#OPINIÓN Treinta años de adulterio y el desorden moral continúa… #24Abr

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Satanás te regala momentos estelares de pecado, 

conforme quiere tu corazón y garantizarse para sí, 

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tu alma inmortal.

Crisanto Gregorio León

Un hombre virtuoso.- A propósito del divorcio que le planteó su esposa al famoso jugador de fútbol Kaká, la mujer señaló que se separaron porque él es demasiado perfecto. Luego de esta explicación, qué “cosa” pueden esperar otros hombres o simples mortales, dada la insólita argumentación de esta mujer que por el contrario llenaría de orgullo y de serenidad al corazón de cualquier fémina sensata. Siendo que Kaká es un deportista, de fama mundial, apuesto, buen padre, buen esposo, respetuoso, millonario, un caballero, es en todo sentido un hombre virtuoso este joven ex jugador del Real Madrid.  

El desorden moral, sin principios ni valores.- Pues bien en ocasión a esta noticia que causa estupefacción y que ha recorrido el mundo, he querido plasmar la historia fatídica de un buen hombre que al tener un velo de amor, pues estaba enamorado creyendo haberse casado para toda la vida y equivocadamente con una buena mujer temerosa de Dios; por lo cual no lograba comprender el trato déspota, humillante, de desprecio e ignominioso que sufría cada día por parte de su esposa, que incluso la “señora” no le servía la comida sino que se la tiraba en la mesa y que él resistía de manera estoica estas conductas infames de su esposa, para evitar escándalos y para no perder su amada familia. Pero un día decidió lleno de llanto postrarse ante el altísimo, ante el santísimo, ante el sagrario para encontrar respuestas. Y Dios le contestó en revelaciones, haciéndole saber sobre el desorden moral de su esposa y de su conducta alevosa en su contra, como si fuera un filme donde el inocente hombre se enteró cuadro a cuadro del horror de su vida matrimonial. Jamás pensó este hombre engañado, que eso le podría estar pasando a él, pues era un inocente y nada sabía de la psicología narcisista tal vez psicópata de su astuta mujer, pues nunca se termina de conocer a las personas, así se disfracen de gente inocua o de mansas ovejas. Siempre el esposo engañado, tenía a su esposa como una mejor persona que él, ni sospechaba haberse casado con una mujer sin principios ni valores, ni siquiera la juzgó cuando ella le confesó durante el noviazgo que un primo suyo estaba en la cárcel porque ella en complicidad falsificó cheques a pedimento de él y se embolsillaban ese dinero producto del delito y su familiar fue sentenciado y pagó por años con la privación de su libertad. Este episodio en la conducta de Nita fue soslayado por el enamorado novio y posterior esposo engañado, que no evaluó ni atisbó las señales del comportamiento inmoral y delictivo de la mujer a quien convertiría en su cónyuge.

