En este segundo domingo de Pascua, se celebra el Domingo de la Divina Misericordia. El Padre Badoglio Durán, Párroco de la Iglesia El Sagrario Catedral Metropolitana de Barquisimeto, invita a los feligreses a vivir con intensidad esta fiesta, como una oportunidad para la reconciliación con el Señor.
El Padre Badoglio invita a la feligresía a vivir con intensidad esta celebración, afirmando que el Domingo de la Divina Misericordia es un tiempo de gracia para la reconciliación con el Señor. La fiesta de la Divina Misericordia llama a recordar el amor incondicional de Dios a la humanidad y una oportunidad para el perdón de los pecados de quienes se acercan a Él arrepentidos y confiados.
Badoglio también nos invita a creer en Dios, tal como lo hizo Tomás después de ver las heridas de Jesús. “En Tomás, nos vemos muchos de nosotros que somos racionalistas”, reconoce. Sin embargo, “Dios sigue haciendo milagros”, nos recuerda.
Celebración de la Divina Misericordia
La fiesta de la Divina Misericordia fue instituida por San Juan Pablo II en el año 2000, durante la ceremonia de canonización de Santa Faustina, recordó el Padre Badoglio. Durante la ceremonia, el Papa designó el segundo domingo de Pascua con el nombre de «Domingo de la Divina Misericordia».
En la Homilía de la celebración, el Santo Padre llamó a acoger el mensaje de Dios a Sor Faustina en el que pedía por la confianza en Dios y la actitud de misericordia hacia el prójimo, así como a proclamar y orar por la Divina Misericordia para el mundo.
Tiempo de gracia y reconciliación
“Es una fiesta hermosísima de la Iglesia Católica”, mencionó el Padre Badoglio, recordando la promesa de Dios a quienes confíen en la Divina Misericordia. “El Señor Jesús le dijo a Sor Faustina Kowalska que las personas que ese día se confiesen pues recibirán gracias infinitas”, agregó, haciendo énfasis en la importancia de este día para la reconciliación con Dios.
“La clave de que Jesús aparezca en tu vida, es que quiere darte paz”, afirma el sacerdote. “Cuando Jesús está en tu corazón, te da paz”. En un mundo lleno de incertidumbre y dificultades, este mensaje es un bálsamo para el alma.
El Padre Badoglio concluye su mensaje con una invitación a celebrar con alegría este Domingo de la Divina Misericordia. “Jesucristo ha resucitado, Jesús Cristo está vivo”, proclama.