#OPINIÓN La Toya y Mohamed, un depravado “affaire” #20Mar

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«Cuando los que mandan pierden la vergüenza,
los que obedecen pierden el respeto».
Georg Christoph Lichtenberg.

Sin talento y sin probidad, pero le gana a una yunta de bueyes.- Sin lugar a dudas la muñeca de silicón “la Toya”, la anterior asistente de Julio el psicópata, quien sustituyó a la triple coronada Chabela su “uña y sucio”, cuando ésta empezó a “subir como la espuma” por las vagabunderías que hacía con el vejete verde y narcisista el coronel corrupto, licántropo y voyerista, el maldito Julio Vásquez. Ahora la Toya ha creado intrigas en la Fundación, habiendo asaltado el cargo valiéndose de sus artes amatorias con el árabe Mohamed. Desde el punto de vista de la psicología es relevante, ya que la infidelidad subyace de las dinámicas inconscientes de relaciones objetales, introyectadas en la infancia, junto con mecanismos como la proyección y colusión (acuerdo mutuo entre la pareja de exclusividad sexual). También el sujeto infiel provoca los celos en su pareja como un acto narcisista. El término objetal se refiere a la internalización de objetos externos en la psique de un individuo. Los objetos pueden ser personas, objetos inanimados o incluso conceptos abstractos.

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La infidelidad como un comportamiento psicosocial.-¡Que vaina!, cuando la gente se enreda en infidelidades en su sitio de trabajo cometiendo adulterio y pisoteando a su familia y matrimonio por impudicias de la carne. Habíamos elogiado las estrategias de Mohamed para adecentar la institución por órdenes del agente 750. Pero ahora mismo Mohamed la está cagando. Mientras en la institución ha llegado gente “supuestamente derecha” para asumir funciones de importancia, Mohamed se ha enfrascado caprichosamente en colocar a su “affaire” la corrupta Toya, en un puesto clave, causando alarma con su designación, toda vez que “la chica atolondrada”, resquicio del destituido Séptimo Masquer, es una esclava espía Stephen Candie del amo julio; es pues ella una de sus monas voladoras jalabolas amaestradas, como lo es la tribada enmantillada de Lozada, la Lesbia Carlota, conocida como la oficial Borromea. Así, la Toya mantiene las gríngolas para obedecer a su amo Julio que sigue presente en la institución a través de sus “robots” o de sus mascotas, programados por la mente perversa del psicópata, el coronel castigado con nunca más ser ascendido.

El “affaire” del árabe Mohamed.- No habían pescado las razones por las cuales a Toya no se le ha enviado de regreso a su sitio natural de trabajo y por el contrario se le ha prolongado su permanencia ilegalmente en la institución o en el antro; en ocasión a su comisión de servicios, que a la final resulta una corrupción de servicios. Pero Eureka, la Toya es el “affaire” del árabe Mohamed y éste está cuadrado con su superior el agente 750. Pero entendemos que un pelo de la Toya, jala más que un pelo de guaya, aunque sean razones innobles para enfrentarse con los compañeros gerentes, el pugilato está causando escándalo. En su momento eran los pelos de Chabela, pero ellas son compinches y se secretean los trucos. Ahora mismo “un pelo e’ Toya” jala más que una yunta de bueyes.

La relación objetal de los monos voladores y demás funcionarios que rehúsan irse de la institución.- Quienes aún persisten en quedarse en esta empresa del estado tan mal vista, no obstante el desprestigio de ésta y sus malos salarios – pero para los corruptos, hay buenas mascadas en extorsiones, martilleo y venta ilícita de documentos – ; conservan con esta Sodoma y Gomorra, la idea de que su valía personal y existencial sólo es debido a poder mantenerse en la institución, sentirse que pertenecen a este organismo venido a menos y con tan mala fama. Los funcionarios con este problema psiquiátrico, quieren ser relacionados aunque sea tangencialmente con esta cueva de ladrones. Dicho de otro modo; en sus deformaciones mentales piensan que si no llevan consigo la franela o la camisa o el carnet, los logos distintivos de la institución, entonces son seres vacíos, sienten que son nadie, que no valen nada y no existen sino en la medida que existan en relación a pertenecer a la institución. Se trata de una relación objetal perversa, basada en depredar a la otra persona (en este caso a la institución), ya sea por el placer de hacer daño o para sentirse superiores.

La relación objetal de la Toya.- Igual sucede con la Toya en su relación objetal con el árabe Mohamed, en la que necesita sentirse superior al bajarse las bragas y dormir con el segundo al mando. Relación en la que siente que encontró quien la salvara de su encuevamiento desde que destituyeron a sus cómplices delincuentes alcahuetas, a la Chabela, a Chuchín y al amo Julio. Y ahora con el árabe Mohamed, la Toya encontró de nuevo a través del adulterio, la manera de figurar como la palafrenera de la fundación y ambos se usan recíprocamente. Ambos mantienen una relación objetal, donde la primera no tiene dignidad y el segundo es un crápula. Así, Julio a través de la Toya tiene las manos en la fundación, y la corrupción continúa. No será sorpresa escuchar de robos, hurtos, extorsiones y ¿Qué ocurre contablemente si el arqueo de caja no cuadra?

