El avión venezolano-iraní Boeing 747-300, de Emtrasur, detenido en Argentina desde 2022, aterrizó en Florida, Estados Unidos, la mañana de este lunes, tras ser incautado por la Justicia estadounidense. La aeronave fue acusada de violar las sanciones internacionales y estar vinculada con operaciones de organizaciones terroristas.
El avión despegó del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en Buenos Aires, y sobrevoló varios países de América Latina y el Caribe, a pesar de las advertencias del régimen de Nicolás Maduro sobre la ilegalidad del vuelo. A su llegada a Estados Unidos, aterrizó en el Aeropuerto de Capacitación y Transición de Dade-Collier, a 36 millas al oeste de Miami.
La Administración del presidente Joe Biden celebró la incautación y traslado del avión desde Buenos Aires a Florida, declarando que la aeronave «ahora es propiedad del gobierno de los EE.UU.». Matthew S. Axelrod, subsecretario de Control de Exportaciones, destacó que la llegada del avión incautado a Estados Unidos es un poderoso ejemplo de los esfuerzos del país para evitar que Irán y sus representantes se beneficien de la tecnología estadounidense.
El fiscal general adjunto Matthew G. Olsen, de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, explicó que el avión fue transferido por una aerolínea iraní sancionada en una transacción que violó las leyes de control de exportaciones de Estados Unidos y benefició directamente al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, una organización terrorista designada.
Finalmente, la subdirectora ejecutiva de la División de Seguridad Nacional del FBI, Larissa L. Knapp, indicó que «la transferencia de este avión a la custodia de Estados Unidos es el paso final en el largo proceso para llevar este caso a su justa conclusión».