Dos celulares para el adulterio.- La esposa infiel, se había comprado otro celular, con uno atendía a Jorge alias el guajiro y con el otro atendía a José alias el gocho. En una ocasión el esposo le encontró un mensaje donde Jorge le decía “nos vemos el sábado amor”, y ella fue al encuentro por encima de la amonestación de su legítimo esposo. Fue este otro suceso para despertar de una pesadilla que vivía el esposo engañado, y el estado de alerta cobró sentido y entender las razones injustas y perversas por las cuales recibía de su esposa un trato despreciativo y desconsiderado, además sin intimidad. En posterior ocasión le encontró en el otro celular un mensaje de José, donde este la invitaba a  un pueblo andino de nombre Tovar en el Estado Mérida de Venezuela, sitio de “citas” con ella en donde ambos se burlaban de su marido y del sacramento del matrimonio en encuentros sexuales furtivos. Cuando Nita, (que es el nombre de la mujer adúltera), se excitaba lo cual era todo el tiempo y quería tener sexo furtivo con Jorge, le enviaba mensajes diciéndole “hola guapo” y cuando quería tener sexo con José, le decía “besos arruchaditos”, pues con cada uno tenía su sistema de señales para los apareamientos cuales bestias. Donde la cristiana Nita tenía como dioses a los penes y los testículos de sus ilícitos amantes. Con toda certeza en las mentes de estos hombres se auto engañan y se conciben como “excelentes y virtuosos seres humanos”, los machos vernáculos, los ganadores, al haber causado daño a un hombre que nada les había hecho a ellos y a quienes no les debía nada, al “tirarse” a su mujer y destruirle el matrimonio, pues para él eran completos extraños. Los tres, Nita, Jorge y José causaron una daño moral de trascendencia descomunal y espiritual a este inocente esposo, que además somatizó hasta enfermarse y los intrusos en su vida matrimonial con un caradurísmo infernal contestaban las llamadas que él le hacía a su esposa, cuando ella desaparecía por largos periodos de tiempo y era que estaba teniendo revolcones de sexo en la casa de la mujer de Jorge cuando ésta se iba a la capital a hacer diligencias de su trabajo. ¡Qué clase de personas pueden ser esos engendros!, que gente tan detestable, de tan miserables corazones, de almas sucias, que urdían y ejecutaban maldad en contra de un hombre que nada les había hecho ni ofendido.  En una ocasión, habida de varios viajes que el esposo hizo a Mérida con su esposa, a visitar a un amigo médico enfermo, Nita se perdía a ratos y su esposo la encontraba “masturbándose” por haber tenido abajo en el lobby del hotel donde se hospedaban, un encuentro furtivo con José alias el gocho.  ¿Con qué adefesio inmoral se casó este engañado hombre? ¿Qué clase de persona es Nita? ¿Qué clase de personas son Jorge y José, que seguro no querrán que a sus hijos varones, sus esposas le hagan lo mismo, que ellos en afrenta moral y espiritual han hecho en contra de un hombre que nada les debe?

Las verrugas genitales.- En alguna ocasión, el engañado marido le encontró a su mujer en la entrepierna unas verrugas y por su propia inexperiencia e ingenuidad ya que ella fue su primera pareja sexual, no se percató que se trataba de verrugas de vph o condilomas, que por supuesto él no le había transmitido y él no las padecía. Por lo que al indagar sobre el asunto pudo tristemente corroborar las andanzas furtivas y promiscuas de su mujer. Como los encuentros sexuales con su mujer le eran negados por ella, cuando al azar hubo intimidad, él la encontraba dilatada por haber sido penetrada por Jorge o por José,  previo a la relación con su marido legítimo. Ella venía usada a la cama conyugal. Nunca Nita valoró el significado de la familia, ni la trascendencia del sacramento del matrimonio, trataba a su esposo con vejámenes, era ofensiva con él, su trato cruel e inmisericorde desconocía a propósito que su esposo legítimo era un hombre lleno de virtudes, de sentimientos que añoraba familia, con sensibilidad y que le estaba causando inmenso dolor psicológico, espiritual y atentando contra su salud física, su reputación y su buen nombre. Nita se afincó con garfio demoníaco en las carencias afectivas de su esposo y de su orfandad. El esposo evitaba los escándalos y se tragaba su dolor para eludir la publicidad sobre su vida intrafamiliar, que le causaba oprobio y terribles daños a su salud, la cual fue perdiendo de a poco hasta la postración. Nita, está convencida de que su esposo ni siente, ni padece, por lo que despiadadamente lo trata como si fuera un saco de piedras, en algo sin vida, incapaz de sufrir, ni de llorar; pero a los amantes los acaricia con el verbo y con sus actos llenos de consideración y de respeto, aunque engaña al uno con el otro.  

