La lucha por la recuperación de la democracia en Venezuela llegó a un cuarto de siglo. Millones de venezolanos, provenientes de diversas organizaciones políticas, sindicales, sociales y civiles, han trabajado incansablemente buscando soluciones a los problemas que padecemos, enfrentándose al régimen desde distintos frentes, luchando contra la represión, el acoso y la persecución. Muchos han sido privados de su libertad, obligados a exiliarse en el extranjero. Algunos, incluso, han perdido la vida en esta lucha.
Hoy, tras 25 años de este largo camino, no podemos perder de vista que la legitimidad de la oposición reside en el conjunto de ciudadanos que, desde sus espacios, han contribuido a la causa democrática, buscando y apostando por una salida a la crisis que enfrentamos. Con errores y aciertos, todos han sido valiosos. El cambio de este modelo que ha hundido al país, no depende de una sola persona sino de todas las voluntades que se movilizan en torno a la idea de volver a tener una Venezuela con futuro, en la que todos vivamos en paz. La reconstrucción de nuestra nación requiere un proyecto colectivo, inclusivo y plural, que reconozca y valore la diversidad de pensamiento y la contribución de todos aquellos que han trabajado y siguen trabajando con todas sus fuerzas desde el inicio de esta crisis.
La población anhela un cambio político real que se traduzca en mejoras tangibles en su calidad de vida: servicios básicos eficientes, salarios dignos que permitan cubrir todas las necesidades, acceso a una salud y educación de calidad. Sin embargo, el ciudadano común está demasiado preocupado por las dificultades cotidianas como para verse envuelto en las disputas políticas internas de la oposición. Es hora de dejar atrás los discursos extremistas y personalistas que solo generan división y entorpecen la causa democrática nacional. Los venezolanos queremos votar por un cambio que garantice nuestros derechos.
Nuestra principal prioridad debe ser el retorno a la democracia a través de medios legítimos y constitucionales, para que, una vez logrado el cambio político, nos concentremos en el restablecimiento del Estado de derecho y el fortalecimiento de las instituciones. Solo de esta manera podremos avanzar hacia un futuro de prosperidad económica y progreso social.
Para enfrentar los desafíos que se avecinan, especialmente de cara a la próxima elección presidencial, es fundamental que los venezolanos nos unamos y organicemos, que entendamos que aquí todos tenemos algo que aportar: los que siempre han estado, los que se unen ahora, todos somos valiosos. Y que para conquistar nuestra ansiada meta, es esencial demostrar madurez y entender que este es el momento clave de toda una patria que clama por un futuro distinto.
Stalin González