#OPINIÓN Los Diarios de la Zía Nonna: La Cornucopia Kármica de Raimundo y Todo Ed-mundo -A- (Parte XLI) #29Abr

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Si pudiera usar palabras, 

como flores esparcidas y hojas que caen,

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…que hoguera harían mis poemas”.

(散らばった花や落ち葉のような言葉を使えたら,…

私の詩はなんと焚き火になるだろう)

Mariko-Sama (Shogún).

 “La vida solo es un sueño dentro de un sueño”.

“¿Qué es la vida, sino una huida de la muerte?”.

“¿Qué son las nubes, sino un pretexto para el cielo?”. 

James Clavell.

  • Karma por Selección Natural

A esa hora de sombras daba la sensación que la oscuridad meditaba. Humanamente, había pensado en todo. Pensé especialmente en el qué hacer en mi terruño tercermundista, privado de albedrío y forzado por tiranos bandera (cual Las Sabinas {mujeres de Los Sabinos} raptados por los fundadores de Roma, [el mito fundacional donde los sabinos ampliaban su caudal a las virtudes religiosas y guerreras de Rómulo y sus compañeros]), en el que obligado me hospedaba, secuestrados por los Rómulo-cionarios embusteros, y sus camaradas. 

Los ímpetus no dejaron calmarme, escogen que active los sueños y sueñe la realidad. Ambos opuestos se injertan y suplen en un cuerno de frutos maduros. Raymond Junior, el sucesor, curioseó indagando conmigo si los hijos preguntones son estúpidos; aconsejé que aprendiera a escuchar más, y preguntar menos, y a verse en el espejo, si quería desertar a ser marginal como los Romulanos de Miraflores. Como no entendió ni un poco, fue a punzar a la mamá, y ella le habló de los ñangaras, de los tipos in-Maduro-s, incultos, y sórdidos.

Aproveché de escabullirme del brete que es criar un hijo a la moda, un retoño nuevo con interés en jugar en consola y en el ínterin desconsolar a mamá preguntando pistoladas, no digamos lo costoso que debe ser, consolar al país empobrecido, inculto, y sórdido, por políticas sin política de sus politiqueros culpables.

Por fin hallé un espacio despejado en la solana de la casa donde la familia se reunía en días festivos, pues hasta ahí alcanzaba el presupuesto vacacional, o a pasar el rato viendo películas. Se había construido un mirador con romanilla para que las luces y la buena ventila, salvará del síntoma del edificio enfermo (building sickness) y de noche daba por sentirnos Copérnico y Galileo usando la terraza como un telescopio Hubble excepcional que admitía sentarnos comprendiendo al cielo como en el planetario Humboldt del Parque del Este

Allí estaba mirando estrellas, y recordando a mis padres, sobre todo a papá que vivía diciéndome ¡Pon los pies en la tierra, carajo! He debido poner atención. Menudo error no haberlo oído con interés, pero las juventudes no escuchan lo suficiente, acaso si oyen ruido. 

Le hice caso el día cuando quiso enseñarme, qué es el karma. Empezó por decirme que el karma es como el clima, cambia sin aviso ni protesto. Es el único vocablo que encierra todo lo que nos sucede en la vida, para enseñarnos sabiduría, y darnos propósito. Recuerdo que estaba sentado en el salón estilo Luis XV de la residencia, mirando la danza de las horas, las estatuas que, como vigilantes del tiempo, registraban el hogar de mis padres, semidioses de la formación sana, la compostura forzosa y el orden cartesiano, orquestado por mamá

Papá explicó… – “Karma” –dijo es el principio básico del conocimiento. Después, está la paciencia, y la paciencia, es muy significativa, porque los individuos pacientes son fuertes, y por tanto, gozan de integridad y son enérgicos en sus principios…

– ¿Qué significa ser paciente, fuerte y enérgico? –pregunté, con un tono de respeto y de enorme curiosidad, como si fuera que me presentara ante un semidiós olímpico.  

Pacienciasiguió papárepresenta diezmar el ego de las siete (7) emociones: odio, adoración, gozo, ansiedad, irritación, dolor, y miedo. Si das el pecho y eres paciente, dicen los eruditos, percibirás todas las cosas importantes, y estarás en armonía con la Eternidad.

  • Karma Camaleón o Karma Boy George

Mirando el firmamento en una noche abierta, imaginé un cascarón negro con tantos brillantes como broches de luz.  Sentado de lado, El Junior, intervenía el comando de la tele, y decidió colocar la serie televisiva del día en streaming. Se trataba del remix de la novela best-seller de los años 75 de James Clavell, Shogún. La correlación entre el filme y la palabra karma. No pudo ser más manifiesta.