No cometerás adulterio, honrarás a tu padre y a tu madre.- Debió este hombre engañado soportar, infundios, mentiras, calumnias, ofensas, desprecios, golpes, incluso que entre Nita y el hijo de ambos (a quien puso de su lado a propósito de permitirle ilicitudes e inmoralidades y que le tapara las suyas), una noche lo echaron de su propia casa (la que él construyó fruto de su trabajo), lo tiraron a  la calle con su ropa y con sus mascotas y el esposo inocente de las perversiones que impulsan tanta saña en su contra, para “esconder la pena y el escándalo”, llorando y aturdido, desconcertado y golpeado, rodó por las calles de una ciudad oscura buscando refugio donde pernoctar. A él le daba vergüenza  denunciar a su mujer por maltratos físicos, psicológicos y por inmoralidad, de modo que se tragaba todo ese dolor.  Además de que su infiel esposa, es una hábil mentirosa y una experimentada artista del fingimiento.

Esto es solo una arista de las maquinaciones que engendra el adulterio.- En este caso a nuestro personaje le desbarataron la vida, le debilitaron su alma, cuánto daño le han hecho, que terrible, que funesto. Qué horror!!! Nadie reflexionó en el momento en que lo hicieron, ni cuando lo hicieron respecto de la maldad, el daño y el desprestigio que le estaban infligiendo y le causaron a aquel hombre, a su  persona física, a su alma y a su psiquis. Se ve feo que ahora la víctima se alegre que quienes le hicieron daño,  la vida les esté cobrando todo el perjuicio que le hicieron, pero claro no ven feo que ellos  hayan hecho daño, eso si no lo ven feo. Le ruega a Dios ese hombre  ver y enterarse de que todo aquel que le hizo daño, al punto de dejarlo ciego, cadavérico y despojarlo de su casa y de sus cosas  y hacer que  rodara una y muchas noches dando tumbos por la ciudad para buscar donde quedarse;  le ruega a Dios que lo paguen. Su  amada mascota su perro Ramsés, tuvo que regalarlo y luego de  meses cuando pudo rescatarlo ya no era ni la sombra  de un perro, estaba flaco, desnutrido y murió. Su perrita Rossy también murió después que la rescató de donde tuvo que dejarla luego que le hicieron atravesar una noche fatal a la que se añadirían muchas noches y días fatales para él. A quienes ingeniaron ese plan y a quienes se aprovecharon de circunstancias de mentiras para impulsar  que lo separaran  y lo despojaran de su casa que él construyó, que si pensaron el mal que hacían y que no reflexionaron sobre que no estaba bien lo que con risas ejecutaban, solo le pide a Dios que les haga sentir su justicia.

Las torturas físicas y psicológicas.- Ella hace todo lo que Jorge y José, sus amantes, le dicen que haga en contra y en perjuicio de su esposo quien no comprendía la osadía de cómo se le violaban sus derechos humanos y lleno de terror ocultaba su dolor, impactado con inmovilidad tónica, no se trataba de un pusilánime, sino de un hombre enamorado que quería tener un hogar y una familia y no entendía y no comprendía la magnitud de la maldad de la mujer a quien él amaba. Calibrando el corazón de Nita, para congraciarse con sus  amantes, tiene sus propias iniciativas de maldad e indecencia en contra de su legítimo esposo, para garantizarse que los truhanes de sus amantes “la sodomicen”. Nita, Jorge y José son los condenados que Dante Alighieri describe en la Divina Comedia, en el segundo círculo del infierno, por haber sido vencidos por la lujuria. Nita es una ninfómana cristiana, o sea le ruega a Cristo que le dé muerte a su esposo, que éste se estrelle con su vehículo o se caiga de algún puente; pero que les de salud y fortaleza a sus dos machos amantes. Le grita a su marido que no les desee la muerte a sus amantes Jorge y José, porque eso es pecado, pues con solo desearle la muerte a alguien ya se viola el sexto mandamiento de la ley de Dios de “no matar”. Pero ella desea con ahínco y con fuerzas que su legítimo esposo se muera. Cada crueldad, cada perversión que sus amantes le dicen o le arguyen en contra de su legítimo esposo, Nita lo toma como un dogma de fe, como una orden de sus machos amos demoníacos, como una verdad irrefutable y ella lo ejecuta contra su esposo para afligirlo, para despreciarlo, para invalidarlo y someterlo a la mayor vileza inimaginable. Es que Nita tiene su natural, espontáneo y elevado nivel de maldad y maquinación. A su marido legal, al hombre con el cual contrajo nupcias, lo mira y lo trata con desprecio y lejos de ser la mujer idónea de la que habla la biblia, pues Nita no practica la mansedumbre con su legítimo esposo el padre de sus hijos, sino que es sumisa y mansa con sus dos machos, a quienes venera e idolatra. A su esposo, esta “mujer cristiana” lo trata con altanería y grosería, mientras trata como héroes a sus machos amantes, a quienes guarda respeto y lealtad a su modo porque a uno lo engaña con el otro. Y Nita, para justificarse ante sus conocidas amigas alcahuetas entre otras como la vieja Lilia y la gorda Jaqueline, desprestigia a su esposo mientras enaltece a sus amantes.