Si no te unes y no estás en la institución, entonces no eres importante.- Cuánta basura mental, ver a la institución como la concreción de tu prestigio personal y no como un organismo en el cual trabajas porque tienes vocación por lo que haces. Aunque abundan aquellos cuya vocación es la criminalidad y estudiarlos es tarea de la psicología criminal como rama de la psicología jurídica que aborda las causas de la delincuencia, sus efectos y su tratamiento. Ahora bien, si todos los funcionarios que egresan de la institución a que se contrae esta epístola, a la postre salen desprestigiados justa o injustamente. ¿Entonces qué sentido tiene permanecer allí para perder la imagen personal o la auto valía delante del síndrome del espectador? Para unos, hay profesiones que exigen pertenecer a un organismo, porque una cosa es la colegiatura y allí muy pocos o nadie está colegiado, porque por sus labores y por sus desempeños no parecen profesiones sino oficios y las leyes no les exigen colegiatura. Pero otra cosa es creer que si no trabajas en ese organismo no vales como persona y eres uno más del montón. ¡Qué denigrante equivocación!. Pues yo no creo absolutamente que deba en los términos descritos alguien pertenecer a un ente gubernamental para tenerse como idóneo en sus saberes ni como gente de valía amada por Dios. Y menos que tu valía como persona esté supeditada o dependa de pertenecer a ese ente antro, pues eso es un error descabellado.

Hola alienígenas.- Los funcionarios de esta institución que sufren de estrabismo moral, se creen fuera de este mundo, para nada humanos, algo así como seres de otro planeta con poderes sobrenaturales y con prerrogativas extralimites; al argüir y difundir que trabajan en la “Sodoma y Gomorra”. Y peor aún, en esta institución donde los funcionarios creen que cagan por encima del culo, que no caminan sino que levitan, que andan con tales ínfulas que están a punto de explotar y son unos criminales corruptos como la robusta Crucita que se ha quedado dentro y de bajo perfil hecha la huevona, pescando en río revuelto, como si sus perversiones y corrupciones junto a la tal “la Aguada” fueran cosa del olvido. Evidentemente para quienes tengan deformaciones de conducta al entrar a sitios como esta institución corrupta y además permanecer allí dentro, les exacerba las depravaciones y la falta de principios y valores; y les sale, lo soberbio, lo arrogante, la altivez, la vanidad o se yerguen prepotentes, porque se saben criminales hasta ahora impunes.

La auditoría en la Oficina de Control de Extorsiones bajo el mando de Lozada.- Una noticia pretérita, es que cientos de documentos ilegítimos, que pasan como auténticos, pero que constituyen por sí mismos una perversión y la prueba de los crímenes cometidos por Julio Vásquez y su equipo en su gestión parasitaria y depredadora; solo condujeron al cambio o sustitución de los funcionarios de esa dependencia, pero alcahuetamente no se ha hecho preso a nadie. ¿Acaso desconoce el agente 750 que esa oficina tiene otras salas satelitales? U otras oficinas de control de extorsiones extramuros, de modo que la corrupción y venta de documentos forjados con legitimidad ilegítima continúa. No puede obviar Lozada a los esposos obreros corruptos cuya familia está toda en la institución y que son los enlaces “cristianos” para las corruptelas. Fíjese Lozada como los monos voladores jalabolas de Julio Vásquez que aún permanecen en la institución, están todos “cebados”, nadie pasa hambre ni están a dieta, no obstante los miserables salarios. Y el seudo pastor Harry Larvado se cae de la motocicleta que ya no lo aguanta de lo obeso que está, pues no pasa hambre pero si pasa los bienes del estado a otras manos a cambio de dólares.

¿Acaso el coronel Julio ha perdido la razón o se está haciendo el loco porque es un psicópata?.- Después de su carrera como nadador, Johnny Weismuller se convirtió en el sexto actor en encarnar a Tarzán, papel que interpretó en doce películas. Ha sido el Tarzán que más popularidad ha alcanzado. La maldición del “Tarzán” más famoso que terminó en un psiquiátrico emulando el grito del rey de la selva, se le podía ver usando el atuendo que caracteriza al personaje, con taparrabo y meciéndose en lianas en su casa de Acapulco, donde pasó sus últimos años. Y es que la mente le jugó una mala pasada a Johnny Weismuller quien creía que realmente era el hombre mono. Y una popular leyenda urbana cuenta que George Reeves, siendo más conocido por su papel de Superman en la exitosa serie de televisión “Aventuras de Superman”, murió porque creía que había adquirido los poderes de Superman y se mató tratando de volar. Al igual la mente le jugó una trastada a Reeves, quien se creyó realmente el hombre de acero y estaba convencido de que tenía poderes para volar. Así, tenemos noticias de que Julio Vásquez el coronel psicópata, dice ser y se hace llamar el director de la institución, se le ha visto en su casa de habitación hablando solo y dándole órdenes a una tropa invisible, y sosteniendo conversaciones de mando con generales que no existen sino solo en su mente. Julio se coloca sus gorras y sus franelas con el logo de la institución, ostentando visiblemente su nombre y su cargo; y se pasea por su casa y los alrededores alardeando de ser el director más famoso y que más tiempo ha durado en el ejercicio de sus funciones. Además arguye jactanciosamente y dice y pregona que es doctor, que es magíster, que es licenciado y que es técnico superior y en secreto le habla a un amigo imaginario diciéndole que todos esos títulos los obtuvo haciendo fraude y que no es falso que le hayan impedido ser general en un consejo disciplinario. Pues, son las verdades de un loco o las mentiras de un psicópata. No te hagas el loco Julio, que tú eres un psicópata.

“Hay que vivir sin imposturas,
de modo que con el tiempo lleguemos a ganar el amor del espacio,
y oigamos la voz del futuro.”
Borís Pasternak

Dr. Crisanto Gregorio León
[email protected]

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