Para el geólogo y politólogo, sin la red global -una posibilidad incluida en el proyecto de ley contra el fascismo- la colectividad caería en una atmósfera de inferioridad, impotencia y resignación ante los cambios. Advierte que quienes aún quieran cantar “lo harán en falsete”.
–¿Terminarán prohibiendo las redes sociales, tal y como lo refleja el proyecto de “Ley contra el fascismo, neofascismo y expresiones similares”? La vicepresidenta Delcy Rodríguez puntualizó que estas redes “están contenidas” en la propuesta presentada ante la Asamblea Nacional.
–Por supuesto. Esto sería el equivalente de una castración.
–De llegar a suceder, ¿cuáles efectos prevé?
–Los efectos de una castración son físicos y psicológicos. Un sentimiento de inferioridad, de impotencia para cambiar lo que debe ser cambiado, un estado de resignación. Quienes aún quieran cantar lo harán en falsete.
–Según el diccionario político, fascismo es “un movimiento que intenta subordinar por la fuerza a todas las esferas de la sociedad a su visión de la comunidad, a través de un Estado totalitario”. Llama la atención que el régimen que propone esta normativa – presentada ante un parlamento dominado por el oficialismo- ha mostrado signos de autoritarismo y totalitarismo…
–Al elaborar este esperpento y aprobarlo el régimen se está viendo en el espejo, ya que la definición del fascismo calza perfectamente con su estructura y comportamiento. El régimen de Hugo Chávez primero y, luego, el de Nicolás Maduro, responden a la clasificación de fascista, aceptada a partir de la dictadura de Benito Mussolini, durante el siglo pasado. No representa una ideología de izquierda, ni siquiera socialista. Es un típico régimen populista de extrema derecha, en el cual las relaciones entre el pueblo y las instituciones han sido remplazadas por una directa relación perversa entre un segmento del pueblo y un líder con pretensiones mesiánicas. Hugo Chávez y Nicolás Maduro, sobre todo el primero, han sido copias al carbón de Benito Mussolini; el primero como tragedia, el segundo como farsa.
Soga para el cuello
–Entre otros puntos, la ley contempla además la prohibición de “mensajes que hagan apología o promuevan la violencia como método de acción política o denigren de la democracia, sus instituciones y valores republicanos”. En fin, ¿cree que esta ley se convertiría en soga para el cuello del gobierno?
–Esta ley es mentar la soga en la casa del ahorcado, es verse en el espejo. Representa la cúspide de la desfachatez y como tal debe ser recibida y tratada por los venezolanos dignos y honestos.
–¿Violaría esta normativa la Constitución, en especial el artículo 57, que garantiza la libertad de expresión y censura previa?
–Por supuesto que viola la Constitución y ello no es algo nuevo. El régimen que ha tomado el poder en Venezuela desde principios de este siglo nunca ha seguido los dictados de la constitución que ellos mismos impusieron en 1999. La han prostituido abiertamente. Esa sistemática violación de la constitución será una de las bases para la aplicación severa de la justicia transicional que les espera a la salida de Miraflores. En la esquina los estará esperando la justicia.
–¿Y los tratados de derechos humanos suscritos por la República Bolivariana de Venezuela?
–Las groseras violaciones del estado de derecho en Venezuela están siendo procesadas por los tribunales internacionales de justicia y por las Naciones Unidas y otros organismos mundiales, ya que son crímenes de lesa humanidad y no prescriben. Aunque el proceso de enjuiciamiento sea lento ya ha comenzado y sigue su curso. La cúpula del régimen, unos 100 a 120 principales criminales, no podrán escapar la acción de la justicia internacional, la cual reforzará la acción de la justicia doméstica
–¿Y lo que queda de democracia?
–Ya no queda nada de democracia en Venezuela. La crítica opositora que aparece en algunos medios de comunicación, lo cual podría llamarse un rasgo democrático, carece por completo de respuesta del régimen., es como orinar sobre un lecho de algodón. La esencia de la democracia no es solo la existencia de críticas sino la respuesta del criticado es decir, el diálogo efectivo entre el pueblo y el gobierno. Esto que tenemos hoy es un diálogo de sordos.
Fascismo a la carta
–¿Cuánto de fascismo observa en el gobierno?
–Desde lo días de Hugo Chávez en adelante la conexión impuesta ha sido entre un líder y el pueblo, no hay instituciones intermediarias, como los que predominan en la democracia. En el fascismo original solo figuraban Mussolini y el pueblo. En Venezuela solo figuraban Chávez y el pueblo, ahora tenemos la caricatura de Maduro y el pueblo. No existe un debate nacional entre el pueblo y sus designados en el gobierno, sino una relación de total dependencia de un pueblo políticamente adoctrinado, hambriento y miserable y un estado benefactor. Lo central es la dependencia de un pueblo débil en un líder -quien de acuerdo a como se sienta cada mañana- sube o elimina los subsidios de alimentación a sus súbditos
–¿Y en la oposición?
–¿En cuál oposición? Si es la oposición de los llamados alacranes, un grupo de invertebrados morales que solo esperan coexistir pacíficamente con el régimen para obtener algunos beneficios personales, su naturaleza fascista es evidente. Son los sumisos, los arrodillados, los discípulos de Maquiavelo. De ellos no es posible esperar nada positivo para el país. La verdadera oposición, por definición, trata de satisfacer deseos de democracia y de libertad. Sabe que ello no será posible a menos que el régimen actual sea expulsado de Miraflores y sus integrantes castigados por la acción de la justicia. Sabe que la dependencia de todo un pueblo en un líder populista conduce a la tragedia.
–Presentada en año electoral, ¿cree usted que esta ley favorece electoralmente al régimen?
–Esta pregunta presupone que estamos en un año electoral. En lo que estamos es en un año de intentos de componendas electorales por parte del régimen. Mientras ello sea sí, no hay un real año electoral
–¿Entenderá el grueso de la ciudadanía las verdaderas intenciones de este proyecto de ley?
–Esa es una pregunta muy importante, sobre cuya respuesta no tengo una clara idea. La calidad ciudadana de la sociedad venezolana es difícil de evaluar, después de dos décadas de prostitución de valores y principios y de sometimiento a tantas privaciones. La avasallante popularidad de María Corina Machado, quien ha mantiene en alto los principios éticos y la dignidad ciudadana, es una buena señal de que un gran segmento de la población venezolana permanece fiel a la buena ciudadanía.
De perfil
Gustavo Coronel es geólogo petrolero de la Universidad de Tulsa y de la UCV, investigador en la Universidad de Harvard, Máster en Politología de Johns Hopkins. Fundador de AGROPET, grupo de gerentes y técnicos petroleros participantes en el debate sobre la nacionalización petrolera venezolana. Fundador de Pro Calidad de Vida, ONG orientada a la lucha contra la corrupción y a la promoción de la educación ciudadana. Ha publicado cinco libros sobre Venezuela y mantiene el blog: www.lasarmasdecoronel.blogspot.com desde 2007. Analista político, desarrolla un proyecto llamado Fábrica de Ciudadanos, el cual considera indispensable para la recuperación de Venezuela.