Entre la vida y la muerte.-  Al esposo, le pusieron a los hijos en contra,  le dispararon al frente de donde lo obligaron a vivir arrimado en un barrio de mala muerte, perdió la vista, se le desarrollaron todas las neuropatías que sufre a diario. Ahora dentro de su dolor ruega a Dios que les vaya muy mal a quienes le hicieron tanto daño. Él no los perdona. Que los perdone Dios, dice. Todo el tiempo tiene revelaciones de esos tres ardiendo por la eternidad en el lago de fuego del infierno. ¡Hay que estar en los zapatos de este hombre! Dios le ha revelado lo que Nita en su perjuicio le desea a él siendo su legítimo esposo, pero que la vida se lo devolvió a su amante Jorge el guajiro: Que Jorge el hombre que maquinó en su contra para despojarlo de lo que es suyo, de su mujer y de su patrimonio; tuvo un accidente de tránsito y se vio muy mal de la próstata, pero eso no es nada de todo lo que nuestro personaje espera del castigo divino, de la justicia de Dios; porque nunca les hizo ningún daño. Jorge y José eran desconocidos para él; en cambio de sus victimarios recibió mucha destrucción gratuita. Ahora nuestro protagonista, está  muy enfermo a consecuencia de todo ese horror que le hicieron vivir, su adúltera mujer y los dos conocidos amantes de ella, pero que estaban ocultos para el esposo ofendido. Y sí, en efecto cada día espera saber que todos los que se complotaron aprovechándose de mentiras perjudicándolo, ahora paguen sus despreciables actos hacia un hombre bueno, que demostró ser mejor persona que quienes lo aterrorizaron. Dice el hombre engañado; “Dios me de fuerzas y me quite este dolor, por todo cuanto en mi perjuicio tu Nita, junto a Jorge y José, han hecho en mi contra, que las personas con quienes me mal pusiste se enteren de tu verdadera personalidad y que tus dos infernales amantes Jorge y José paguen con creces ellos y sus descendencias el daño inmerecido que me han causado, que no respetaron mi vida ni me respetaron como hombre, que mis maldiciones los persigan por toda la eternidad. Continúa diciendo nuestro protagonista: “Me dices que yo debo ser bueno y olvidar el daño que me haces tú Nita y tus dos machos, pero ustedes no evitaron hacerme daño”. La gente no se cohíbe ni se inhibe de hacerle daño a otros cuando los ven vulnerables, o cuando ven la oportunidad para saquear y destruir, cuando huelen que sus víctimas están heridas o en el momento más débil de su existencia”. Sabiendo que le estaban quitando la vida, mermando su salud decían; “ahora que está atravesando por esta encrucijada que nosotros mismos le provocamos, es el momento de dañarlo aún más, afíncate Nita, hay que sacarlo de la casa, aprovecha y lo despojas de sus cosas”, deja que su  hijo  lo golpee y justifícalo. 

