En los vaivenes de la política, en medio de las tensiones y los cambios, existe una necesidad fundamental: el respeto a los acuerdos políticos. Estos son un reflejo de la palabra comprometida y de la coherencia en el accionar. Además, representan un pilar fundamental para el bienestar de la sociedad. En estos tiempos de crisis y polarización que vivimos, Venezuela necesita políticos que pongan el interés colectivo por encima de los personalismos y las agendas particulares.
Los acuerdos políticos son el resultado del diálogo y la negociación entre actores diversos, con visiones y perspectivas diferentes. No son la concesión de uno para satisfacer al otro, sino el fruto de una búsqueda común de soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad. Son el reflejo de una madurez política que entiende la importancia de encontrar puntos en común para avanzar.
Cuando un político o una fuerza política se compromete con un acuerdo, está asumiendo una responsabilidad ante la sociedad. Se trata solo de cumplir con lo acordado y demostrar que somos capaces de mantener nuestra palabra y actuar de manera coherente. Este hecho fomenta una cultura política basada en el respeto y la responsabilidad.
En un contexto tan polarizado como el venezolano, el respeto a los acuerdos políticos se vuelve aún más crucial. La polarización extrema ha generado una dinámica en la que el «todo o nada» se impone sobre la necesidad de encontrar puntos de encuentro. Se tiene una errada visión sobre la política, donde la única forma de ganar es aplastar al otro. Esto solo dificulta el avance hacia soluciones y alimenta la confrontación y la exclusión. Más allá de las diferencias ideológicas o partidistas, es necesario entender que la política es, ante todo, un ejercicio de diálogo y negociación para encontrar soluciones a los problemas que aquejan a la población. Es el arte de construir consensos y compromisos.
La sociedad venezolana necesita políticos que estén dispuestos a trabajar por el país y el bienestar de las personas. Esto implica dejar de lado los personalismos y las agendas particulares para priorizar el interés colectivo. Los acuerdos políticos son una herramienta fundamental para lograr este objetivo, ya que permiten superar diferencias y trabajar en conjunto para alcanzar metas comunes. Es hora de dejar atrás la cultura del conflicto y la confrontación y abrazar una cultura política basada en el diálogo, la negociación y el respeto.
Esto no significa renunciar a las convicciones o a los principios, sino reconocer que la diversidad de visiones es una riqueza que debe ser aprovechada en beneficio de todos. En un país como Venezuela, marcado por la división y la crisis, el respeto a los acuerdos políticos se vuelve más necesario que nunca. Es una muestra de madurez política y un paso fundamental hacia un futuro más próspero y equitativo, donde nadie tenga miedo de pensar distinto y todos gocemos de calidad de vida.
Stalin González