#OPINIÓN La oficial Borromea. «Quid pro quo» #6Mar

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«La verdad, tiene estructura de ficción».
Jacques Lacan

Introito.- En psicoanálisis, el nudo borromeo es una estructura de tres aros entrelazados que indica la armazón de los tres registros del ser hablante. Estos registros son: Lo Real, Lo Imaginario, Lo Simbólico. Representa los enlaces que constituyen nuestra configuración psíquica. En esta epístola, procuraré atender esos registros al describir el comportamiento de la oficial Borromea, cuya identidad seguramente el lector descubrirá en un «pispás», como un chasquido de dedos o al chasquido del pensamiento si es que es permitida esa construcción gramatical. La adjetivación nominal por la que la describo, es en ocasión precisamente al nudo borromeo de gran utilidad en el caso que abordaré. «Es común que lo obvio pase desapercibido, precisamente por obvio». Jacques Lacan.

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La que recoge los dólares de las extorsiones.- Es muy fácil mandar a recoger los dólares de las extorsiones del día sin dar la cara a los impávidos e ingenuos usuarios, para eso está la Borromea, que cual oficial de cocina, aún se desenvuelve en la institución como la que monta y cobra diversos guisos. La Borromea está especializada en acosar a las usuarias bonitas y si están buenas se afinca extorsionándolas sexualmente. Y lo peor del caso es que los directores le permiten sus excesos inmorales, sus agresiones y extorsiones sexuales, bajo el esquema «quid pro quo». En tanto esta tribada la Borromea les recauda ingentes cantidades de dólares por concepto de extorsiones. De tal modo que cada director de coyuntura, usa, aprovecha y explota para su conveniencia a los «queer»; y en el piso arcoíris están los más representativos de los tenientes monos voladores jalabolas, que aún perviven de la gestión del siniestro narcisista, voyerista, licántropo y psicópata Julio Vásquez. Tales como el sarasa Henry, la tribada And la Reina y la pedorra Cara de July que está facturando ilícitamente en coautoría con su protector “Jeanette Carla” que aparece como funcionario activo de la institución, pero vive y está en USA. Y no olvidemos al que roba las motocicletas, a Harry Larvado el esclavo de Chuchín, que es ducho en hacer desaparecer los bienes públicos, solapado bajo el falso manto de cristiano. Una de las perversiones del coronel psicópata, en perjuicio del patrimonio público y la plasta que no limpió Roxana antes que la destituyeran. Y lo que aquí se narra, no son simples notas del corazón de farándula como el lesbianismo de Carla Giraldo, que en la institución es la Borromea y sus tribadas. ¡No! , allí dentro de la institución el juego de pasiones es desbordante y es aprovechado por los directores de turno, usufructuando criminalmente de quienes prenden las alarmas morales y entonces los explotan para hacerse de dólares ilícitamente, por tener en sus manos los pecados ajenos. Todo «quid pro quo».

Las extorsiones del negocio personal de la Borromea y las extorsiones encargadas por el director.- Consígueme “unas carajitas” bien bonitas y bien buenas, y si no aceptan, les inventas violaciones a las normas y las extorsionas en dólares. Esto es lo recurrente en el lenguaje inmoral de quienes tendrían que dar el ejemplo de rectitud y decencia. Se han descubierto múltiples eslabones de la red de corrupción instalada que además raya en la pedofilia. Que es la misma red que dejó sembrada el coronel psicópata. Una de las redes que le costó el puesto a Julio Vásquez porque estaba facturando para él solito, más que los flujos de dólares indebidos que tributaba a su superior el general cinco para las doce y entre pranes eso es alta traición. Y ello entre múltiples causas, le reportó o le costó su engaña bobos, burlesca, irónica, sospechosa salvadora y conveniente destitución. Pero aún la Borromea sigue allí dentro de la institución, en una comisión de servicios tan larga y tan ilegalmente extendida como las calendas griegas, pues nunca se la terminan. La Borromea es la funcionaria corrupta que todos los directores corruptos acogen. Ella es la que difunde su fotografía junto a ambos directores – Julio y Lozada – para enviar el mensaje que “la corrupción continúa“. No te llevo nada dice la Borromea, que usa a la institución de motel tal como Roxana lo hacía, para dar rienda suelta a sus morbosidades y parafilias; y que se dedica a la extorsión de los usuarios por impulso propio y por orden y cuenta de sus coroneles y en su momento por el militar psicópata nunca más ascendido y ahora Lozada no quiere marcar distancia con esta oficial a quien protege enmantillada.

