Es fundamental propiciar, fortalecer y mantener acciones que conlleven a las correcciones necesarias para solventar la problemática que enfrenta el sector productivo nacional a través del análisis pragmático de la realidad que alberga la inestabilidad económica del país. El sector productivo privado es quien genera la mayor y mejor cantidad de empleos, así como las mejores condiciones para que el trabajador pueda efectuar sus labores, lo que se traduce en mejor calidad de vida para el trabajador y para su familia.
La Carta Magna otorga a las personas el derecho a dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia sin más limitaciones que las expresas en su propio texto y las que establezcan las leyes; por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del ambiente u otras de interés social y establece al Estado la obligatoriedad de promover la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar, y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país. Cumpliendo con el equilibrio entre la iniciativa privada y la libertad de empresa, comercio e industria por un lado y por el otro la autoridad del Estado sólo para racionalizar la economía e impulsar el desarrollo. Etimológicamente, Economía proviene de la fusión de dos palabras griegas: Casa y Ley. Quiere decir: “Ley de la Casa”. Se trata entonces, de imponer un orden, una buena administración de los gastos de la casa, del hogar. El buen administrador, el hombre económico, se opone tanto al “prodigo” como al “avaro”. El prodigo usa irracionalmente su dinero, lo dilapida sin consideración, y al fin se encuentra con que no le alcanza para otros gastos primordiales y necesarios, y tiene que recurrir al crédito. El avaro acumula riquezas sin consideración a su empleo, se goza en la mera posesión…
En cambio, el buen administrador, el economista, calcula sus riquezas, pondera sus necesidades y distribuye su dinero, de manera racional, de modo que quedan satisfechas las necesidades, según su mayor urgencia o categoría.
Aquilatando este concepto vulgar se puede precisar de la siguiente manera al verdadero problema económico, objeto de la Ciencia Económica. Cuatro elementos lo determinan: 1.- La multiplicidad de los fines (necesidades varias que satisfacer). 2.- La Jerarquización de los mismos fines (las necesidades son unas más perentorias que otras) 3.- La escasez de los recursos (los medios de que se dispone son limitados) 4.- El empleo de los medios es alternativo (pueden ser determinados para varios usos).
El concepto así analizado tiene varia y análoga aplicación referida a: A) Casa Familiar, al hogar. B) Casa Empresarial, a la empresa. C) Casa Nacional, al país.
Estos conceptos básicos, tomados del texto Teoría económica I; de Manuel Pernaut, invitan a la reflexión para que con lógica, razón y la sensatez necesaria logremos integrarnos y utilizando nuestros conocimientos y experiencias logremos el bienestar que los habitantes de nuestra patria merecen.
La acción empresarial debe desarrollar una economía con fundamentos sólidos basados en la producción… ¡Con productividad!
El reto consiste en lograr la seguridad jurídica; en todo su orden. Especialmente, en lo relativo a los Derechos Humanos: A la vida, a la propiedad privada; pura y simple; perfecta e irrevocable. Al uso, goce, disfrute y disposición de los bienes. A la remuneración justa y equitativa al trabajo; a la seguridad social, etc.; fundamentada en los principios de justicia social, democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad.
El Estado, conjuntamente con la iniciativa privada, debe promover el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional.
¡MANOS A LA OBRA!
Demos vida al texto impreso por el espíritu, propósito y razón del legislador probo. Son nuestros derechos constitucionales y tenemos el deber de hacerlos cumplir para que la patria que nos cobija logre el merecido bienestar con el cual pueda proteger a sus hijos.
Maximiliano Pérez Apóstol