 Víctima de su mujer adúltera y de los dos desalmados machos de ella.- Solo Cristo y la resiliencia lo tienen de pie. Nuestro protagonista, se considera una buena persona  y cada día le ruega a Dios que le haga mejor persona, aunque está lleno de dolor y Dios sabe de sus esfuerzos para hacerse el desentendido del daño que le prodigaron al punto de tener una salud tan maltrecha. Dice él esposo engañado: “Que vaina Nita, me exiges que yo debo ser bueno y perdonar, pero ustedes tres, ninguno pensó en ser bueno y no hacerme daño”, así dice nuestro personaje: «Y lo peor es que el daño que me hicieron fue gratuito, porque  nada malo les he hecho a  esos hombres, que incluso eran extraños para mí y que se mantienen encubiertos, con la ventaja artera de saber quién era yo y cómo ubicarme, pero cobardemente ellos se escondían». Recibió el engañado esposo, daños y perjuicios de gente que se mantuvo oculta mientras le hacían atravesar terribles experiencias de vida, saboteándole la existencia y su matrimonio. Porque pretendían que muriera de tantos agobios, o por un paro cardiaco y desentenderse de sus culpas. Que ya su alma, su cuerpo y su psiquis no resistieran más y que su corazón explotara o que se suicidara; pero que desapareciera de sus caminos; porque no era conveniente que existiera porque planes macabros se tejían en su contra para quedarse con su patrimonio y con su mujer. Y se conjugaron en su contra todo con base al desprestigio para pasar ellos como buenos y nuestro personaje como un malvado. Tiene mucho dolor en su alma, y cada día ruega a Dios que castigue a todos los que gratuitamente sin que él les hiciera ningún daño y sin que les debiera nada, maquinaron destruirlo y le quitaron a su esposa, que si ellos son culpables ella es más culpable aún de ese desenfreno sexual con sus dos machos. Sí, porque fue una experiencia de muerte hacerlo atravesar por todas esas macabras vicisitudes que aún horrorizan su vida. Y que actualmente han hecho de él un zombi, porque no es feliz, ni tiene salud, y cada día experimenta los abominables sobresaltos y el terror que no lo abandonan, de esos días funestos en que por extensos años, Jorge y José los amantes de su adúltera esposa, esos desalmados delincuentes planearon como quitarle de en medio irrespetando su vida y sus existencia. Aquí en la tierra te jactas, te vuelves una persona pedante y presumida, un disfraz de corrección cuando vives en la perdición. Son, eran y siguen siendo unos sucios, arrebatando y destruyendo la vida de un hombre inocente que nada les debe, que nunca les ha hecho algún daño.  

Arrepiéntete de tu vida inmoral, adúltera.- Hay quienes cometen adulterio de manera furtiva creyendo que engañan a Dios y hay quienes escandalosamente exhiben su adulterio con engreimiento y prepotencia mofándose de Dios y haciendo de su adulterio una bandera de soberbia, mientras sus almas están en el lodo y las llamas del infierno,  siendo personas sin decoro ni corrección  que pretenden en sociedad echárselas de justas y cabales, mientras en su inmoralidad tratan con rigidez a los demás seres humanos y caminan como si fueran dechados de virtudes. El adulterio es detestable ante los ojos de Dios. La mujer adúltera (Nita), pecadora que por efecto de su adulterio, convierte a su vez en adúltero a su esposo inocente y los hombres adúlteros (Jorge y José), pecadores que  por efecto de su adulterio, convierten a su vez en adúlteras a sus esposas inocentes, son todos reos del infierno. Es un pecado que compromete el alma de quienes lo cometen y también el alma de los esposos inocentes que desconocen que los engañan. ¿O es que acaso Jorge y José al estar sexualmente por 30 años con Nita una mujer casada, entonces ellos tres son unos ganadores? Los adúlteros solo piensan en la satisfacción de su carne, de su sexo,  y olvidan que el cuerpo es templo del Espíritu Santo. (2 Corintios 6:16), “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. Y debéis darme cuenta a mí, tu Señor de lo que has hecho con mi templo, el cuerpo que tenéis y que debéis respetar. Si cometes adulterio, debes pedirles perdón a Dios y a tu cónyuge para salvar tú alma, (Salmo 51:1-5). No quieras agradar a los hombres, cuando lo que debes hacer es agradar a Dios. Tu adulterio es conocido por todos, dijo el Bautista a Herodes Antipas y por eso hizo de Juan un mártir, ¿acaso es tan detestable tu alma que te quieres convertir en aquella o aquellos que  hacen mártires a otros para esconder sus escándalos  y sus pecados? Arrepiéntete de tu vida inmoral, adúltera. Y haz una vida llena de buenas obras para recobrar tu lacerada alma inmortal. Porque aunque te vistas de señora, puta te quedas.