No se pelan ni un solo día.- Todos los días sistemáticamente bajo cualquier pretexto, amedrentando y amenazando de que no coronarán sus aspiraciones dentro de la institución, la Borromea asalta de frente a cada usuario (pero más a las usuarias lindas, aunque también a esos horribles usuarios varones a quienes ella odia); despojando de dólares al instante a cada cual y cuando le viene caprichosamente en ganas, eleva el monto de la vacuna si quieren que los dejen estar en paz. Una paz y tranquilidad que nunca llegan porque cada día son nuevas las antojadizas exigencias y corruptelas que hay que satisfacer a la Borromea para sí misma y para el director de ocasión. Un héroe o funcionario del cual se deshicieron a la brevedad, describió con lujo de detalles la forma y manera de cómo la Borromea, sus tribadas y el director de turno; se hacen de grandes sumas de dólares diariamente a costa de los usuarios que en razón de las circunstancias no les queda de otra que quedarse callados y entregar lo que se les demanda. Porque las autoridades a quienes les compete poner en marcha los procedimientos para exigir las responsabilidades administrativas y penales, se hacen de la vista gorda y de los oídos sordos por lo dólares que reciben para que hagan caso omiso de lo que descubren. La institución todavía es un retrete roto, nadando en excrementos.

El efecto revancha.- En esa recaudación punible que hace la Borromea en su harén, sin tomar en cuenta el resto de los negocios ilícitos del director de turno, dentro y fuera de la institución, exclusivamente por esa vía únicamente por la mañana reporta en ganancias ilícitas miles de dólares a la corrupción. De modo que la Borromea es la que recoge el dinero producto de las extorsiones y amenaza a los usuarios de no lograr sus metas sino “se bajan de la mula”. Con el peaje tarifado en dólares que impone el director de turno, cada mañana, según los caprichos y las groseras necesidades creadas, se deforma la mente, la moral y la caja de valores de los usuarios, que con toda seguridad harán lo mismo cuando tengan su oportunidad. ¿Además de enamorar y hacerse novia de las usuarias, cuál es el papel digno de emular que desempeña la Borromea en la institución si sabemos que recoge las extorsiones para el director de turno? Todos los oficiales se asquean que los relacionen con la Borromea y la llaman Sánchez el Chacal.

La Borromea castiga a las jovencitas que no quieren acostarse con ella.- Como el injusto e ignominioso arresto por varios días de la hermosa usuaria joven que no le aceptó a la Borromea la propuesta de tener relaciones sexuales con ella. Demonios, lujurias y deseos extraños en la vida de la Borromea hacen el día a día de las usuarias bonitas, un verdadero calvario. Pero evidentemente hay algo muchísimo más oscuro, que concita la aversión de la Borromea hacia los hombres y su enamoramiento obsesivo por jovencitas. En todo caso, es la Borromea y su equipo de tribadas, la recolectora entre los usuarios del dinero negro producto de las extorsiones para el director de turno y este deja a las inocentes jovencitas a merced de la Borromea porque le conviene que le siga haciendo el trabajo sucio. Quid pro quo, o una cosa por la otra, además de que la Borromea o el macho vernáculo, tiene sus propios negocios internos y ha montado sus comercios para lavar el dinero producto de las extorsiones propias.

Los árbitros corruptos y con rabo de paja.- Solo imagínense «amarrar a los perros con chorizos”. Sí, a la Borromea le gusta comerse a las jovencitas usuarias. La Borromea encuentra o inventa el pretexto para que las jovencitas le rindan pleitesía y se avengan a sus exigencias sexuales. Cuando las jovencitas acusan o denuncian a la Borromea, entonces el director llama a un “consejo ad hoc” y colocan entre los jueces a la propia acusada o denunciada a la oficial Borromea. Y ella misma, la Borromea vota a su favor y en contra de la usuaria, perpetrando de la forma más descarada otro delito en contra de las víctimas. De modo que en esta institución a través de sus árbitros corruptos, que son los tenientes alcahuetas y jalabolas al estilo de la casta de bandidos de Julio Vásquez, la Borromea y sus tribadas, perpetran delitos en contra de las usuarias bonitas y si están buenas se afincan.

Para el director cómplice de la Borromea, la defensa que hacen sus víctimas no es un derecho de ellas sino un insulto a ellos. Imagínense nada más que la Borromea enmascara sus extorsiones con la adjetivación de “orientaciones de supervisión” en un servicio que es gratuito, pero conmina a las chicas de las cuales se enamora perdidamente, que deben colocar eso en los escritos en caso de que tengan la “osadía” de denunciar ante el superior, que igual nada le va a recriminar ni a sancionar, porque la Borromea es íntima del director y de su banda de delincuentes extorsionadores. Porque la Borromea forma parte de su red y anillo de corrupción, que junto asu equipo de tribadas son las recaudadoras de las extorsiones. Y en vez de sancionar a la funcionaria corrupta Borromea, sancionan a los usuarios inocentes que quieren ser protegidos por un hombre que se porta como un mal padre de familia, dejando en indefensión a quienes con la verdad y con el derecho creen que el director les garantizaría protección. Pero el director lo que quiere es cogerse los dólares y a las lindas chiquillas.

