Año tras año, los habitantes de la avenida Venezuela, específicamente entre las calles 30 y 31, enfrentan un problema que se ha convertido en una constante: un hueco que parece tener vida propia, emergiendo cada vez con más fuerza tras su aparente reparación.
La situación ha generado un descontento entre los residentes, quienes señalan que las medidas tomadas son meramente superficiales y temporales, especialmente porque las reparaciones «coinciden sospechosamente» con la procesión de la Divina Pastora, un evento de gran relevancia cultural y religiosa en la región.
“Ese hueco sale todos los años, pero lo arreglan 20 días antes de la visita de la Divina Pastora”, comenta un residente afectado por la situación. Este año, sin embargo, parecía que la historia tendría un final diferente. “Abrieron más, lo trabajaron mejor, pero solo duró dos meses”, añade con una mezcla de esperanza y resignación.
La comunidad ha elevado su voz para solicitar a las autoridades competentes que se realice un trabajo completo y definitivo que no solo repare el daño superficial, sino que atienda las causas subyacentes que provocan la reaparición del hueco. La mejora de la vialidad no solo beneficiaría la imagen de la ciudad sino que también garantizaría la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.