Nita la cristiana adúltera.- La inmoralidad de Nita la lleva a rogarle a Dios que bendiga su unión furtiva con Jorge y con José; mientras trata a su marido con indignidad, sin respeto a su condición de esposo, de ser humano, sin respeto a su condición de hijo de Dios; pues lo que Nita quiere es que su esposo definitivamente deje de existir, desaparezca de la faz de la tierra. Ella considera que su esposo debe morir para que no siga siendo obstáculo visible para poder ella mantener abierta y pública lo que hasta ahora creía una relación adúltera furtiva, aun cuando los amigos de su esposo la ven asistiendo a los juegos de Béisbol con Jorge y tomando cerveza con él, besándose y abrazándose en público con el maldito amante, dándose muestras de amor como dos demonios que se montan, acoplan o aparean inmoralmente en público, mientras ella le niega un abrazo y una sonrisa a su legítimo esposo. Pues solo le obsequia a su verdadero esposo, morisquetas de caras amargas y despiadadas.  

El desprecio justificado de Juan.- Cierto día un amigo de ambos, de Nita y de su esposo, en una fiesta, Juan despreció bailar con Nita pues sabía de su comportamiento de zorra con Jorge, y eso lo desprestigiaría si lo veían danzando alegremente con una mujer adúltera, pues ella no es sana, tiene un espíritu pervertido. Por toda la vida matrimonial le fue infiel a su marido y éste en absoluto desconocimiento de la verdadera personalidad de su mujer nunca advirtió las razones de recibir tanto maltrato y de por qué su mujer se fue a dormir a la sala, abandonando la cama conyugal para guardar fidelidad a sus machos Jorge y José,  en desprecio de su esposo inocente.

Un hombre sin familia.- Podríamos cuestionar las razones por las cuales, aunque adrede Nita no tenía intimidad con su burlado esposo, no porque él no quisiera sino porque ella no lo permitía; la adúltera esposa quedó preñada de uno de sus amantes, y aun así el engañado marido no se divorciaba, ni buscaba otro remanso de paz y le faltó amor propio. Pues se trata de un hombre con una psicología y espiritualidad singular; sin calor familiar, que apostaba al hogar y quería una familia que nunca tuvo, siendo huérfano quiso en la vida tener esposa e hijos y para perjuicio de él mantenía una mentira de hogar y una falsa mujer a quien creía mejor persona que él mismo, hasta que la violencia y la maldad ejercida contra él, le quitaron la venda de los ojos. Pero la vida de esa niña que Nita llevaba en su vientre producto del adulterio, ni ella misma supo cuál de sus amantes era el padre, si Jorge o José u otro encuentro furtivo ocasional con algún hombre desconocido y la niña no cuajó ni maduró por lo que se le practicó a Nita un raspado, o una dilatación y legrado para recolectar el tejido muerto del interior del útero.

