Un crecimiento del PIB de 4,5% y unas estimaciones de inflación de 32%, proyecta el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB), de acuerdo con su informe de Coyuntura económica para el cierre de 2024.
“Para 2024, la tasa de inflación anual de los precios al consumidor en moneda nacional se estima que podría terminar aproximándose a 32%, siempre y cuando no se generen nuevos choques negativos que afecten significativamente los ingresos externos y las políticas económicas sigan teniendo el sesgo que hoy las caracteriza”, e indica en el informe, coordinado por el economista Luis Zambrano Sequín y elaborado junto con otros cinco investigadores del instituto: María Antonia Moreno, Rafael Muñoz, Santiago Sosa, Juan Carlos Guevara y Demetrio Marotta.
De acuerdo con el reporte, la proyección se basa en el “bajo nivel de la demanda agregada doméstica y lo poco expansiva que ha sido la gestión fiscal, a la par del incremento en el ingreso de divisas de origen petrolero”, lo que ha permitido “avances en la estabilización de los precios y el tipo de cambio nominal”.
Sin embargo, el IIES UCAB advierte que “en la medida que el país no logre encauzarse por una senda de crecimiento sostenido será difícil garantizar la estabilidad de precios a mediano y largo plazo. En todo caso, a pesar de la importante desinflación de los precios en moneda local, Venezuela seguirá siendo uno de los países más inflacionarios de la región y del mundo”.
PIB, sector petrolero, tipo de cambio y tributos
Además de la inflación, el Informe ofrece detalles sobre varios asuntos como nivel de actividad económica, comportamiento del sector petrolero, mercado laboral, agregados monetarios, sector bancario, pobreza y desigualdad.
Los investigadores proyectaron que, al finalizar diciembre de este año, el Producto Interno Bruto (PIB) del país habrá crecido 4,5%, por encima del 1,3% estimado para 2023.
«Aproximadamente el 50% del crecimiento del PIB este año estaría explicado por la expansión de la actividad petrolera, que podría crecer a una tasa superior al 16%. La actividad no petrolera podría aumentar su nivel en un 2,4% en promedio, siendo los sectores ‘más dinámicos’: la minería y comunicaciones. El sector manufacturero y el comercial podrían expandirse, pero a tasas muy moderadas, así como el sector financiero y los servicios del gobierno”, señala el texto, en el que se precisa que, de lograrse esa tasa de crecimiento, “el tamaño de la economía este año sería similar a la que ya había alcanzado en 1969”.
El IIES UCAB también apuntó que, en 2024, la producción promedio de crudo en Venezuela podría rondar los 862 mil barriles diarios (mbd), con una tendencia a los 932 mbd a finales de año. “De alcanzarse esta cifra, la producción se estaría incrementando en 16,3% en relación con el valor promedio que se estima que puede haber registrado en 2023”.
El volumen promedio de exportación de hidrocarburos podría ubicarse en los 791 mbd a un precio de $65,8 por barril, “un crecimiento cercano al 6,5% respecto al precio alcanzado en 2023”.
“Esta proyección de la producción petrolera está, desde luego, condicionada, no solo la factibilidad técnica y económica de la recuperación de las actividades de producción y comercialización de los crudos, sino de la continuación del levantamiento temporal de las sanciones que el Gobierno de los EEUU ha impuesto al Gobierno Venezolano y sus empresas, como consecuencia de la violación de los derechos humanos y políticos. Al momento de redactar este informe existe una elevada probabilidad de que las sanciones sean restablecidas, al menos parcialmente, dadas las reiteradas declaraciones de representantes del Gobierno Norteamericano de que no se han cumplido con los términos alcanzados en el llamado ‘Acuerdo de Barbados”, recalca el documento.
Las estimaciones del Informe también contemplan un incremento de 18,1% en las exportaciones totales del país y de 4,3% en las importaciones, con lo que se ubicaron en 18,2 y 19,1 millardos de dólares, respectivamente. “Los incrementos son menores en 3,3 puntos porcentuales, en el caso de las exportaciones, y de 1,3 puntos porcentuales en el de las importaciones, con respecto a los estimados para dichas variables en el informe de coyuntura publicado en octubre de 2023”, se lee en el texto.
En cuanto a la paridad bolívar-dólar, el Informe de Coyuntura Venezuela-Abril 2024 establece que, durante este año, el Banco Central de Venezuela (BCV) continuará con sus intervenciones semanales en el mercado cambiario para reducir la tasa de aumento del precio de la divisa estadounidense. Esas intervenciones podrían sumar, al cierre del año, 4.200 millones de dólares.
Hasta ahora el BCV ha logrado en los últimos meses reducir significativamente la tasa de depreciación del bolívar. Durante este primer trimestre la tasa de cambio solo varió un 2,8%, sustancialmente menor a la que se registró durante el primer trimestre de 2023, de 40%. Dado que la inflación acumulada en los primeros tres meses del año supera el 4%, se proyecta una continuación de la tendencia a la apreciación del tipo de cambio real durante el año en curso”.
Los expertos de la Universidad Católica Andrés Bello también hicieron estimaciones sobre la recaudación tributaria. Indicaron que, como consecuencia de la desaceleración de la inflación, el aporte de los impuestos del SENIAT al PIB podría disminuir 1,3%, al pasar de 12,7% en 2023 a 11,4% en 2024. “Es posible, también, que la informalidad y la evasión sigan restando espacio de recaudación impositiva, dado el peso que en la estructura de costos tiene el sistema tributario actual”, afirma el IIES-UCAB en el documento.
Se acentúan desigualdades entre pobres y no pobres
En esta edición del Informe de Coyuntura Venezuela se incluyó una sección especial sobre la evolución de la desigualdad en el país, a partir de las disparidades en el gasto que hacen los hogares en alimentos, según su condición de pobreza (Pobres extremos, pobres moderados o no pobres).
Partiendo de la data de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), el reporte del IIES apunta que, aunque las brechas en el gasto real promedio total y en alimentos entre los hogares han tendido a reducirse en los últimos años, la diferencia “sigue siendo significativa”.
Para el gasto en consumo de alimentos la brecha promedio entre el gasto reportado por los No pobres y los Pobres Extremos es de 176%, mientras que en el caso de los Pobres No Extremos llega a 130%”, reza el reporte, en el que se muestran datos que indican cómo se han incrementado las disparidades en el consumo de todos los rubros alimenticios, en especial los cereales, carnes, frutas frescas, azúcares y café, “donde el incremento en el grado de desigualdad excedió el 100%”
“Es notable que este incremento en las disparidades se produjo en el subperíodo 2021-2023, cuando la economía venezolana comenzó a mostrar signos de una ligera recuperación en el ritmo de actividad económica”, precisaron los investigadores.
El reporte apunta que el análisis de este indicador y de otros relacionados con la desigualdad distributiva de ingresos evidencia que “están ocurriendo modificaciones significativas, no sólo en los patrones de consumo, sino en la intensidad y severidad de la pobreza”.
Los expertos de la UCAB insistieron en la necesidad de comprender estos aspectos, “como requisito para poder formular políticas económicas eficaces para fomentar un crecimiento económico sostenible y más equitativo”.