Llevo más de treinta años alertando sobre las consecuencias ocasionadas por la destrucción ambiental en nuestro entorno. Aún no terminamos de pasar uno de los años de mayor sequía en el país, periodo en el cual se llegó a sobrevivir a temperaturas que se aproximaron a los cuarenta y cinco grados centígrados. Aquellos que, durante el periodo de sequía, viajaron por nuestras áreas montañosas y, muy especialmente, por los llanos, pueden dar fe de cómo disminuyó en caudal de los ríos comparativamente con otras décadas y del color en que quedó la mayor parte de las tierras dedicadas a la producción de alimentos…
¡TIERRA NEGRA ARRASADA POR LA QUEMA DEVASTADORA!
Nuestra ciudad fue vista sombreada por una abruma nefasta, calina la llaman, y algunos profesionales en el ámbito de la climatología alertaron que esa bruma contenía cenizas.
Ahora se anuncian tempestades destructoras…
¿Será qué queremos exterminar al único planeta donde se conoce la existencia de la vida?
¿Y nuestra descendencia?
El mundo produce unos 400 millones de toneladas métricas de residuos plásticos al año. Cada día se vierten al mar, ríos y lagos el equivalente a 2.000 camiones cargados de plástico.
A pesar de los esfuerzos mundiales por alargar la vida de los productos de plástico, solo se recicla el 9% de ellos. La mayoría de los residuos plásticos terminan en vertederos o se envían a lugares como Indonesia y otros países del sudeste asiático, muchos de los cuales ya se están ahogando en su propia contaminación plástica.
La costa occidental de Java, en Indonesia, es popular entre los surfistas por sus olas de fama mundial. También hay un majestuoso mundo submarino que explorar. Pero es imposible surfear o bucear sin encontrarse con botellas de plástico, vasos de un solo uso y envoltorios de comida.
La basura a veces forma islas en el mar, y gran parte llega a tierra, acumulándose en montículos en la playa.
Limpiar las playas de basura en Indonesia no es tarea fácil. El país es el segundo mayor productor mundial de residuos plásticos. Al ser el archipiélago más largo del mundo (se extiende la misma distancia que de Londres a Nueva York), Indonesia tiene una costa inmensa y una superficie marina tres veces mayor que la terrestre, por lo que 12 millones de personas dependen de la pesca.
La playa de Loji, es especialmente propensa a acumular plásticos. Las corrientes marinas arrastran los residuos a la bahía, donde quedan atrapados y acaban en la arena.
“Aquí no vive una verdadera comunidad. No hay una carretera adecuada a la playa, así que no hay gente local que la limpie adecuadamente, como se ve en otras partes del país”, afirma Edu Ponces, fotógrafo residente en Barcelona. La playa de Loji nos está diciendo:
“Si decidimos no hacer nada con los residuos plásticos, esto es lo que el mar nos devolverá”.
Los pescadores separan el pescado de los residuos plásticos recogidos en sus redes. La separación del plástico y la clasificación de las capturas es una tarea cada vez más laboriosa a medida que aumenta la cantidad de residuos. Crédito: Edu Ponces.
Indonesia es uno de los varios países del Sudeste Asiático que han endurecido sus normas sobre importación de residuos plásticos para evitar convertirse en vertederos de plástico para países como China, EE.UU. y la Unión Europea. Indonesia solo permitirá el envío de productos totalmente reciclables, pero su vecina del norte, Tailandia, ha ido más lejos: prohibirá todos los envíos de residuos plásticos a partir de 2025.
Al mismo tiempo, la Unión Europea prohibirá la exportación de residuos plásticos a los países en desarrollo para 2026. Ponces, el fotógrafo, dice que ver montones de plástico en los centros de reciclaje de Bangkok le dejó una profunda impresión y reforzó lo enorme que es este problema mundial.
«Terminé de tomar fotos, fui a la tienda y me compré un sándwich que venía envuelto en plástico, y me di cuenta de que yo también soy parte del problema. Todos tenemos que cambiar esto”
“El océano se ha convertido en la principal zona de batalla de la crisis climática y medioambiental. Llevamos más de un año batiendo todos los días récords de temperatura en los mares. Y la acidificación está cambiando tantas cosas en los océanos del mundo. Hay mucha muerte en el océano, pero no la vemos: todo ocurre bajo el agua”.
“Pero el problema de los plásticos llega a la costa y es solo una forma de mostrar a la gente lo que está ocurriendo en nuestros mares”.
Fuente: CNN.
¿Qué haremos nosotros, habitantes de un país que está entre los principales productores de hidrocarburos?
Maximiliano Pérez Apóstol