“El anarquismo, como concepto político, es una ingenua abstracción flotante. Por todas las razones citadas, una sociedad sin un gobierno organizado estaría a los pies del primer criminal que se presentase, que la precipitaría en el caos de las guerras entre bandas. Pero la posibilidad de la inmoralidad humana no es la única objeción a la anarquía. Incluso una sociedad en la cual todos sus miembros fuesen completamente racionales e impecablemente morales, no podrían funcionar en una situación de anarquía, es la necesidad de leyes objetivas y el arbitrio de desacuerdos honestos entre hombres el que necesita del establecimiento de un gobierno.”
Ayn Rand (2-2-1.905 / 6-3-1.982).
Filosofa y escritora rusa, de origen judío, Alisa Zinóvievna Rosenbaum, conocida como Ayn Rand, obtuvo la nacionalidad estadounidense y fue autora de celebres novelas como: “El Manantial y La Rebelión de Atlas”. Desarrolló un sistema filosófico denominado “Objetivismo”. Defendía a los sistemas económicos que le permitían al ser humano vivir como tal, es decir, haciendo uso de su facultad de razonar. Por tanto rechazaba absolutamente al socialismo (F: Internet – Wikipedia).
Es realmente lamentable y hasta vergonzoso, lo que está ocurriendo en la “Tierra de Gracia” llamada Venezuela con la destrucción total de la infraestructura, de los servicios públicos, del sistema de salud, del sistema productivo y del sistema de transporte.
La inflación incontrolada producto del sistema económico impuesto, hace presumir un plan macabro para acabar con la calidad de vida de los venezolanos, trayendo consigo el exterminio del sistema productivo, teniendo como consecuencia nefasta, la instauración del caos que socaba el cumplimiento de las layes. Un excelente ejemplo es la violación constante al Estamento Legal que regula el tránsito terrestre.
La Ley de tránsito Terrestre y su reglamento norman el uso de los vehículos, comenzando con los de tracción a sangre hasta el transporte de carga pesada. Establece la normativa que deben cumplir los vehículos utilizados para el transporte de los ciudadanos así como también para trasladar animales, y es aquí donde toca reflexionar.
El caos comienza en la violación de las leyes que rigen el tránsito vehicular, de parte de quienes conducen las motos, poniendo en riesgo su vida y la de sus acompañantes, en muchos casos mujeres y niños. El irrespeto al sentido impuesto a calles y avenidas para su tránsito, pone en riesgo evidente sobre todo a los niños indefensos ante cualquier giro brusco que tenga que realizar el conductor como producto de su imprudencia delictiva.
Pero también son comunes las violaciones a las leyes cometidas por muchos conductores de autos y camiones en calles y avenidas; al exceso de velocidad y el irrespeto a los semáforos.
El apiñamiento de seres humanos en vehículos totalmente inseguros e insalubres que no son aptos para el transporte de pasajeros, y los exponen a accidentes fatales. Ya han ocurrido muertes por el uso indiscriminado de este tipo de vehículos ante la mirada indolente de las autoridades que otrora velaban por la vida de los ciudadanos; las mismas que actúan en las alcabalas donde, presuntamente, reina la impunidad, ante:
“Dame pa´ los frescos.”
Alcabalas donde se les pide a los conductores hasta la partida de nacimiento del perro de la abuela; se les exige el cumplimiento de las normas para el transporte de carga y la documentación emanada de los organismos a quienes compete sobretodo la regulación de la normativa para el traslado de insumos y productos que resultan de la producción agropecuaria, pero se avala abusivamente la violación de las normas que preservan la vida de los seres humanos cuando los funcionarios presencian el caos y no intervienen para corregirlo..
El llamado es a la reflexión de las autoridades que han aceptado la responsabilidad de hacer cumplir el Estamento Legal de la República. El sistema productivo nacional necesita apoyo institucional para lograr el objetivo de sacar al país del atolladero en que se encuentra, no basta la voluntad heroica de pretender ser productivos en el sector productor de alimentos, se trata de ser realistamente objetivos. No se puede ser exitoso mientras no se acepte que la producción agropecuaria es un negocio como cualquier otro y que, no existe sistema productivo que haya logrado trabajar a perdidas, menos aun enfrentando a un sistema político- económico prácticamente imposible de vencer, donde impera la falta de combustibles: gasolina, gasoil y gas; donde es difícil la consecución de insumos y de materiales y equipos de buena calidad; sin energía eléctrica suficiente y confiable; escasez de mano de obra y altísimos costos de producción.
“Debemos ordenar el caos. Y no tengo duda que el mejor y más veloz método es implantar la ley de los ciudadanos en vez de la de la turba.”
Mahatma Gandhi.
Maximiliano Pérez Apóstol