Venezuela está en el punto de mira de la comunidad internacional, sobre todo, desde marzo, cuando la oposición mayoritaria denunció trabas para inscribir a su candidata a las presidenciales del 28 de julio, Corina Yoris, lo que levantó una ola de críticas a la que se sumaron líderes izquierdistas cercanos al Gobierno, como el presidente colombiano, Gustavo Petro, o el brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Petro calificó las inhabilitaciones de opositores como un «golpe antidemocrático», y Lula tachó de «graves» y sin explicación «política ni jurídica» los impedimentos para inscribir a Yoris, escogida por la alianza ante la sanción que pesa sobre María Corina Machado -ganadora de las primarias antichavistas-, que le impide ocupar cargos públicos de elección popular hasta 2036.
Asimismo, el expresidente uruguayo José ‘Pepe’ Mujica -quien fue amigo del fallecido mandatario Hugo Chávez- expresó recientemente que es «lamentable» la situación de Venezuela, donde «parece que juegan a la democracia, pero no juegan a la democracia».
Mientras, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en un tono más amable, pero, sobre todo, más ambiguo, pidió que dejen a Venezuela votar «en libertad», una reacción que fue bien recibida tanto por el Gobierno como por la oposición, que hicieron diferentes interpretaciones de la misma.
Cambio de paradigma
Según dijo a EFE el internacionalista Félix Arellano, estas posturas muestran un «cambio importante» en esa «izquierda latinoamericana» que, en buena medida, ha apoyado al país caribeño con una «solidaridad mecánica y poco crítica».
«Estas declaraciones de Pepe Mujica, Petro y Lula inciden en una nueva mirada sobre la situación venezolana», dijo Arellano, quien considera que estos cuestionamientos marcan «más distancias» del Gobierno «frente a los partidos y Gobiernos de izquierda en el mundo».
Para el experto, la «coyuntura no le está resultando favorable» al Ejecutivo, debido a que «cada vez hay una cruzada más fuerte de la comunidad internacional a favor de condiciones competitivas» para las presidenciales.
«En este momento, pareciera que solo Cuba, Nicaragua y, en alguna medida, México, están más comprometidos con el Gobierno venezolano y, obviamente, actores de la geopolítica mundial, como Rusia y China», dijo.
Honduras y Bolivia también respaldan el proceso electoral.
Arellano considera que un nuevo distanciamiento jugaría en contra de Venezuela, que «ha demostrado interés en mantener algún mínimo de negociación con la comunidad internacional, particularmente, con Estados Unidos» debido «al tema de las sanciones», cuyo alivio permitió ampliar su cooperación con empresas energéticas del mundo.
La extensión de unas horas al plazo para inscribir candidatos que otorgó el Consejo Nacional Electoral (CNE) a la PUD, que presentó al internacionalista Edmundo González Urrutia, pudiera, según Arellano, evidenciar que «hay preocupación frente a la posición de la comunidad internacional».
Preocupación colectiva
Además de Colombia y Brasil, Argentina, Uruguay, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú y EE. UU., así como la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE), expresaron su preocupación por el desarrollo del proceso electoral.
Para el diputado chavista Roy Daza, hay «desinformación de parte de algunos voceros gubernamentales» y «personalidades del mundo político latinoamericano y europeo».
Según dijo a EFE, «se intenta manipular, con mentiras y falsedades, lo que está sucediendo en Venezuela», donde el proceso de postulación de candidatos -aseguró- «se cumplió», con la inscripción de 13 aspirantes y la participación de 37 partidos.
En su opinión, Lula tiene una «información sesgada», mientras que Petro se ha prestado «a una patraña».
Sin embargo, Daza confía en que esta situación no afecte a las relaciones de Venezuela con países latinoamericanos, las cuales «se mantienen y se desarrollan de manera muy eficiente».
Meidida venezolana
Adelantó que la comisión enviará comunicaciones a Parlamentos regionales y al Congreso estadounidense, en defensa del sistema electoral y en rechazo al «injerencismo».
Nicolás Maduro, quien busca una segunda reelección, criticó que Gobiernos «de derecha» y de «la izquierda cobarde» intenten «inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela», mientras que el jefe del Parlamento, Jorge Rodríguez, instó a Petro, Lula y a Mujica a meterse «sus opiniones por donde les quepan».
Arellano advirtió que, con estas reacciones, «no se crea un ambiente favorable» y se pueden incrementar las distancias, lo que tiene consecuencias -agregó- en las relaciones económicas y en el respaldo político.