética que no posee y que de tenerla o poseerla no produjera tanto escándalo en ese cargo que ostenta en la oficina endémica y por eso es que no lo está haciendo decentemente esta otra vez. Ella misma es un círculo vicioso. Respecto de la carencia de freno emocional por parte de los psicópatas y narcisistas les invito a leer
https://www.elimpulso.com/2022/06/01/opinion-los-psicopatas-no-experimentan-miedo-o-son-unos-cobardes-1jun/ .
El alma desordenada lleva en su culpa la pena.
San Agustín
Dr. Crisanto Gregorio León