El nuevo satélite climático de la NASA entró el órbita este jueves para estudiar los océanos y la atmósfera del planeta con un nivel de detalle nunca visto. SpaceX lanzó el satélite Pace para su misión de 948 millones de dólares antes del amanecer. El cohete «Falcon» se dirigió al sur sobre el Atlántico para alcanzar una inusual órbita polar.
El satélite pasará al menos tres años estudiando los océanos desde una altura de 676 kilómetros (420 millas), además de la atmósfera. Dos de sus instrumentos científicos escanearán a diario el planeta, mientras que un tercero realizará mediciones mensuales.
Ofrecerá «una visión sin precedentes de nuestro planeta», apuntó Jeremy Werdell, un científico del proyecto. Las observaciones ayudarán a los científicos a mejorar las previsiones de huracanes y otros fenómenos meteorológicos graves, a detallar los cambios que sufre la Tierra ante el aumento de las temperaturas y a mejorar la predicción de floración de algas perjudiciales.
La NASA cuenta ya con más de dos docenas de satélites e instrumentos de observación terrestre en órbita, pero Pace ofrecerá una mejor comprensión acerca de cómo interactúan entre sí los aerosoles atmosféricos —como contaminantes y cenizas volcánicas — y la vida marina, incluyendo algas y plancton.
“Pace nos ofrecerá otra dimensión” de lo que observan otros satélites, dijo la directora de ciencias terrestres de la agencia aeroespacial, Karen St. Germain.
Pace — la abreviatura de , Aerosol, Nube y Ecosistema Oceánico, en inglés (Plankton, Aerosol, Cloud, Ocean Ecosystem) — es la misión más avanzada lanzada nunca para estudiar la biología oceánica.
Los satélites de observación actuales pueden ver en siete u ocho colores, indicó Werdell. Pero Pace verá en 200 colores, lo que permitirá a los científicos identificar distintas algas en el mar y tipos de partículas en el aire. Los científicos esperan empezar a recibir datos en uno o dos meses.