Las próximas elecciones presidenciales pautadas para el 28 de julio no son solo un evento más en el calendario, sino una verdadera luz de esperanza para el futuro de nuestra nación. Representan una oportunidad histórica para los venezolanos, para que alcemos nuestra voz y voluntad de cambio. Es una oportunidad de oro para poner fin a años de opresión, corrupción y desesperanza bajo el régimen de Nicolás Maduro.
En este contexto, es crucial comprender la importancia de la organización y la unidad. El régimen, consciente de la amenaza que representa el descontento popular, intentará por todos los medios posibles perpetuarse en el poder. No escatimará esfuerzos en utilizar la maquinaria estatal para coaccionar e intimidar a los venezolanos y así inclinar el proceso electoral a su favor. Por ello, es importante que nosotros, como ciudadanos comprometidos con el futuro de nuestro país, nos mantengamos firmes en nuestra determinación de hacer valer nuestros derechos democráticos.
El régimen busca revivir la imagen de Chávez como un intento desesperado por ocultar los errores y desastres de su gestión. Sin embargo, el pueblo venezolano no olvida. Sabemos que detrás de la retórica populista y mesiánica se esconden la corrupción, la incompetencia y el abuso de poder. Estamos conscientes de que la única forma de lograr un cambio real y duradero es derrotando al régimen en las urnas, con un voto masivo y contundente en favor de la libertad, la justicia, la igualdad y el desarrollo para todos.
La convocatoria a estas elecciones adelantadas son un acto de desesperación por parte del régimen, que sabe que su tiempo está llegando a su fin. Maduro intenta minar el camino adelantando fechas y manipulando la situación a su favor, pero la voluntad del pueblo es más fuerte que sus artimañas políticas. La realidad es innegable: el anhelo de vivir en una Venezuela de progreso es irrevocable y trasciende las fronteras políticas. Los venezolanos estamos hartos de tanto sufrimiento y anhelamos un cambio profundo que nos devuelva la esperanza.
Es hora de estudiar el panorama político con cabeza fría, poniendo siempre en el centro a la gente. Seis años más de Maduro serían una sentencia para nuestro país. Estamos frente al peor presidente que ha tenido Venezuela en su historia, y es nuestra responsabilidad evitar que continúe en el poder. No obstante, no podemos confiar únicamente en la esperanza. Necesitamos un plan claro y una ruta coherente para lograr nuestros objetivos.
La participación activa en el proceso electoral es fundamental. Inscribir a los jóvenes en el Registro Electoral y asegurarnos de que todos los datos estén actualizados son pasos cruciales en este sentido. Evitemos repetir los mismos errores del pasado y recordemos que solo avanzamos cuando actuamos unidos, dejando de lado las diferencias políticas y concentrándonos en el objetivo común de construir un futuro mejor para todos los venezolanos.
El trabajo es VOTANDO y PARTICIPANDO. Es hora de hacer valer nuestro derecho al cambio y construir juntos un futuro mejor para todos los venezolanos. Es el momento para dejar esta pesadilla atrás y caminar juntos a un futuro de progreso, oportunidades y justicia. Unidos vamos a lograrlo.
Stalin González