Edmundo González Urrutia, el candidato presidencial de la unidad en Venezuela, concedió una entrevista donde analizó la preponderancia de María Corina Machado en el contexto político actual y cómo fue el proceso para aceptar ser el nuevo abanderado de la Plataforma Unitaria.
El diplomático reconoció, sin ningún problema, que la líder de la oposición en este proceso es María Corina, la coordinadora de Vente Venezuela, quien arrasó en las elecciones primarias del 22 de octubre de 2023.
“Ella es la líder indiscutible de este proceso y la respetan como tal. Yo soy un candidato ahí”, aseguró el que fuera embajador de Argelia en la década de 1990.
Machado anticipó el pasado miércoles una «campaña única en la historia de Venezuela», con González Urrutia como foco principal del proceso. La declaración coincide con lo que señaló el candidato presidencial, al decir: «la acompañaré algunas veces, pero no voy a recorrer el país». Un hecho inédito en las campañas presidenciales en el país.
Sin miedo rumbo a las elecciones
Edmundo González fue inscrito ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), como un candidato provisional, mientras la oposición encontraba la forma de postular a Corina Yoris, la sustituta de Machado, quien enfrenta una inhabilitación política de 15 años.
El abanderado, quien ya expresó que asumió con «inmenso honor» el reto de encabezar el proceso electoral de la unidad, aceptó su postulación como candidato «tapa», con una condición: «Yo siempre dije que aceptaba si había unanimidad en la decisión, en el entendido de que era provisional».
La etapa de candidato «tapa» acabó. Después de una jornada exhaustiva de la Plataforma Unitaria con líderes como María Corina Machado y Manuel Rosales, quien también se había inscrito con la tarjeta de Un Nuevo Tiempo (UNT), la coalición opositora designó por unanimidad a Edmundo González Urrutia como el representante oficial para medirse con Nicolás Maduro.
Esto trastoca el plan principal de González Urrutia, pero después de una «evaluación rápida» decidió «echarle pichón».
«Hice una evaluación rápida. Yo sabía que me estaba metiendo en un candelero muy serio con implicaciones hasta de seguridad personal, pero no tengo miedo. Lo consulté con mi familia y con unos tres amigos y me dijeron ‘échale pichón’. El que no la debe no la teme. Sin embargo, desde ese momento trato de concentrar las actividades en casa y salgo escasamente a alguna reunión como la de hoy con la Plataforma Unitaria y vuelvo para acá», así describe el dirigente su proceso para tomar el mandato de miles de venezolanos que quieren un cambio.