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Liuba Malpica, economista y profesora en Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, explicó que la economía familiar se está viendo afectada, porque cada vez que los consumidores acuden a sus centros de compras adquieren menos productos de la canasta alimentaria.
Este es el resultado de una “dinámica hiperinflacionaria”.
“Esto genera un impacto negativo en la economía familiar”, señaló Malpica en el programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias.
Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), en el último mes la canasta costó 548 dólares o 20.848,61 bolívares, su equivalente a la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV). Mientras tanto, el precio de febrero representa 1,05 % más que en enero y el salario mínimo en Venezuela sigue en 130 bolívares mensuales y su poder adquisitivo es igual a 0,6 %.
La economista recordó que la canasta básica está establecida por una cantidad de bienes y servicios y, partiendo de allí, es que se hacen los cálculos referenciales para su costo.
“Moneda dura”
Opinó que aquello de que se mantiene el precio del dólar “estable” hay que verlo desde una perspectiva: el precio es el producto de la interacción entre la oferta y la demanda.
“Nosotros producimos dólares cada vez que exportamos, sin embargo, últimamente los niveles de producción en Venezuela no son lo suficiente para el consumo interno. Tampoco son suficientes para exportar”, dijo.
Destacó que la demanda de los consumidores consiste en resguardarse a través de esta “moneda dura”, por los efectos de este constante crecimiento de la canasta básica.
Reconoció que la inflación se redujo, pero sigue siendo alta. “La idea es que el venezolano tuviera la suficiente capacidad productiva para que la tasa de inflación se mantenga en un solo dígito”.
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