Se ha demostrado, hasta ahora, que las sanciones al petróleo y al gas, que han impuesto los Estados Unidos al gobierno de Venezuela y que nuevamente han vuelto a imponer desde el miércoles de esta semana, no impiden la producción de esos rubros.
Así lo manifiesta, al ser entrevistado por El Impulso, el doctor Héctor Mantilla, economista, docente e investigador, quien señala que algunos de sus colegas han hecho estimaciones sobre las pérdidas económicas que traen como consecuencia esas medidas aplicadas por el gobierno de Estados Unidos y otros países.
Cuando se le hace alusión al escándalo Pdvsa-Cripto, en el cual aparece como principal involucrado el ex vicepresidente de Venezuela y ex ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, con la venta del crudo, el especialista manifiesta que en verdad, se buscan mecanismos para eludir la actuación sancionatoria, pero siempre hay pérdidas considerables e incalculables.
Al ser usados subterfugios para vender el petróleo, naturalmente, hay una merma en los ingresos porque hay que hacer triangulaciones y una serie de maniobras que encarecen la venta del petróleo o del gas. Además de vender el producto a un precio menor, también hay que pagar comisiones a gestores que existen en el mercado ilegal.
Algunos economistas estiman que al volverse a imponer sanciones a Venezuela, el país tendrá una disminución de 3 mil millones de dólares en los ingresos correspondientes a este año.
Cuando se vende el crudo por los llamados “caminos verdes”, esas operaciones llevan implícitas una serie de costos que, en definitiva, disminuyen considerablemente los ingresos en comparación si la venta se efectúa en forma normal.
En cuanto a que las sanciones son culpables de que no funcionen los servicios de energía eléctrica y haya apagones constantes todos los días en todas partes, así que también falle el suministro de agua y no haya suficientes recursos para la salud o la educación, el doctor Mantilla dice que esos problemas se deben a otras causas, como falta de mantenimiento y mala administración de los recursos.
Sin lugar a dudas, hay una merma en la reducción de los ingresos porque no es lo mismo vender el petróleo al precio que rige en el mercado mundial que venderlo por debajo del valor mediante subterfugios.