El legado histórico de un hombre está en la admiración de sus conciudadanos y los títulos de dos libros “Rómulo Betancourt, Político de Nación” de Manuel Caballero y “Rómulo Histórico” de German Carrera Damas, definen a uno de los principales líderes de la Venezuela republicana, nacido un 22 de febrero de 1908.
Para Caballero, lo más destacado en quien llama “Político de Nación” es que “va a inaugurar una nueva era con dos aportes que hoy permanecen vigentes: El primero es la lucha contra el personalismo. Los jóvenes del 28 no se proponen acabar con Gómez (por mucho que lo sueñe) sino con el gomecismo. Y acaso para ser mejor comprendidos en su proposición anti personalista, comenzaron predicando con el ejemplo. Así, para enfrentar a la egomanía de tiranos y anti-tiranos, evitarán la primera persona del singular y acogerán su plural: no «yo», sino «nosotros»; no «un caudillo» triunfante o derrotado, sino «una generación». El segundo aporte es el aborrecimiento del militarismo, expresado con claridad en 1930 en un pacto que Rómulo Betancourt, junto con Raúl Leoni y Ricardo Montilla firman con Francisco de Paula Aristiguieta: Comprometiéndose “a no prestar su colaboración y a oponerse en todos los terrenos de la lucha política al establecimiento de un gobierno militar en Venezuela, para sustituir al régimen gomecista ( … ) su ideología de raíces civiles y su conciencia de que el militarismo ha sido el peor de los males públicos de Venezuela, no se aviene con la persistencia de los hombres de campamento y de cuartel en el manejo de la cosa pública. Los otros dos hitos de Betancourt están asentados en aquellos principios señalados desde 1928, y se sitúan a diez años el uno del otro. Serán, en 1931 el Plan de Barranquilla; en 1941, la fundación de »Acción Democrática»
El “Rómulo Histórico” de Carrera Damas de debe, “al concepto hombre histórico, clásico en el marxismo genuino, para calibrar el papel del individuo en el acontecer histórico… Por consiguiente, el concepto así desvirtuado fue formulado con el fin de caracterizar el papel desempeñado por el ser humano, individual y social, en los procesos de proyección histórica; rescatándolo de la alternativa de autor-objeto, pero valorándolo altamente como factor histórico”. De allí la investigación a la personalidad de Betancourt.
Efectivamente, su acción, pensamiento y obra están plenamente definidos en aquellos títulos, mejores honrados que el de “padre de la democracia” que a juicio de Caballero…
“Durante mucho tiempo, un lugar común entre perezoso y adulador, se empeñó en consagrar a Rómulo Betancourt venezolana. Se trata de una vieja maña producto de una sociedad con una lacrimosa actitud huérfana; de un cretinismo histórico que no se atreve a actuar si no es bajo una protección paternal: Simón Bolívar es así el Padre de la Patria, Juan Vicente Gómez el Padre de la Paz, y luego vendría este otropadrecito… (Es de suponer Chávez Maduro)
Pues bien, a 116 años del nacimiento de Rómulo Betancourt, su gran obra, Acción Democrática, sobrevive históricamente con sus judicializaciones, no por casualidad de manos de la justicia chavista en dos ocasiones, con una militancia realenga, desorientada, frustrada, con una dirigencia “diente roto”, clientelar, apóstata e identificada, que por 25 años se ha entendido con el régimen ¿o es acaso mentira? ¡Y no me vengan con vainas¡
En este nuevo aniversario del natalicio de Betancourt, la clientela no invitara a evocarlo, lo pasará por alto, para evitar el repique…«Echar a patadas a los corruptos» es hora entonces de actuar, como leales y consecuentes betancurista, por el legado histórico de los fundadores de Acción Democrática, «Por encima de las tumbas » como él mismo lo dijera citando Gotee, porque el anuncio de Betancourt, el 13 de setiembre de 1941, de haber nacido para hacer historia está vigente…
Jorge Ramos Guerra
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