Defensores de los migrantes en Estados Unidos han expresado su rechazo a la propuesta de Ley de Seguridad Fronteriza, argumentando que es un retroceso a las políticas fallidas del Gobierno Trump que permitiría la expulsión de indocumentados sin el debido proceso.
La propuesta de ley, que se votará esta semana en el Senado, ha sido criticada por no incluir a los indocumentados que llevan años en el país. La iniciativa forma parte de un paquete de ayuda militar de más de 118.000 millones de dólares, respaldado por la Casa Blanca.
Los críticos advierten que la ley reviviría las políticas migratorias de Donald Trump, dificultando la solicitud de asilo y permitiendo al Gobierno expulsar a los extranjeros cuando el número de aquellos que cruzan la frontera supere los umbrales establecidos.
La Unión Americana por los Derechos Civiles (ACLU) ha expresado su preocupación, afirmando que el acuerdo obligaría al gobierno a expulsar a personas de la frontera sin el debido proceso.
El proyecto también pone fin a la práctica conocida como «detención y liberación», bajo la cual los solicitantes de asilo son dejados en libertad a la espera de una audiencia ante un juez de inmigración.
A pesar de las críticas, el presidente Joe Biden ha defendido la propuesta y ha instado a su aprobación. Sin embargo, el proyecto debe ser aprobado por 60 votos en el Senado, y tiene pocas posibilidades de ser aprobado en la Cámara de Representantes.