Las pequeñas empresas y el vasto sector informal, generalmente, no paga impuesto de ningún tipo a diferencia de las empresas organizadas, que tienen un registro de todas sus transacciones, las cuales si cumplen con sus obligaciones tributarias como el correspondiente a la reformada Ley del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (LIGTF).
Al hacer la acotación el doctor Ananías Peraza, profesor de postgrado de economía de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), dice que la LIGTF, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria número 6.687 del 25 de febrero de 2.022 y que entró en vigencia el 25 de marzo de ese año, tuvo un gran impacto económico muy importante para las empresas, pero, aunque el gobierno esperó obtener un gran beneficio, no cree que haya dado los resultados que se tenía porque ha habido una gran evasión fiscal.
En este sentido dice que hay muchas empresas que, tras hacer las transacciones en dólares o cualquier otro tipo de moneda extranjera, no lo registran como tal sino como en bolívares porque tanto las facturas como los recibos de pago los hacen en moneda nacional.
Supone que si no hubiera evasión, el Estado tendría mayor recaudación porque la situación ha sido determinante para el cobro de los impuestos. Según los propios datos ofrecidos por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), la recaudación obtenida el año pasado fue de 5.876 millones de dólares, lo cual representó un incremento de 23 por ciento en relación al año 2022 cuando el registro fue de 4.779 millones de dólares, siendo el mayior renglón el correspondiente al Impuesto sobre la Renta.
Para el doctor Peraza, es difícil que el gobierno pueda precisar la evasión del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras porque la mayoría de pagos son en dólares en efectivo y, por tanto, no
Hay registros confiables y las transacciones no quedan registradas como hechas en divisa estadounidense sino en moneda nacional.