VICENTE
Dejó de irse, Vicente,
su viaje ha terminado;
lo recibió la noche
a donde todos vamos.
Gerbasi, el que cantó
“Mi padre el emigrante”
Recibió de Canoabo
Su bucólico encanto
En Canoabo, Vicente
Y Chepino y su madre,
Con Juan Bautista, el padre
Se fueron a la noche
A donde todos vamos.
Cargado de “venimos”
Su equipaje fue el verbo
Y el verbo se hizo verso
Para andar por la noche
De donde hemos venido
Y a donde todos vamos.
OLVIDO
Habrá un día que me iré
Directo hacia el olvido,
Tus recuerdos en mí,
Siempre bien conservados,
Habrán de irse conmigo.
Por eso en estas letras
Que para ti concibo,
Hay huellas de recuerdos
Que conmigo se van
Para no regresar
A esta pasión que soy.
NO QUEDA NADA
Nada queda ¡Dios Mío!
Solo las palabras en mí
Y eso porque respiro:
Para invocarte,
Para nombrarte,
Para pensarte,
Para pedirte.
Será un SOS
Que no se oye
Ni siquiera escuchándolo.
Ni tú mismo has podido
Traerla en un milagro
Cuando me la quitaron
Arrancada a mis sueños.
NIÑEZ
Una niñez fue la mía,
Que nunca como niño
Le dí alguna importancia.
Mis ojitos de cielo
Regaron su ternura
Como quien un jardín
Riega con las miradas.
Y mis claros oídos,
De prístinas audiencias
Todo lo audicionaban.
Insaciable la gula
Con su deseo perenne
Con niñez anduvo.
Vivía en un solo sueño
Porque lo que miraba,
Escuchaba y tocaba,
Fuertes espejos fueron
De hermosas fantasías
Que yo niño me daba
En el país del sueño.
Carlos Mujica
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