Texto y fotos: LVBP
¡Que los Ángeles digan amen! Ángel Padrón desayunó con la noticia que sería el lanzador abridor del encuentro del miércoles, por los Tiburones de La Guaira, ante el conjunto de Nicaragua. El zurdo cambió su plan de trabajo, en principio se estaba preparando para ser relevista en el carreo. Se mentalizó sin saber que su mejor juego como profesional estaba a las puertas del loanDepot park, pues lanzaría un encuentro sin hits, ni carreras. Los escualos se llevaron el triunfo 9-0 para terminar como líderes de la ronda regular (5-1).
El mánager Oswaldo Guillén le entregó la pelota a Padrón, aunque Luis Martínez era el otro en la lista de opciones, y no se equivocó. La estrategia del juego era que estuviera en el montículo por tres o cuatro entradas, pero el destino le tenía preparado un panorama totalmente diferente.
“El juego es especial para mí, porque Padrón me dio mucho para el juego de semifinal. Un cuerpo de relevistas con un día de descanso. No es muy conocido (Padrón), pero es un muchacho vital en lo que hemos conseguido como equipo”, comentó Guillén.
Padrón regaló boleto a Raudy Read, que le arrebató el juego perfecto en el inicio del octavo capítulo, para dejar en 21 los retirados de manera consecutiva. Situación que no lo sacó de concentración, se mantuvo enfocado y pudo culminar la hazaña que comenzó a susurrarle al oído después de la tercera entrada.
“En el cuarto inning me di cuenta que tenía al frente el mejor juego de mi vida, traté de mantenerme calmado, no pensar en ello. Aunque confieso que es imposible», confesó el lanzador, que en sus nueve años de carrera profesional nunca había lanzado más de seis entradas en un encuentro.
“Creo que lo más difícil de hoy, fue levantarme y recibir la noticia que me tocaba abrir el juego. Porque siempre estuve mentalizado para venir desde el bullpen en cualquier situación. Tuve que cambiar el chip rápido, fue un primer ajuste antes de iniciar el duelo. Me dijeron que iría dos, tres, o máximo cuatro innings”, sonrió Padrón, quien sólo necesitó 88 lanzamientos para completar una rareza que no se ejecutaba desde el año 1952, cuando Thomas Fine la consiguió con el uniforme de Leones de La Habana ante Cervecería Caracas.
En este tipo de encuentros se producen jugadas a la defensiva, que contribuyen a darle el molde adecuado a la gloria que se está fraguando. El miércoles no fue la excepción. Ramón Flores, en su día de descanso, debió batear como emergente y tomar su guante para cubrir el jardín central, tras la lesión por un pelotazo a Franklin Barreto en el primer inning, y fue protagonista en dos jugadas clave para mantener viva la esperanza de la perfección.
La ofensiva de los Tiburones, que este jueves se medirán a Curazao (4to clasificado), pisó el plato nueve veces y conectó un total de 18 imparables. El otro encuentro será entre los Federales de Chiriquí (Panamá) y los Tigres de Licey (República Dominicana), juego que se disputará a las 4:00pm.
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