La administración de Nicolás Maduro rechazó la renovación de la orden ejecutiva de Estados Unidos contra el país vigente desde 2015, por considerar que la situación de Venezuela representa «una amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad nacional estadounidense.
«Venezuela rechaza enérgicamente la renovación de la orden ejecutiva que desde el año 2015 se ha utilizado para justificar una sostenida campaña de agresión contra el pueblo venezolano, violando toda norma del derecho internacional, constituyéndose en un caso de castigo colectivo»; dijo Yvan Gil con un mensaje que acompaña el comunicado.
Se trata del decreto del expresidente Barack Obama de marzo 2015 denominado Orden Ejecutiva 13.692 con la que se declaró a Venezuela como “amenaza inusual y extraordinaria” para EEUU.
El presidente de EEUU, Joe Biden, comunicó al Congreso que pretende extenderla más allá del 8 de marzo de 2024.
“Con esta acción innecesaria, absurda y hostil, queda demostrado que el liderazgo decadente de los Estados Unidos no está en capacidad de diseñar una política exterior coherente que no se base en la coerción, el chantaje o el irrespeto”, enfatiza parte del texto oficial emitido por Cancillería.
“Estados Unidos es hoy rehén de sus propias políticas de agresión. La crisis migratoria ante la cual tantos operadores políticos manifiestan preocupación no es sino consecuencia directa e inmediata de sus medidas coercitivas y bloqueos. Por otra parte, no se puede esperar otra cosa de un gobierno que normaliza y banaliza el genocidio contra el pueblo palestino o que se muestra indiferente ante la pérdida progresiva de los derechos civiles de sus minorías”, asevera el documento.
Asimismo, reafirma que “Venezuela es un país decidido a ser libre y prevalecerá”.