El rey Carlos III estrechó sus manos y conversó con el público tras acudir este domingo junto con la reina y otros miembros de la familia real a una misa de Pascua en el castillo de Windsor; es su aparición pública más significativa desde que se le diagnosticó un cáncer el mes pasado.
El rey, en un abrigo oscuro y corbata azul brillante, sonrió mientras saludaba a los congregados afuera de la St. George’s Chapel por unos cinco minutos, dándole la mano a personas que esgrimían tarjetas de buenos deseos y que tomaban fotos en un día frío de primavera. “Ustedes son muy valientes, estando aquí parados en medio del frío”, les dijo el monarca a los presentes.
“Sigue con fuerzas”, le expresó una persona entre la multitud cuando Carlos y la reina Camila pasaban.
La aparición del rey de 75 años se interpretó como un intento de tranquilizar a la población después de que Carlos se retirase de sus tareas públicas tras un anuncio del palacio de Buckingham, a principios de febrero, sobre que estaba en tratamiento contra una forma no especificada de cáncer.
El rey ha seguido trabajando en privado, revisando documentos del gobierno y reuniéndose con el primer ministro. Pero su presencia en un acto público habitual de la corona como la misa de Pascua se consideró un indicio de que comienza a regresar a la vista del público.
La ceremonia en sí estuvo menos concurrida de lo habitual, ya que Kate, la princesa de Gales, también está bajo tratamiento contra el cáncer y ha detenido sus apariciones públicas. La princesa, su esposo, el príncipe Guillermo, y sus hijos no asistieron al acto.