“Y dijo Job: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito”. Job 1:21.
En el artículo anterior comuniqué que hablaría del estado depresivo en el cual cayó el profeta Elías, pero a mi mente llegaron algunas ideas que se relacionan con este tema de dejar de escribir. Quiero decirles que ello es triste para cualquiera, que notando una situación irregular en un familiar o un amigo no le haga referencia del por qué está en esa situación. La indiferencia es común, es normal y muy propia de la raza humana caída. Estamos todos contaminados por la PANDEMIA del PECADO. Por ello, no hay que culpar a nadie por cuanto cada quien tiene sus propios problemas, sus luchas, sus aflicciones. Todos estamos expuestos a pasar por pruebas y a llenarnos de eso. Pero el Señor lo dijo claramente… “Jesús dijo a Sus apóstoles: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). “Jesús esperaba con confianza la cruz, plenamente seguro de que triunfaría sobre los poderes de las tinieblas (ver Col. 2: 15). El príncipe de este mundo sería derrotado y los discípulos no tenían nada que temer”DBA. Entonces, ÉL es el ancla del cual tenemos que agarrarnos… pero de verdad.
Job es un caso bien claro de una persona que tuvo motivos suficientes para caer en depresión. Era rico. Tenía numerosas propiedades. “Y su hacienda era siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muchísimos criados: y era aquel varón grande más que todos los Orientales” Job1:3. Y en poco tiempo a instancias del mismo diablo, Dios permitió que lo perdiera todo. Incluso sus hijos. Y le dio permiso al enemigo para que pusiera una enfermedad terrible en su cuerpo. A ello se agrega que sus “amigos” y hermanos de creencias, buscaban motivos para confirmar que guardaba un pecado oculto. Que lo confesara. Hasta su esposa, cuando lo vio en el estado en que se encontraba le dijo “maldice tu Dios y muérete” . Sin embargo, Job se mantuvo firme por la fe genuina en su Señor. “Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno”. Job 1:21,22. Ese fue el antídoto que Job puso en práctica en medio de sus calamidades para no caer en depresión.
Hoy día, en tiempos finales de la historia de este planeta, son muchos los motivos para sufrir de estos males. Por lo cual aparecen amigos como quienes visitaron a Job, Elifaz, Bildad y Zofar. Pero también tenemos personas que nos animan a seguir adelante. Recuerdo las palabras de mi padre cuando escribí mi primer artículo hace más de 40 años. Me decía… Escriba, escriba, escriba. Si el profesor Eduardo González estuviera vivo, seguro me hubiese visitado y habría dicho con su tono jocoso “Eeeepa William que te pasa chico que nos has escrito mas”. Pero si sentí las expresiones de solidaridad de amigos y hermanos. El Pastor Manuel Sivira, Félix Octavio. Mi amigo, colega y asiduo lector de mis artículos Fernando Barragán, mis hermanos de sangre Wilfredo(mi gemelo), Alonso que manda los artículos a sus 30 grupos que tiene y 100 mil personas que le escriben. Mi hermana Fidias fue muy especial. Y mis hijos espirituales Orlando Mujica, Édison Pérez y otros. Y como no mencionar a mí amada esposa. Mi ayuda idónea. Así he sido bendecido. Seguimos en la lucha contra ese dragón que todos llevamos dentro. Agarrados de la mano de nuestro SEÑOR. Hasta el próximo artículo Dios mediante.
William Amaro Gutiérrez
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