Dada la curiosidad, Junior fue a la Wikipedia, y revisó el tema a vuelo de pájaro. Halló que en culturas dhármicas, el karma (sánscritoकर्म), es una energía-ley cósmica trascendente (invisible e incalculable) que se crea a partir de los eventos que vive la gente y es distinguido como espíritu de justicia y/o equilibrio, y así como es el dogma primordial en la doctrina del hinduismo, el budismo, el jainismo, ​el ayyavazhi y el espiritismo. Normalmente, el karma se interpreta como «ley» cósmica de retribución (o de causa y efecto), y describe la noción de la «acción» entendida como raíz natural del ciclo causa-efecto. Cada resurrección cíclica, según el karma, quedaría condicionada por los actos consumados, en lapsos preliminares. Lo más parecido al karma en cristianismo, es el concepto teológico del pecado.

Después de la lectura de Junior estuvimos pensativos por un largo rato hasta que las memorias regresaron a usurpar la escena con el cielo como teatro del absurdo o del milagro de la existencia y los seres vivos, (donde sea que estén en este universo o en el ¿multiverso?) haciéndole el coro a los enigmas ocultos en el frío espacio infinito de la materia oscura.

La sensación de nadería e insignificancia transitó por las sangres del entendimiento dejándonos tan fríos como el espacio fronterizo sobre nuestras bocas abiertas y corazones arrugados. Decidimos hacer un stop breve y fuimos a paliar el karma de las dudas, bebiendo té de camomila o manzanilla para sedar la intranquilidad de imaginarse feligrés de la nada.

Junior, tenía atracado una interpelación que se resistía a hacerla por temor a quedar como necio preguntando pendejadas como las que solía hacerle a su madre que sensible lo atendía para que supiera que los modales dependen más de uno que del resto. Y armado de valor me interpeló con cara de quien espera regaño por preguntar estupideces.

– ¿Qué tiene que ver Boy George y su karma camaleón con todo esto

Pero bueno Junior ¿qué pasa?, pon los pies en la tierra carajo, dije como papá decía.

  • Karma Karminella- 

Junior poseía la pericia de hacer consultas inesperadas, mamá decía que eran castas, y yo decía que eran cretinas. Tal vez ambos poseíamos razón, pero quién conoce de criollos a la intemperie, con tamaña noche al derredor. 

Volvimos a la fílmica terraza a seguir con el rollo de Shogún. Karminella vino a poner orden cartesiano, su especialidad, en el desorden que, según ella, teníamos por norte. Dejó, como siempre, que mucho cuidado con andar regando comida en el suelo, o manchando el sofá-cama de quién sabe qué demonio. Karminella siempre me encantó, porque quien sabe si por el Complejo de Electra, mi esposa era un clon de Carminella del Toboso, mi mamá, pienso, la más estricta, perseverante y ejemplar mamá ideal de esa época sesentona, donde la madre era la jefa, si tenían por modelo a la perfecta ama de casa, Ana Teresa Cifuentes, a la que mi madre le rompió el molde y creó el nuevo canon de la higiene extrema y el orden cartesiano bautizando en ciencia nueva, la cátedra de ama de casa, rayana en la obsesión, pero no por ello menos pedagoga del pragmatismo aséptico.

Karminella volvió a acompañarnos en el capítulo 9. Rompió en mar de lágrimas al ver morir a la señora Mariko por los complots de Ishido contra Toranaga, el futuro Shogún que conferiría al Japón feudal el porvenir económico-científico de los tiempos de la regencia bajo su equilibrado mandato neutral de paz entre los señores feudales, siempre pugnantes.

Recordamos a mi mamá, y sus enseñanzas colgadas de la puerta de la nevera como una ley inviolable bajo pena de sanción a quien las contraviniese, y contentivas de sabiduría, técnica, estética, seriedad, pulcritud extrema y amor familiar, un fenómeno de progenitora guía. Pero también recordamos que, los extremos dañan, si se convierten en obsesiones.

Junior, con gran sentimiento de amor por la Nonna, que no conoció, por primera vez preguntó a su mamá con ojos llorosos… 

– ¿Mami, la Nonna era un karma bueno? Y su mamá clon le dijo, de nuevo llorando…

– ¡No hubo una mejor, tu abuela fue una heroína del karma y murió por fe en el suyo

Y en aquel instante, con el karma en la suya, dios de confidente en lo oscuro y el cielo de testigo, lloramos de plenitud hallando que es el libre albedrío el privilegio de la existencia y libres del bien y el mal, podremos respirar e inspirar cada segundo vital, como si jugáramos Monopolio, sin pasar por home ni cobrar doscientos. Junior de pronto y entre lágrimas y mocos nos dijo: 

– ¡Los amo, y gracias por todo!… tal como le dije a mi mamita, antes de partir de este mundo, con el karma mirándome a la cara… 

MAFC

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