Frase que culmina el juego del ajedrez.
El ajedrez es considerado un deporte mental, ya que trasciende al propio juego. Incluso hay quien lo eleva a la categoría de arte y ciencia. Además, es divertido, saludable y puede practicarlo personas de todas las edades. Nunca es tarde para aprender a jugar, sobre todo por los numerosos beneficios que aporta.
El objetivo del ajedrez es derrocar al rey del oponente y, para ello, cada jugador debe intentar acercarse a la casilla ocupada por esta figura y presionar hasta que quede desprotegida y pueda decir…
“JAQUE MATE” … ¡FIN DE LA PARTIDA!
Este juego nació en la India, aunque algunos investigadores lo sitúan en China.
Lo llamaban “Chaturanga” que era como se denominaba a la estrategia militar de la época, que utilizaba, carros, elefantes, caballería e infantería.
Con la invasión de Persia por los árabes, lo extendieron por todo el Oriente, y lo llamaron “Sitrang”.
La expresión “Jaque mate” viene del árabe “Shah mat” que traducido es “Rey muerto”.
Llegó a España en el siglo X, y se llamó “Axedrez”. Alfil, viene del persa “fil” que se traduce por elefante, aunque luego se reconvirtió en Obispo.
El peón, viene del francés “pion” y en italiano “peone”, que es la infantería.
La torre, en árabe se decía “roque” de donde derivan enrocar y enroque.
El 4 de junio de 1962, un joven fotógrafo que trabajaba para el periódico venezolano “La República” tomó algunas de las mejores fotos de su carrera. Ese fotógrafo fue Héctor Rondón Lovera.
Una de sus fotografías de ese día, que representa a un soldado moribundo aferrado a un sacerdote en la calle, en la mira de un francotirador arrojado al suelo, ganó la Foto de la Prensa Mundial del Año y el Premio Pulitzer de Fotografía de 1963.
La historia detrás de la fotografía es que el capellán de la Marina Luis Padillo se encontró en el sitio denominado “La Alcantarilla”, en la ciudad de Puerto Cabello, en medio de un atentado criminal, presuntamente, liderado por el ala comunista dirigida desde Cuba, por Fidel Castro, y que fue denominado “EL PORTEÑAZO”. Una rebelión militar de corta duración contra el gobierno de Rómulo Betancourt. Dejando más de 400 muertos y 700 heridos, esta batalla duró cuatro días…
Cuando Padillo vio que había soldados moribundos en la calle, se enfrentó a la guerra y se puso en el fuego cruzado para ofrecer los últimos ritos a los moribundos. En este proceso, se encontró con un soldado herido, que se aferró al sacerdote mientras la batalla se libraba a su alrededor.
La imagen, dicen algunos, no podría ser más perfecta: en el fondo se encuentra una carnicería. Esta redacción captura la gravedad y la tragedia de la situación representa y completa la composición.
Lo que es aún más notable de esta fotografía es el hecho de que el sacerdote finalmente se alejó de la escena ileso, a pesar del hecho de que el joven fotógrafo, Lovera, tuvo que tumbarse en el suelo para evitar que le dispararan. El coraje y la determinación del sacerdote son lo que hace que esta foto sea tan icónica. Su pura determinación de dar a estos soldados lo único que este sacerdote pudo proporcionarle frente al peligro muestra el lado hermoso de la humanidad.
Fuente: https://es.quora.com – Publicado por: William Rivera-Martell
Fue una época oscura que marcó la historia en Venezuela que no debemos, ni podemos olvidar. Días aciagos en los cuales decenas de miles de muchachos venezolanos fueron asesinados por personas adoctrinadas bajo ideologías desfasadas y fracasadas en todas las regiones del mundo donde se ha pretendido imponer, guerrilleros implacables que los emboscaron en las montañas, caseríos, pueblos y ciudades y los cazaban como conejos.
¿Cuántos fueron víctimas de las guerrillas urbanas y de las llamadas “Bombas Cazabobos”?
Muchos guerrilleros fueron indultados por el plan de pacificación emprendido por las autoridades democráticas y luego vivieron en libertad sin haber pagado sus siniestras acciones a la sociedad, para que pudiésemos vivir en armonía durante más de treinta años, quedando demostrado con hechos que…
La justicia basada en el “Estamento Legal vigente”… ¡ES EL CAMINO DE LA PAZ!
Maximiliano Pérez Apóstol