El canciller de Maduro, Yván Gil, afirmó este martes ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que su gobierno «sigue interesado en mantener una cooperación técnica de alto nivel» con la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), pero «sin injerencias ni participaciones políticas».
Gil explicó que la administración de Maduro busca «un proceso de discusión» con la ACNUDH para «llevar la cooperación técnica al nivel que corresponde», sin que esto implique «injerencias» en los asuntos internos del país.
Cierre de la oficina de la ACNUDH en Venezuela
A mediados de febrero, Venezuela suspendió las actividades de la oficina local de la ACNUDH y expulsó a sus 13 empleados.
En sus declaraciones ante la 55 Sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Gil acusó a la oficina de «haberse alejado de su mandato de imparcialidad» y de «erigirse en una suerte de bufete particular de grupos golpistas y terroristas».
“Ello nos obligó a suspender sus actividades en Venezuela hasta que se tomen los correctivos pertinentes«, añadió, criticando a la oficina por «no haber sido capaz de pronunciarse ni una vez ante las denuncias sustentadas del Gobierno nacional por intentos de golpe de Estado y magnicidio”.
En este sentido, insistió en la actuación de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU a favor de activistas, ONGs y disidentes, “por el contrario, la oficina se hizo eco de la campaña de sectores radicales que continúan atacando a las instituciones y el Gobierno de Venezuela”, añadió el funcionario.
El enviado de Maduro también criticó a la «burocracia internacional» por «atacar y calumniar a países soberanos como Venezuela, instrumentalizando los derechos humanos a su conveniencia«.