Satanás siempre busca ensuciar lo que es limpio y puro.-  Nita no ha querido entender que sus amantes Jorge y José no la han amado nunca, solo la han sodomizado como un trofeo por ser la esposa de un hombre de respeto, de valía y de prestigio, y así poder jactarse al argüir que se cogieron a la mujer de aquel grande hombre. Y saberse dentro de ellos que pudieron impunemente en la tierra quebrar las barreras de la moralidad y la decencia e hicieron una puta a la esposa de un hombre noble, lo que no les fue cuesta arriba porque Nita demostró su vocación. Pero tampoco Nita se resistió a la sodomización, pues su aceptación en la ruindad para el adulterio le satisfizo tanto, que se ha mudado en solitario para enviar el mensaje a sus amantes de que está disponible, en celo y receptiva; como quien pone un cartel de neón a grandes letras que dice “burdel abierto”. Mientes Nita, cuando le dices a Dios que lo amas, si no respetas ni a tu esposo ni a tu matrimonio. Es precisamente la tarea de Satanás, destruir los matrimonios.

La maldición destructiva de la lujuria y el adulterio.- No respetaron al marido en su condición de hombre y destruyeron su hogar. La intromisión, la perversión invasiva de estos dos hombres Jorge y José, en la vida matrimonial de nuestro protagonista; le arrebataron la salud física, le perturbaron la quietud psíquica, le destruyeron la paz, le subvirtieron el orden marital, le demolieron su autoridad de esposo, le rompieron el hogar, le ensuciaron la mente a su esposa, pervirtieron a la madre de sus hijos, como demonios sedujeron y sodomizaron a una mujer casada y la hicieron una depravada adultera, además de sembrarle odio hacia su esposo legítimo aderezando cizaña contra él, la convencieron de abandonar a sus hijos; para una vez ella entregada viciosa a la corrupción sexual y se sintiera a gusto demoniaco por las depravaciones lujuriosas;  entonces la controlan con sexo, como en efecto la han condicionado (es compulsiva buscando sexo) y al lograr que desobedeciera a su legítimo esposo cuando la amonestó de que abandonara ese mundo de pecado e ilicitud carnal y no enlodara su hogar; por el contrario ella misma rompió los muros de protección que todo esposo levanta para cuidar a su “señora” de asaltos de este naturaleza; y al conseguir estos dos malditos que ella ofenda a Dios, la mantienen en deleite adicta al sexo y es una mujer compulsiva sexual. Jorge y José como una plaga infernal dejaron desolado un hogar ajeno, al cual se introdujeron rompiendo las puertas de la moralidad y la decencia y ensuciaron, ultrajaron y patearon la dignidad de un hombre justo e inocente que nada les debía, ni les debe. Al contrario son ellos dos deudores de este hombre educado, que al cielo exclama justicia. Y al destruir el matrimonio de este hombre justo, Jorge y José sirvientes de Asmodeo el príncipe infernal de la lujuria, han logrado que Nita sea su esclava sexual y forme parte de las legiones diabólicas. Ha sido la misma Nita, por su propia voluntad quien le permitió al demonio entrar en su cuerpo y en su alma y Satanás reina en ella y se carcajea por haber logrado destruir otra familia, otro hogar y otro matrimonio. Nita, Jorge y José, ahora mismo forman parte de legiones satánicas.

La conducta sexual compulsiva es una adicción que puede provocar cambios en los circuitos neuronales del cerebro. Se caracteriza por una serie de actividades sexuales obsesivas, como: Masturbación, Sexo virtual, Promiscuidad, Consumo de pornografía, dar dinero a cambio de sexo.

«Cuando duermes plácido, no obstante haber pecado contra Dios y sus mandamientos, es porque ya eres un ciudadano del infierno, que has muerto espiritualmente y Satanás solo espera tu muerte fisica».

Crisanto Gregorio León.

Crisanto Gregorio León

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