Permiso para delinquir.- Así tenemos al macho vernáculo o la Borromea, la recolectora de las extorsiones en su sector, que acecha, acosa y viola con el permiso del director, antes el coronel psicópata y ahora por lo visto con la licencia de Lozada; a las usuarias que sean lindas y de las que la Borromea, este macho machote se enamora locamente y si no le hacen caso, las arresta y les apertura expedientes para perjudicarlas. ¿Pero quién es la Borromea? ¿Acaso es la misma Lesbia Carlota? ¿Por cuál denominador común nos recuerda a Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como Carlos el Chacal?. Así, la Borromea es sosias del chacal Carlos Sánchez (Sosias es una palabra que significa «persona que tiene parecido con otra hasta el punto de poder ser confundida con ella»). Pero la Borromea es de género confuso, es el coco, el personaje de la conducta sexual compulsiva, es el espantapájaros, es el Freddy Kruger, o un ser marginal con trastornos psiquiátricos. Acaso es el vampirismo en la institución, es el colchón mal amarrado que utilizó el doctor fraude y ahora Lozada para hacer lo que él no se atrevería o por lo menos no quiere exponerse tan abiertamente y para eso usa a esta siniestra mona voladora de la tropa loca de Masquer. Y así, los directores corren la arruga de las agresiones sexuales y la violación de los derechos humanos, en este “desmadre institucional”. En cualquier caso, la Borromea es un monigote, que le sirvió a Julio Vásquez el coronel psicópata para saciar también su lascivia y perversiones con las usuarias más jovencitas y a quienes para iniciarlas en su mundo pornográfico, les falta el respeto con conversaciones cargadas de erotismo. ¿Acaso el nuevo director continuará ese sádico estilo de estupro? La Borromea es depravación, es un instrumento del mal, es la puerta de escape de lo moral, lo ético y lo legal; es la ventana de atrás de lo que han constituido en un lupanar, o es el tejado flojo o que se zafa y por el cual se pueden saltar quienes evaden el camino recto. Pero la Borromea también representa la entrada al lugar más abrasivo del infierno. Las usuarias principalmente sienten asco al tener siquiera que tropezarse con la Borromea, pues su personalidad y apariencia son una fétida letrina.

Acceso carnal no consentido y el delito de estupro .- Ya es infernal la actividad institucional con este Carlos el Chacal – la Borromea – quien con su equipo de tribadas le da riendas sueltas a su cerebro reptil exigiéndoles sexo obligado a las usuarias bellas; como para que ahora también aparezca otro en acción tóxica, que es el caso que está encendiendo las alarmas con el nuevo director, que llegando apenas ya les está imponiendo aún más terror a los usuarios para hacerse ilícitamente de dólares y que “se quiere coger a todas las coñitas”. Porque las jovencitas usuarias deben hacerle caso automático a la Borromea, así sus exigencias sean violatorias de las leyes, la moral, la ética y las buenas costumbres. Por lo que hay que rendirle pleitesía y obediencia automática a la Borromea y enamorarse de ella a juro y si las usuarias bellas no quieren ser extorsionadas en sexo o si no quieren que se les inventen faltas, también deberán pagar en dólares, luego se deben dejar extorsionar
irremediablemente en sexo. Al final las trabajan psicológicamente, desde sus aspiraciones, debilidades y flaquezas aprovechándose de la condición vulnerable que presente la jovencita víctima.

Las inocentes victimas deben ponerse flojitas y colaboradoras.- Además de que la Borromea tiene su equipo de tribadas, todas con las gríngolas de obtener sexo gratis y obligado de las usuarias bellas, de las princesas que ellas escogen y en caso de ser denunciadas o delatadas, estas denuncias no prosperan nunca porque tienen un cuerpo colegiado alcahueta que se encarga de lavarle la cara a este macho vernáculo llamado la Borromea, a sus tribadas y al director, antes Julio y ahora Lozada. Solo percátense de la Sodoma y Gomorra que existe en esta institución donde arrestan o privan ilegítimamente de la libertad a las usuarias que no se dejen “coger” de la Borromea y por la hija de Pedro que con la complicidad de otras usuarias falsifica redes sociales cuales pedófilos informáticos para engañar a las lindas jovencitas y obtener de ellas a como dé lugar acceso carnal no consentido.

Chabela, la Dulcinea de la Borromea.- Como en el caso de las hienas, distinguir el macho y distinguir a la hembra es una tarea complicada al ver a la Borromea, la siempre enamorada de Chabela, que junto a sus tribadas persigue a las usuarias bonitas que llegan a la institución y selecciona a las que están más buenas para sonsacarlas y someterlas a sus caprichos sexuales bajo el riesgo de que si no aceptan, en ese caso deberán pagar las consecuencias, entre las que cuentan altas extorsiones en dólares o acusaciones falsas secundadas por el propio Julio Vásquez, el director de entonces. ¿Pero en estos asuntos como está siendo el comportamiento del actual director? Porque así es como la Borromea les exige que le paguen las usuarias bonitas para que las deje en paz. La Borromea lo ensucia todo con su vaho inmoral y perverso.

«El secreto por el cual la verdad siempre ha iniciado a sus amantes, y por el cual ellos han accedido a sus senderos es que es en lo escondido donde ella entrega la mayor cantidad de verdad».
Jacques Lacan

Crisanto Gregorio León
[email protected]

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