El consumo define la poca movilidad social que existe en el país, cada fecha significativa da lugar para que el comercio haga suyo los diferentes espacios públicos, generando infinidad de contenido para las redes sociales, mientras tanto quienes poseen todo el poder político en Venezuela siguen ejerciendo sus capacidades para seguir gobernando a una ciudadanía que posee todos los aspectos de su vida privada netamente politizados. Por lo tanto, la reflexión más común de cualquier venezolano debe girar en torno al mundo de la política; en cuyo espacio el poder lo es todo.
En tal sentido, se debe comprender que existen premisas a considerar las cuales van entorno a una agenda nacional como instrumento metodológico cuyo fin es mapear los diferentes ámbitos que definen a Venezuela en su conjunto, donde cada eje posee sus prioridades, porque el desorden no puede generar control de variables, ni mucho menos poder. Así pues, una búsqueda estratégica por alcanzar el poder; debe poseer su propia agenda, donde las narrativas pseudo-moralistas son una barrera que impide la ejecución de tácticas flexibles con real capacidad de incidencia para el logro de objetivos.
Asimismo, podemos evidenciar cómo la narrativa dominante en el imaginario colectivo, desplegada contra los personeros que hoy en día detentan el poder político en Venezuela es inferior contra el pragmatismo multinivel, porque simplemente la ideología actual es trolear todo lo que axiológicamente se perciba como correcto, haciéndolo parte del discurso oficial; mientras ello produzca alguna posible adherencia, en contra posición de quienes crean diferentes prejuicios de los cuales terminan siendo esclavos, en favor de sus adversarios.
En resumen, quienes representan un liderazgo político como alternativa democrática en el territorio nacional, deben saber que dicho rol trae implícito algunas obligaciones inherentes, cuyo eje central reside en poseer una formación sólida en función del poder, porque al fungir como individuos de Estado no existe margen para la improvisación y la carrera por el poder nunca será lineal, allí habita la utilidad de las salas situacionales donde los expertos en prospectiva sean quienes tracen las líneas maestras de un triunfo político.
Finalmente, es una condición sine qua non el entender que el norte de la política siempre será el poder, por lo tanto, los individuos que aspiren en alcanzar dicho estatus, deben agotar los recursos estratégicos que hoy la ciencia política pone a disposición de la humanidad, porque el pensamiento apoyado por la técnica es lo que ha catapultado a las sociedades para superar el umbral de la modernidad. Siendo la posmodernidad el rumbo que Venezuela necesita para salir del oscurantismo actual, y es entendiendo el poder que ello será posible en un año de definición electoral.
Eduin Adjunta
@adjunta90
