El papa Francisco no acudió a la tradicional procesión del Viernes Santo en el Coliseo de Roma para proteger su salud, informó el Vaticano, en una decisión de último momento que se suma a las preocupaciones sobre su frágil estado durante un periodo litúrgico especialmente ajetreado.
Se tenía previsto que el pontífice presidiría la procesión del Viacrucis, en la que se recrea la pasión de Cristo y su crucifixión, y elaboró las meditaciones que se leen en voz alta en cada estación. Pero cuando el evento estaba a punto de comenzar, el Vaticano anunció que Francisco lo estaba viendo desde sus aposentos en la Santa Sede.
“Para conservar su salud, ante la perspectiva de la vigilia mañana y la misa del domingo de Pascua, el papa Francisco seguirá el Viacrucis en el Coliseo esta noche desde la Casa Santa Marta”, señaló la oficina de prensa del Vaticano en un comunicado.
El papa Francisco presidió en silencio este Viernes Santo el rito por la Pasión de Cristo
El papa Francisco presidió en silencio este Viernes Santo el rito por la Pasión de Cristo en la basílica de San Pedro, una ceremonia en la que se evocó el dolor de la guerra, de la inmigración o de la violencia contra las mujeres.
Francisco accedió al templo en la silla de ruedas que suele usar por sus conocidos problemas de movilidad, vestido con los paramentos rojos de la Pasión y sin el anillo del Pescador, símbolo del poder papal y que este día los papas se quitan en señal de duelo.
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Tras su entrada en la basílica, sin coros, oró en silencio ante el Altar de la Confesión, sobre la tumba de san Pedro, frente a un crucifijo cubierto por una tela púrpura (este año el baldaquino de Bernini estuvo tapado por andamios por su restauración).
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