Por supuesto, que a nadie agarró de sorpresa, el adelantado cronograma electoral para elegir al Presidente o Presidenta de Venezuela este año 2024, entre otras cosas, porque el país vive en un permanente torneo electoral hasta permitir la relección de algún portero de burdel, vencida como esta en el tiempo, la legislación electoral, que proviene de la Cuarta República, algo buena debió ser, para que nadie se haya ocupado de su revisión. La sola Ley de Partidos Políticos, fue modificada con el acuerdo del oficialismo y oposición, menos fracturada que ahora, con el objeto de permitir expulsar a sus militantes que difieran de los cogollos partidistas” y allí está a la vista de todos. Vigente esta también, lo concerniente al financiamiento de las campañas electorales, porque a ningún ente participativo le interesa rendir cuenta de sus inversiones en publicidad y logística, porque a nuestro decir, proviene de la corrupción, el narcotráfico o delincuencia común, ¡salvo prueba en contrario!
Lamentablemente, ese no es el caso de la incertidumbre que hasta el 28 de julio nos embarga, queramos o no. Y nuestra interrogante tiene sentido por las intríngulis en el estamento opositor, por liderar la unidad de organizaciones y personalidades política que sin duda, giran alrededor de la candidatura de la ciudadana María Corina Machado, porque en cuanto al oficialismo es seguro, que se mantiene aceitada para cualquier resultado, como lo ha venido demostrando, a lo largo de las últimas consultas electorales del presente siglo XXI. Fuera de ellos, preferimos no especular, cada quien se ingeniara a tenor por ejemplo, de la elección primaria de octubre 22 de 2023, donde se presentaron aspirantes sin ningún sentido y sobre esos particulares habrá que legislar a futuro.
Al respecto, al menos baja la temperatura porque solo habrá un cargo a elegir, la responsabilidad está, en la organización del Padrón Electoral y logística que ello significa en todo el pais y muy puntualmente en el estado Lara, y pensamos que, la pelota está más, que en la dirigencia política en los conocedores de la materia electoral, con las experiencias de los que han incursionado en ello. Allí está el secreto para cuatro posiciones electorales. La primera del régimen, que se apresta al continuismo “por las buenas o las malas”. La segunda, una oposición que se define como “Constitucional”, otra que ha sido calificada de
“insurreccional” y una cuarta de aspirantes personales y pequeñas organizaciones política, y he aquí otra interrogante ¿cómo va ser la representación de esas agrupaciones en tan complejo tablero y en tan poco tiempo?
A lo lejos, no se ve cómoda la travesía y lo menos que podemos es decir con el expresidente Carlos Andrés Pérez “amanecerá y veremos”…
Jorge Ramos Guerra
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