El médico venezolano especialista en infectología y medicina interna, Julio Castro, presentó los resultados de la “Encuesta Nacional de Hospitales 2023”, la mañana de este miércoles 3 de abril, aplicada en 40 hospitales del país, entre tipo III y IV, incluidos prestadores de servicios de salud pública como el Ministerio de Salud, Sanidad Militar, Hospitales de Gobernaciones y el Instituto Venezolano e los Seguros Sociales (IVSS).
Detalló que el índice de desabastecimiento de insumos de emergencia fue de 37%. «El déficit ha disminuido, pero estamos muy lejos de la situación ideal que debería ser cero», declaró. Según Castro, el personal que labora en el turno de la noche “gana mejor y eso es un reflejo de la situación económica».
De 37 a 34 disminuyó el promedio nacional de camas de emergencia disponibles en los hospitales, por lo que aseguró que el 30% de los centros médicos no tienen material descartable, como lencería, tapabocas, guantes y batas.
A su vez, indicó que tanto los analgésicos como los hipertensivos y medicamentos del asma, han escaseado más en los últimos 3-4 años.
Según la Encuesta Nacional de Hospitales 2023, la capacidad para realizar operaciones en Venezuela está reducida en un 60%, porcentaje que se ha mantenido en los últimos 5 años; mientras que «sólo 10% de hospitales tienen posibilidad de hacer tomografías».
En relación a la operatividad de los servicios de nutrición, añadió que están abiertos, un 96% en 2022 y 93% en 2023, pero que la pregunta sería “qué tipo de comida entregan en los hospitales”.
Castro aseguró que Venezuela es el país con mayor gasto de bolsillo en salud en América Latina, lo que se traduce al dinero que deben gastar los pacientes a pesar de que reciban atención médica pública. «Lo que queremos traducir es que el venezolano tiene que meterse la mano en el bolsillo para pagar cirugías que están en el sector público», destacó Castro.
Apagones y salud
177 pacientes fallecieron durante apagones eléctricos en el país; en el 2022 la cifra fue de 261. El especialista explicó: «No es que la persona se murió porque se haya ido la luz, la persona está enferma, si alguien tiene un infarto, está en terapia intensiva y se va la luz, se puede morir de ese infarto. No podemos asegurar que la causa de la muerte es porque se fue la luz, pero sí podemos medir cuántos murieron durante ese apagón».
Para culminar resaltó que la situación hospitalaria en general está muy lejos de ser óptima, “cuando vemos el sistema de salud globalmente, estamos muy lejos de un sistema de salud que requeriría un país en América Latina».